Quispe-Arroyo, A. (2020). Método Socrático en el Aprendizaje Activo de Filosofía de las Estudiantes de Educación- UNSCH 2019. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 9(2), 16-23. https://doi.org/10.37843/rted.v9i2.136
Método Socrático en el Aprendizaje Activo de Filosofía
de las Estudiantes de Educación- UNSCH 2019.
el maestro.
El aprendizaje es elemental en una actividad
académica, más aún cuando se trata en un nivel
superior como es la educación universitaria; este
aprendizaje puede manifestarse activa o pasivamente
en el aprendizaje de diferentes áreas del conocimiento.
En esta oportunidad, para el trabajo hemos optado por
el método socrático en el aprendizaje activo de
filosofía.
El aprendizaje activo es un aprendizaje basado en
motivación, atención y trabajo constante del
estudiante, es decir, el estudiante no es un pasivo
limitado a escuchar al educador y llenarse de apuntes
solamente, sino es considerado como un sujeto central
activo y responsable directo de su aprendizaje.
El aprendizaje activo se basa en el estudiante, no
en el maestro, no basta escuchar teorías o enseñanzas
para aprender, además debemos hacerlo
involucrándonos y comprometiéndonos con nuestro
aprendizaje de manera activa y responsable, puesto
que es nuestra la actividad dinámica. Existe un
conjunto de tratados sobre aprendizaje activo,
principalmente de enfoque psicológico como
pedagógico, sin embargo, no es finalidad de
investigación tratar la teoría a profundidad sobre el
aprendizaje activo.
No obstante, es necesario sintetizar, para tal fin
tomamos referencia los estudios de Sierra (2013)
asumiendo como aprendizaje activo a las estrategias
que propician una actitud activa del estudiante en
clase, en oposición con lo que ocurre en método
clásico o tradicional, donde el estudiante se limita a
tomar apuntes solamente de lo que observa en la
pizarra o de algunas proyecciones. Es el proceso que
compenetra a los estudiantes a realizar actividades, así
como a pensar en esas cosas ejecutadas.
Para el aprendizaje activo, los estudiantes deben
hacer mucho más que oír; deben: leer, cuestionar,
escribir, discutir, aplicar conceptos, utilizar reglas y
principios, además de resolver problemas.
El aprendizaje activo implica al estudiante estar
expuesto continuamente, bien sea por voluntad propia
o porque la estrategia utilizada por el educador así lo
exige, a situaciones que le demanden operaciones
intelectuales de orden superior: análisis, síntesis,
interpretación, inferencia y evaluación.
El estudiante es activo y responsable del proceso
de aprendizaje. Es consciente de lo que aprende, lo
que debe aprender y de lo que aún no ha aprendido.
Los estudiantes ponen más énfasis en el desarrollo
de habilidades, aprenden a aprender para aprender a
hacer y a ser. Tienen motivación, desarrollan
habilidades de orden superior y se sienten
competentes para transferir lo que ha aprendido a
problemas y escenarios nuevos.
El aprendizaje activo se sustenta en la teoría
constructivista del aprendizaje, para el
constructivismo los estudiantes son el eje como
protagonistas del proceso mismo. Son ellos quienes
deciden cuándo, cómo, incluso dónde quieren
aprender, mientras el docente hace el papel de un
guía: orienta, motiva y retroalimenta a los
estudiantes.
Para los ejercicios socráticos en el aprendizaje
activo de filosofía referimos a Brenifier (2007), cuyo
subtítulo: preguntar, argumentar, profundizar.
Facilitan algunas pautas de los ejercicios a tomar en
cuenta, ya que si hay un principio fundamental que
en nuestro caso queremos inculcar es el reflejo del
cuestionamiento, cuestionar al otro, cuestionarse a
uno mismo, cuestionar todo lo que es enunciado. Y
hay un acceso privilegiado al cuestionamiento: el
¿por qué?, elemento dinámico y detonante, fundador
del pensamiento y el discurso, que proporcionará al
pensamiento y al discurso su sustancia, pidiéndoles
un fundamento y una profundidad.
Los estudiantes captan bien el alcance del ¿por
qué?, vemos que una vez iniciados a su uso, cuando
tienen que plantear una pregunta, se apresuran a
utilizarlo sin parar, a diestro y siniestro, como una
solución fácil: ¿por qué dices eso? Porque si los
¿Cuánto?, ¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿A quién?,
¿Cuál?, ¿Qué? o ¿Es esto es x?, entre otras
interrogantes que giran al torno de la filosofía.
Platón llama a ese proceso en el cual se compromete
cada participante a través del cuestionamiento, el
principio anagógico. Platón llama a ese proceso en el
cual se compromete cada participante a través del
cuestionamiento, el principio anagógico.
Por lo referido se planteó la siguiente
interrogante de investigación ¿El método socrático
influye en el aprendizaje activo de filosofía de las
estudiantes de Facultad de Ciencias de la Educación-
UNSCH 2019, cuyo objetivo fue determinar la
influencia del método socrático en el aprendizaje
activo de filosofía de las estudiantes? En atención a
la hipótesis de investigación: el método socrático
influye significativamente en el aprendizaje activo
de filosofía de las estudiantes de Facultad de
Ciencias de la Educación-UNSCH 2019.