Citar así: Analuisa-Jácome, I. & Pila-Martinez, J. (2020). Gestión Directiva en la Mejora Escolar de las Instituciones Educativas
del Distrito Metropolitano de Quito: Una Cuestión de Aptitud y Actitud. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 8(2),
5-15, DOI: https://doi.org/10.37843/rted.v8i2.134
Gestión Directiva en la Mejora Escolar de
las Instituciones Educativas del Distrito
Metropolitano de Quito: Una Cuestión de
Aptitud y Actitud.
Bajo estos lineamientos de gestión, el
directivo escolar ecuatoriano debe ser “APTO”
para ejercer el trabajo en cada uno de estos
ámbitos, sin embargo, se ha podido determinar
de modo preocupante, la mayoría de los
directivos se centra en el ámbito
administrativo, al dedicar mayor tiempo,
situación contraria sucede en la gestión
pedagógica con sus docentes y estudiantes
(Murillo, 2011).
Esta dificultad requiere una mirada
urgente de políticas educativas prioritarias para
identificar el rol propiamente que debe cumplir
el Directivo, frente a un desborde exagerado de
actividades para ejercer control interno, así
como para propiciar dependencia externa
(Fullan, 1997), seguro esta situación no permite
ser eficiente o efectivo para garantizar calidad en
las instituciones educativas.
Por lo tanto, complejidad, envergadura y
demás exigencias en tareas que se les demanda
desarrollar a los líderes directivos de centros
educativos, exige políticas consecuentes y
pertinentes (Murillo, 2013).
Liderazgo Directivo (Actitud)
El profesional de la educación debe tener
actitud para ejercer la función directiva, según la
Real Academia Española (2020) podemos
asumir algunas definiciones: “Postura del
cuerpo humano, especialmente cuando es
determinada por los movimientos del ánimo, o
expresa algo con eficacia”, “Actitud graciosa,
imponente”, “Las actitudes de un orador, de un
actor”, “Disposición de ánimo manifestada de
algún modo”, “Actitud benévola, pacífica,
amenazadora, de una persona, de un partido, de
un gobierno”.
Por lo expuesto las actitudes son
determinantes para influir en otra persona de
algún modo para ser aceptada o rechazada, el
campo educativo no es indiferente a esa
aceptación o en determinados momentos al
rechazo de una acción directiva, sin embargo, el
director o directora escolar, como líderes
formales de la institución juegan un papel
trascendental en la dinámica del centro, sus
actuaciones sientan las bases para conseguir
una escuela eficaz (Murillo, 2013).
Bajo este precepto, es importante
determinar el liderazgo del directivo para
conducir a la comunidad educativa a alcanzar
los objetivos establecidos, sin embargo, es
importante dar cuenta del deber primero, debe
ser enfocado a mejorar los aprendizajes,
enseñanza, aprender, reaprender, como claves
de mejoramiento. Muchos son los estudios
sobre los tipos de liderazgo, pero, cual es el más
apropiado para el directivo escolar, cuál debe
ser su actitud de liderazgo con los miembros de
su comunidad educativa interna, cuerpo
directivo, docentes, estudiantes, padres, con la
comunidad externa, asesores, mentores,
directores de los niveles superiores.
Lo que sea un director o una directora
dependerá de su identidad profesional
reconocida para sí y los otros (Bolivar, 2018).
Antonio Bolívar en su investigación determina
al líder directivo, quién debe ser reconocido por
su influencia en los actores educativos en
diversos ámbitos, esto le significará tener
aceptación de la comunidad educativa. Si bien
es cierto el ejercicio del liderazgo puede ser
ofensivo para unos o acertado para otros, lo
primordial de este liderazgo, es apuntar a
converger a todos los actores de la comunidad
educativa en los fines educativos.
Esta convergencia depende fuertemente
del directivo y el estilo de liderazgo que
proponga en favor de los aprendizajes e
innovación. Nutrida evidencia internacional
muestra al liderazgo democrático,
participativo, colaborador o transformacional
para favorecer la innovación, el desempeño,
condiciones de cultura, así como un clima
organizacional más favorable a ellos (Farr &
Ford, 1990).
Los estudios sobre el liderazgo
transformacional y transaccional han
influenciado notablemente las prácticas de
liderazgo de los directivos. Lo líderes
transformadores se enfocan a objetivos de largo
plazo, atendiendo las necesidades internas de
sus seguidores, en tanto, los lideres
transaccionales pretenden resultados a corto
plazo con el intercambio de recursos,