https://orcid.org/0000-0001-5702-2145
15 de septiembre de 2020
6 de febrero de 2021
28 de marzo de 2021
1
Universidad Yacam
Pereira-Medina, J. (2021). Entornos
Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación. Revista
Tecnológica-Educativa Docentes 2.0,
10(1),12-24,
https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Personal Learning Environments in Higher Education: An Alternative to Build
Innovation Spaces
Juan Pedro Pereira-Medina
1
El mundo se encuentra inmerso en una revolución digital, en consecuencia, transita
una fase de transformación impactando diferentes áreas del saber, entre ellas, la
educación, disciplina obligada a ofrecer respuestas pertinentes a un conjunto de
demandas producto de un contexto en cambio constante. Los Entornos Personales
de Aprendizaje (PLE), constituyen un enfoque pedagógico orientado a emplear el
potencial encerrado en tecnologías digitales a fin de mejorar el aprendizaje. El
presente ensayo se propuso presentar un acercamiento al campo de conocimiento
de los PLE, a partir de una revisión de sus principales fundamentos, se sustentó en
una investigación documental mediante un arqueo de información combinado con
el análisis de contenido. Los resultados evidencian que los PLE facilitan el
aprendizaje integrando diversos contextos gracias a la combinación de
herramientas y aplicaciones, son una vía en la exploración de enfoques distintos
con relación a la pedagogía, al adaptar los sistemas educativos a la dinámica
impuesta por la sociedad del conocimiento. Por lo tanto, las instituciones de
educación superior requieren asumir el compromiso de encaminar esfuerzos
dirigidos a conformar ecosistemas que crucen los límites entre lo formal e informal,
abriendo oportunidades a una educación flexible, capaz de combinar en forma
armónica ambos entornos.
Palabras claves: Entornos personales de aprendizaje, educación superior, innovación.
J. Pereira-Medina, Entornos Personales
de Aprendizaje en la Educación Superior:
Una alternativa para Construir Espacios
de Innovación”. RTED, 10, No. 1, pp. 12-
24, Abr. 2021.
https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
The world is immersed in a digital revolution; consequently, it is going
through a phase of transformation impacting different areas of knowledge,
including education, a discipline forced to offer pertinent responses to a set
of demands resulting from a constantly changing context. Personal Learning
Environments (PLE) constitute a pedagogical approach aimed at using the
potential to improve learning. The present essay proposed an approach to
knowledge of the PLE; from a review of its main foundations, it was based
on documentary research through archiving information combined with
content analysis. The results show that PLEs facilitate learning by
integrating different contexts thanks to the combination of tools and
applications; they are a way to explore different approaches to pedagogy by
adapting educational systems to the dynamics imposed by society's
knowledge. Therefore, higher education institutions need to assume the
commitment to direct efforts to shape ecosystems that cross the boundaries
between formal and informal, opening opportunities for flexible education,
capable of harmoniously combining both environments.
Keywords: Personal Learning Environments, Higher Education, Innovation.
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Introducción
En las últimas décadas, la sociedad
transita una nueva etapa de transformación,
cuya característica principal es el uso intensivo
de tecnologías digitales, así como, su
complejidad y desarrollo exponencial, situación
que impone desafíos importantes en los ámbitos
económico, político, cultural, pero
especialmente, hacia la educación en todos sus
niveles. En consecuencia, los sistemas
educativos tienen la responsabilidad de ofrecer
respuestas pertinentes a las demandas,
necesidades y expectativas de un contexto en
cambio constante.
En el caso específico del subsistema
educación superior, las universidades son
instituciones presentes en el mundo desde hace
siglos, su permanencia en el tiempo responde a
su capacidad de adaptación. Aunque, su historia
evidencia etapas de auge seguidas de letargo, no
es menos cierto, el advenimiento de la sociedad
del conocimiento ha estremecido sus cimientos,
modificando el modo de acceder y generar
conocimiento, obligándolas a despertar,
cambiar pautas establecidas incorporando
nuevas perspectivas en una decidida apuesta
hacia los procesos de innovación, sustentada en
el uso efectivo de tecnologías, a fin de construir
un entorno propicio para su gestión.
Resulta importante destacar, que hoy
coexisten distintas modalidades formativas
apoyadas en recursos digitales, herramientas de
carácter público ubicadas en red, así como, en
entornos virtuales de acceso cerrado mediante
el uso de plataformas. De este modo, es un
hecho la rápida expansión del factor tecnología,
haciendo posible adquirir, compartir
conocimiento en espacios no formales. Por tal
razón, cada día se incrementa el nivel de
exigencia a fin de incorporar opciones
encaminadas a combinar los aprendizajes
provenientes de los entornos formales e
informales (Gros, 2018).
Al respecto, los Entornos Personales de
Aprendizaje (PLE) constituyen un nuevo enfoque
pedagógico, orientado a ofrecer respuestas a una
creciente demanda de transformar los espacios
empleados en el aprendizaje, pues gracias al
avance tecnológico se establecen coordenadas
de ubicación-tiempo distintas a las impuestas en
los ambientes educativos tradicionales, pues la
ubicuidad está presente.
En tal sentido, se requieren soluciones
enfocadas a abrir posibilidades conducentes a
desarrollar en los individuos un conjunto de
competencias, a fin de convertirse en
protagonistas activos de su proceso de
aprendizaje durante toda la vida, integrando
diferentes entornos, los cuales combinan el
componente formal e informal, en el marco de
un proceso de interacción de alcance global. El
presente ensayo se propone presentar un
acercamiento al campo de conocimiento de los
PLE, a partir de una revisión de sus principales
fundamentos.
Desarrollo
La educación es considerada una
importante herramienta de progreso, bienestar y
transformación, tanto en personas como
sociedades. Sin embargo, en el presente es
común escuchar o leer esta frase: educación en
crisis”; tal vez en investigadores, autoridades o
especialistas en el área, es una afirmación
conocida, por cuanto, el desarrollo histórico de
esta disciplina evidencia etapas en las cuales sus
premisas se han alejado de lo demandado por el
entorno, comprometiendo su pertinencia,
exigiendo cambios o reformas. No obstante,
algunos autores aseveran que esta crisis es
distinta, pues los retos actuales están golpeando
duramente la esencia misma de la idea de
educación tal como se la concibió en el umbral
de la larga historia de la civilización (Bauman,
2005, p. 27), enfrentando un proceso de
metamorfosis, forzándola a evolucionar.
En efecto, hoy está en tela de juicio lo
invariable de la idea, las características constitutivas
de la educación que hasta ahora habían soportado
todos los retos del pasado y habían emergido ilesas
de todas las crisis (Bauman, 2005, p. 27),
fundamentos no objetados antes, permaneciendo
vigentes mucho tiempo.
Según Robinson (2009), los sistemas
educativos de masas nacieron durante el período
Revolución Industrial, estos fueron diseñados con el
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
propósito de ofrecer respuestas a las exigencias
impuestas en una economía industrial, un patrón
fundamentado en estructuras jerárquicas donde
el ser humano es considerando un factor de
producción, instrumento para el logro de
objetivos previamente definidos, dando lugar al
surgimiento de un modelo educativo
tecnocrático instrumental, sustentado en una
visión mecanicista, racionalista, determinista,
fragmentada del mundo, pues el pensamiento
cartesiano representa su forma de conocer
(Carmona, 2007), determinando el modo de
integración e interacción del ser humano
consigo mismo y su entorno.
Cabe destacar, que esta visión del mundo
sumado a su sistema de valores emergió entre
los siglos XVI-XVII, cuando los fundamentos
medievales transitaron una modificación
estructural, abriendo paso a la modernidad, sus
elementos característicos se convierten en el
cimiento del paradigma newtoniano-cartesiano
predominante en occidente. Ahora bien, el
paradigma clásico pasó a dominar el factor
ciencia durante varios siglos, distinguiéndose
por: (a) una visión mecanicista del universo; (b)
visión del cuerpo humano semejante a una
máquina; (c) visión social producto de una
lucha en función de existir; (d) concepción del
progreso material atada a lo inacabado, sin un
fin, el cual es el resultado del desarrollo
económico como tecnológico (Capra, 1982).
Dentro de este orden de ideas, el nuevo
paradigma hegemónico dominante determina la
forma de pensar, actuar, conocer, impactando
de esta manera el conjunto de supuestos
orientadores de los conceptos y teorías, al
definir: lo qué se conoce, cómo se conoce, quién
lo conoce. De este modo, emerge una ciencia
clásica del método cartesiano, cuyo análisis
permeó todas sus áreas, teniendo un importante
efecto en el desarrollo de diferentes ciencias
humanas (psicología, educación). Desde esta
perspectiva, el mundo se asume equivalente a
un sistema mecánico, el cual puede ser
caracterizado objetivamente sin considerar al
observador, en consecuencia, esta descripción
objetiva” se convierte en el ideal perseguido por
todas las ciencias.
Es oportuno destacar, el período
modernidad, abre camino al surgimiento de
instituciones educativas arropadas por el
concepto de empresa, transformando el
elemento educación en una mercancía y el
profesor en un operario, se entiende al ser
humano un objeto de esta. De allí, nace una idea
de aprendizaje asociada a un individuo pasivo,
quien recibe conocimiento, por cuanto, este
último, es reconocido externo al sujeto aprendiz
(Gómez, 2010).
En tal sentido, la acción pedagógica
emula un momento científico, pues el alumno,
constituye un objeto de investigación, por lo
tanto, es necesario observarlo, manipularlo con
el objetivo de obtener resultados. Un enfoque
educativo encaminado a ofrecer respuestas a
una realidad histórico-social determinada, sin
embargo, desdibuja toda condición humana,
distintiva de otras especies, su capacidad de
pensar.
Resulta evidente, esta visión ha entrado
en crisis, sacudiendo los cimientos de la ciencia
y el pensamiento, pues sus respuestas resultan
insuficientes, parecen marchar por caminos
opuestos a una realidad social, haciendo
imprescindible un nuevo modo de entender el
mundo, dirigido a colocar en el centro del
proceso reflexivo al hombre. En la modernidad
se asume una realidad estática, por otra parte,
durante el período postmoderno se considera
está realidad influida del factor incertidumbre,
de esta manera, es imposible entenderla a través
de un lente único (Lyotard, 2000, citado por
Piñeres, 2009).
En efecto, pareciera innegable que
superar dicha crisis, considerada también una
etapa de crisis en la ciencia, requiere integrar
nuevas dimensiones como el azar o la
contingencia. Desde esta perspectiva, Bauman
(2002), a través de su metáfora modernidad
líquida, manifiesta la sociedad actual está
caracterizada por el cambio constante; lo cual
hace necesario navegar en océanos de
incertidumbre siempre presente.
Visto de esta forma, el autor
anteriormente citado afirma, en un entorno
volátil, complejo, ambiguo, los fundamentos
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
cognitivos y valores inmutables orientadores
del sistema educativo pierden vigencia, pues
fueron diseñados pensando en un mundo
duradero (Bauman, 2005). Pero, si el
conocimiento adquiere valía gracias a su
perdurabilidad y, el elemento educación alcanza
valor, producto de una oferta de conocimiento
persistente, cabría preguntarse ¿qué sucede
cuando los resultados obtenidos son aplicados
en un contexto donde se desafía constantemente
el factor verdad encerrado en el conocimiento?
el gran reto es preparar generaciones futuras
para habitar un universo impredecible.
Al respecto, uno de los principales desafíos está
asociado al impacto tecnológico en el empleo,
por cuanto esta nueva dinámica provocará una
extinción de algunas profesiones junto al
nacimiento de otras. Sumado ello, un mercado
laboral en permanente transformación exige
mejorar de forma constante el bagaje de
competencias adquiridas por los profesionales,
al mismo tiempo desarrollar otras, por ejemplo,
competencias digitales. Evidentemente, las
instituciones de educación superior detentan el
compromiso de asumir otros paradigmas, en su
propósito de consolidar un modelo diferente de
universidad, mediante procesos de innovación.
Desde esta perspectiva, emergen nuevos
vínculos enfocados hacia una concepción del
mundo mucho más sistémica y compleja, donde
los límites son poco precisos, se admite una
presencia de diversas fuerzas generadoras de
tensiones. En consecuencia, surgen
perspectivas inéditas en el abordaje de esta
realidad, colocando en discusión los enfoques
únicos asociados a disciplinas científicas, como
la educación (Pereira, 2014).
Sin duda, en este contexto el sistema
educativo tiene una imperiosa necesidad de
realizar esfuerzos e impulsar acciones con el
propósito de transformarse, generar respuestas a
esta dinámica de orden y desorden, a una
diversidad generacional impulsada por nuevos
estilos de vida, los cuales demandan una
educación diferente. En opinión de Carneiro
(2012), la humanidad viene alterando
significativamente los modos de comunicar, de
entretener, de trabajar, de negociar, de gobernar
y de socializar, sobre la base de la difusión y
uso de las TIC a escala global (p. 1), en este
contexto los sistemas educativos están
obligados a reinventarse.
Ahora bien, en un escenario donde se
cruzan los ámbitos educativo y tecnológico, en
un momento de gran auge tecnológico, su
influencia se percibe en las generaciones más
jóvenes, quienes nacieron en una era digital,
por consiguiente, son usuarios permanentes de
estas herramientas (Monteferrante, 2010), es
imperativo el tránsito de una educación
pensada para la sociedad industrial hacia una
educación orientada al marco de la sociedad
del conocimiento (Adell & Castañeda, 2013b),
en este contexto es preciso conducir procesos
de innovación.
Según el filósofo Jhon Dewey (citado
por Escamilla, 2019), si hoy enseñamos a
nuestros estudiantes como enseñábamos ayer,
los despojamos del futuro (p. 12). La
universidad debe asumir la responsabilidad de
generar propuestas pertinentes, por lo tanto, se
enfrenta al reto de convertirse en una
institución innovadora e integrar en sus
estructuras y procesos nuevas herramientas
tecnológicas, con el objetivo de construir
entornos educativos flexibles, colaborativos, a
fin de formar el talento del mañana.
De este modo, las Instituciones de
Educación Superior no solo detentan el
compromiso de repensar sus modelos
educativos, sino también, usar eficientemente
el componente tecnología. El famoso
futurólogo Kurzweil (citado por Hammond,
2008), sostiene el desarrollo tecnológico ha
sido exponencial, en efecto, asevera al concluir
el siglo XXI, no serán cien años de avance, sino
lo equivalente a veinte mil. Al respecto, es
relevante destacar aproximadamente cincuenta
por ciento (50%) de los individuos en el mundo
dispone de conexión a internet, haciendo
posible el acceso a una gran cantidad de
contenidos en distintos formatos, a través de
plataformas digitales. Por lo tanto, estas
instituciones enfrentan el compromiso
apremiante de mejorar sus experiencias de
aprendizaje, por cuanto en el siglo XXI el
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
aprendizaje es constante y permanente
(Covarrubias, 2019).
En esta perspectiva, Adell & Castañeda
(2013b), sostienen, todos los individuos poseen
un entorno personal para aprender que en los
inicios de la civilización estuvo conformado por
el binomio tribu-familia, posteriormente, se
incorporaron maestros y libros, finalmente,
llegó un sitio físico de reunión denominado
escuela, colocando al profesor en el centro del
accionar educativo. Ahora bien, gracias al
surgimiento de internet aunado a nuevas
tecnologías, el espacio y tiempo natural
asociado al proceso de enseñanza aprendizaje se
amplía está expansión, obedece a una
exposición considerable a una red de vínculos e
información, creando comunidades de
aprendizaje.
De esta manera, las instituciones
educativas pierden su posición de entornos
exclusivos de formación e información, en
consecuencia, resulta oportuno pensar su
accionar integrado a otros actores, contextos,
creando oportunidades de coexistencia entre
una educación presencial y a distancia. Si bien,
no existe consenso entre los investigadores con
respecto a los orígenes de la educación a
distancia, si es posible afirmar no representa una
modalidad de reciente data, pues está presente
desde el momento que el proceso de interacción
didáctica se realiza de manera no presencial,
sincrónica, soportado en el uso de distintos
medios de comunicación (Chaves, 2017).
Es importante destacar, que existen varias
generaciones en educación a distancia, de este
modo, autores como Nipper (1989, citado por
Arboleda, 2013), proponen esta clasificación:
(a) cursos por correspondencia, cuyo eje central
fue el material impreso; (b) uso de medios
electrónicos, incluido el computador,
finalmente, (c) educación sustentada en TIC (p.
49). De igual manera, Arboleda (2013), afirma
otros investigadores adicionan una nueva
generación asociada al uso de herramientas
colaborativas (blog, wiki, redes sociales, entre
otras).
Finalmente, Taylor (1999, citado por
Arboleda, 2013), introduce una quinta
generación, ligada a los progresos en la web 3.0.
Al respecto, la Asociación Colombiana de
Educación Superior a Distancia (2013), destaca
que gracias a “la irrupción de las tecnologías
digitales de información y comunicación y su
incorporación en los procesos formativos, la
mayoría de las universidades abiertas ha optado
también por la utilización de los ambientes
virtuales de aprendizaje(p. 24). En este orden
de ideas, la Comisión de las Comunidades
Europeas (2001), define el e-learning asociado
a “utilización de las nuevas tecnologías
multimediales y de Internet, para mejorar la
calidad del aprendizaje facilitando el acceso a
recursos y servicios, así como los intercambios
y la colaboración a distancia” (p. 2), un sistema
orientado a integrar un conjunto de factores de
naturaleza institucional, técnica, social,
personal.
En tal sentido, el desarrollo de los
entornos virtuales de aprendizaje supuso el
surgimiento de un grupo de posibilidades
orientadas a los procesos educativos apoyados
en tecnologías, principalmente mediante el uso
de plataformas Moodle o LMS (Learning
Management System). No obstante, Salinas
(2009), sostiene estas aplicaciones nacidas con
el propósito de manejar dichos entornos, se
enfocan principalmente hacia gestión de cursos,
desplazando a un segundo plano los procesos de
interacción entre profesor-
estudiante/estudiante-estudiante, en
consecuencia, es posible afirmar no fueron
concebidas atendiendo a una concepción
sistémica, soportada en diversas teorías de
aprendizaje.
El autor anteriormente citado, destaca
este tipo de propuestas son adecuadas cuando se
trabaja atendiendo a una visión del aprendizaje
asociada a transmisión de conocimiento, donde
el interés principal se orienta al diseño de
contenidos, no al proceso. Ahora bien, ¿qué
sucede cuando se modifica este concepto?
considerándolo un proceso de construcción. Los
resultados demuestran un conjunto de
debilidades asociadas a los modelos didácticos;
nivel de compromiso, tanto de facilitadores
como estudiantes, en suma, se evidencia poca
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
flexibilidad en ofrecer respuestas ante la
dinámica de transformación presente en los
sistemas educativos. Aunado a ello, el rápido
auge del denominado software social, el cual
congrega un grupo de recursos facilitadores de
los procesos de comunicación, colaboración e
interacción entre personas, haciendo posible el
nacimiento de los denominados PLE.
En la búsqueda de una definición de
Entornos Personales de Aprendizaje
El término PLE aparece por primera vez
en el año 2001, asociado al proyecto NIMLE
(Northern Ireland Integrated Managed
Learning Environment), iniciativa orientada a
crear un entorno de aprendizaje que colocará al
estudiante como eje central, convirtiéndose en
una alternativa de evolución a los entornos
virtuales de aprendizaje (Brown, 2010, citado
por Adell & Castañeda, 2013b). De esta
manera, emerge un nuevo concepto, el cual ha
logrado posicionarse en el ámbito educativo
producto del interés de un nutrido grupo de
investigadores dedicados a su exploración y
desarrollo.
Cabe destacar, alrededor de los PLE han
surgido dos líneas de estudio, en la primera,
predomina visiblemente el enfoque
tecnológico, en efecto, los investigadores
asociados a esta corriente reconocen los PLE
poseen un carácter instrumental, en
consecuencia, constituyen un artefacto
tecnológico. Por otra parte, el segundo grupo,
coloca su interés en el aprendizaje, al
considerar representan una orientación
pedagógica enfocada en la forma de aprender
usando tecnología. En este orden de ideas,
García & Bona (2017), afirman el primer
grupo, hace énfasis en los conceptos de
accesibilidad, integración, gestión de
tecnologías. En cambio, la segunda línea de
estudio se enfoca en conceptos de autonomía
del aprendizaje y maneras de aprender.
Al respecto, es posible encontrar diversas
definiciones en investigaciones y
publicaciones, al respecto Attwell (2007,
citado por Casquero, 2013), uno de los
principales promotores del movimiento PLE,
expresa representan “un cambio en la práctica
pedagógica hacia un aprendizaje abierto, social
y centrado en el estudiante” (p. 71). Por su
parte, Lubensky (2006, citado por Salinas,
2013), asume los PLE como una instalación
individual para acceder, agregar, configurar y
manipular los artefactos digitales de sus
experiencias de aprendizaje continuo (p. 54).
De modo similar, Chatti (2009, citado por
Salinas, 2013), afirma son una “colección
autodefinida de servicios, herramientas y
dispositivos que ayuda a las personas a
construir sus Redes Personales de
Conocimiento (PKN) poniendo en común
nodos de conocimiento tácito (p. e. personas) y
nodos de conocimiento explícito (p. e.
Información)” (p. 54), una definición con un
alto matiz pedagógico.
Se observa claramente, aun cuando el
término es relativamente nuevo, es posible
conseguir a su alrededor distintas
aproximaciones, dando lugar a diferentes
enfoques. Ahora bien, una tendencia presente
en un buen número de esos conceptos es
asociada a la necesidad de definir un sistema
adaptado al estudiante, así como, a combinar
aprendizajes informales con aquellos
provenientes de una institución formal. A los
efectos de esta construcción, resulta de interés
la línea de pensamiento que considera los PLE
una alternativa pedagógica, al permitir emplear
el elemento tecnológico a fin de aprender.
Por tal razón, se asumirá la definición
propuesta por Adell & Castañeda (2010),
quienes conciben un PLE asociado a “un
conjunto de herramientas, fuentes de
información, conexiones y actividades que
cada persona utiliza de forma asidua para poder
aprender” (p. 7), en consecuencia, los PLE
fusionan experiencias procedentes de
educación formal con aquellas derivadas de
herramientas tecnológicas, conformando una
ecología de aprendizaje, nutriéndose de
procesos tanto individuales y colectivos. En
este orden de ideas, Attwell (2008, citado Adell
& Castañeda, 2010), afirma el aprendizaje es
producto de una actividad integrada por
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
diversos procesos cognitivos: (a) leer; (b)
reflexionar; (c) compartir (p. 7).
En función de lo planteado, cabría
preguntarse ¿cómo está conformado un PLE?
Adell & Castañeda (2010, 2011) destacan son
básicamente tres partes: (a) herramientas y
estrategias de lectura; (b) herramientas y
estrategias de reflexión; por último, (c)
herramientas y estrategias de relación. Al
respecto, las herramientas y estrategias de
lectura son fuentes que permiten acceder,
extraer información de manera habitual o
excepcional. En tal sentido, se emplean
diferentes herramientas: blogs, boletines o
canales de video; incluyen actividades de
lectura, chequeo. Contemplan, además,
aspectos de carácter pedagógico, el caso de
actitudes, aptitudes empleadas en el proceso de
exploración, con el propósito de despertar
curiosidad e iniciativa.
Seguidamente, aparecen herramientas y
estrategias de reflexión, representadas por los
entornos o servicios orientados a modificar,
fusionar, reconstruir información; incorporan
acciones de reflexión, análisis, síntesis,
reelaboración, pues ofrecen posibilidades de
escribir, comentar, publicar, recomendar. En
síntesis, este segundo grupo de herramientas
permiten reelaborar, transformar y mostrar
información, tal es el caso de blog, muros,
cuadernos de notas, mapa conceptual o
esquemas.
Finalmente, el último grupo está
integrado por las herramientas y estrategias de
relación, espacios asociados al establecimiento
de vínculos con otras personas, abriendo
oportunidades de aprender tanto de otros como
junto a otros, ese intercambio es una vía para
enriquecer el conocimiento, pues se asume el
entorno social con el objetivo de aprender,
denominado Red Personal de Aprendizaje o
PNL. En resumen, incluye el empleo del
software social, a través de encuentros, foros,
reuniones o congresos, en consecuencia,
resultan relevantes las competencias de
asertividad, diálogo, aunadas a competencias
orientadas al establecimiento de consenso y
toma de decisiones.
Considerando los planteamientos presentados,
resulta conveniente precisar que los
argumentos presentados en los párrafos
anteriores tienen el propósito de exponer los
principales fundamentos de un PLE, sin
embargo, estas herramientas, actividades o
mecanismos no son excluyentes, por cuanto, se
hace referencia al modo utilizado por cada
persona para aprender, en consecuencia,
forman parte de una determinada estrategia, la
cual dependerá de su percepción con respecto
al proceso de aprendizaje.
Entornos Personales de Aprendizaje: ¿Un
nuevo enfoque pedagógico?
Al iniciar este apartado, es importante
establecer un grupo de premisas orientadoras
del proceso de discusión, en primera instancia,
los PLE no representan una teoría de
aprendizaje, algunos autores sostienen no
existe una postura única asociada al
aprendizaje empleando tecnología. Aunado a
esto, no todos los estudiantes son iguales, pues
cada individuo es un ser único, con valores,
creencias, aptitudes, actitudes diferentes; en
consecuencia, el proceso de enseñanza-
aprendizaje depende de esas particularidades.
De allí, es posible afirmar los PLE representan
un enfoque pedagógico, su intención es tratar
de aprovechar el potencial tecnológico con el
propósito de mejorar el aprendizaje formal e
informal.
En tal sentido, Adell & Castañeda
(2013b), señalan es posible integrar los PLE a
un nutrido conjunto de teorías o modelos de
enseñanza, fundamentalmente, ligados al
enfoque de formación por competencias. En
efecto, es viable vincular los entornos
personales de aprendizaje con entornos de
aprendizaje constructivistas, siendo necesario
entonces, confrontar dos visiones de sobre
educación, constructivismo e instructivismo.
Al respecto, en el constructivismo los
estudiantes son participantes activos para
edificar su conocimiento, dentro de este marco,
el proceso de enseñanza sirve de soporte a esta
construcción, pues no se considera transmisión
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
de conocimientos. Ahora bien, en el caso de los
instructivistas, el proceso de enseñanza esta
previamente definido, preestablecido, el
conocimiento se trasmite a través de distintos
medios (docente, libros, multimedia, entre
otros).
Siguiendo las ideas de Attwell,
Castañeda & Buchem (2011, citados por
Castañeda & Adell, 2013b), es posible afirmar
un PLE es un enfoque pedagógico con unas
enormes implicaciones en los procesos de
aprendizaje y con una base tecnológica
evidente. Un concepto tecno-pedagógico que
saca el mejor partido de las innegables
posibilidades que le ofrecen las tecnologías
(p. 15). Por lo tanto, constituye una nueva
orientación pedagógica; incorpora
esencialmente tecnología, con el propósito de
encontrar una mejor manera de aprender.
De esta manera, resulta imprescindible
repensar el sentido al hecho educativo, además,
se requieren propuestas pedagógicas
innovadoras a fin de diseñar estos entornos,
siendo preciso considerar aspectos
relacionados a estrategias de formación: (a)
personalización; (b) aprendizaje activo; (c)
aprendizaje colaborativo; (d) aprendizaje
autodirigido (Gros, 2015, p. 63). Sin olvidar,
que ofrecer autonomía exige un conjunto de
competencias, las cuales deben ser
desarrolladas tanto estudiantes como
facilitadores, con el objetivo de gestionar los
diferentes contextos de una manera integral,
capacitándolos en el aprendizaje durante toda
la vida.
En este orden de ideas, Adell &
Castañeda (2012), señalan que gracias al
surgimiento de propuestas de cambio en el
contexto educativo nacen las pedagogías
emergentes, orientadas a incorporar la
tecnología en el proceso de aprendizaje,
transformando pedagogías vigentes al generar
nuevos planteamientos que facilitan la
enseñanza y mejoran el aprendizaje. De este
modo, los PLE congregan un grupo de
propuestas pedagógicas emergentes,
consideradas un:
Conjunto de enfoques e ideas pedagógicas,
todavía no bien sistematizadas, que surgen
alrededor del uso de las TIC en educación
y que intentan aprovechar todo su
potencial comunicativo, informacional,
colaborativo, interactivo, creativo e
innovador en el marco de una nueva
cultura del aprendizaje. (p. 15)
Desde esta perspectiva, se complementan
ideas conocidas con nuevas propuestas,
adaptando los sistemas educativos a la
dinámica impuesta por la sociedad del
conocimiento, en esta tarea resulta relevante no
confundir pedagogías y tecnologías
emergentes, estas poseen una relación
bidireccional, por cuanto, incorporar nuevas
tecnologías requiere teorías, métodos, enfoques
de enseñanza distintos (Gros, 2015). Se trata de
herramientas, conceptos e innovaciones
colocados al servicio del sistema educativo,
según Veletsianos (2010, citado por Adell &
Castañeda, 2012), su propósito es adecuar los
sistemas educativos a las demandas de los
estudiantes. En suma, esta búsqueda se resume
en emplear el potencial encerrado en
tecnologías digitales con el propósito de
fortalecer los diseños pedagógicos.
Los PLE una oportunidad para innovar en
Educación Superior
Sin duda, la historia de la humanidad
evidencia cambios importantes en sus
diferentes eras. Así como sucedió en siglos
anteriores, esta era digital tiene en internet, los
teléfonos inteligentes, aunado, a un gran
número de objetos conectados intercambiando
información, los principales factores
generadores de disrupción; una disrupción
digital que viene acompañada de nuevas
formas de acceso a los servicios,
principalmente, asociados al conocimiento
(Rama, 2019). Si bien es cierto, en cada uno de
estos períodos históricos, instituciones y
procesos educativos se han adaptado a
condiciones del momento, el contexto presente
exige transformaciones, no solo en los
docentes, estudiantes, sino también, en los
escenarios empleados con el objetivo de
propiciar el aprendizaje.
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
De este modo, al aparecer internet
aparejado de un abanico de oportunidades para
buscar y compartir información, sumado al
incremento del acceso a tecnologías, ha
permitido su integración de modo gradual en el
ámbito educativo, impactando en sus diversos
niveles. En consecuencia, instituciones,
profesores comenzaron a emplear tecnología
con el propósito de modificar, enriquecer su
experiencia docente. En una primera fase,
afirman Silva & Romero (2013), dicha
tecnología fue utilizada como una extensión en
práctica docente presencial, no obstante, el uso
de estos recursos más la experiencia
acumulada, provocaron una evolución hacia
nuevas perspectivas, incorporando otras aristas
en el discurso pedagógico
En este orden de ideas, Salinas (1997),
sostiene que el factor central del proceso
educativo, el aula de clase y el tiempo asociado
a esta, se desdibujan, pues tiempo, lugar, acción
se modifican, ahora no necesariamente
confluyen, por cuanto, las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) admiten
el uso de los recursos a una mayor cantidad de
personas, quienes no precisan estar físicamente
en el mismo lugar. De esta forma, aquellas
coordenadas de espacio y tiempo impuestas en
educación tradicional, asociadas a un espacio
físico para una reunión síncrona, abren paso al
surgimiento de nuevos escenarios de
aprendizaje, donde la ubicuidad está presente.
Resulta evidente, las instituciones de
educación superior asumen el compromiso de
generar nuevos planteamientos frente a estos
cambios, ¿cómo pueden lograr este objetivo?,
existen diversos caminos, sin embargo, estas
respuestas es posible encontrarlas en el
componente innovación, asociada al uso de
TIC; sumado, a modificaciones de estructuras
universitarias, producto de incorporar estas
tecnologías; finalmente, en prácticas
innovadores en general, cuyo propósito se
enfoca en aprovechar todo el potencial de las
TIC (Salinas, 2004).
Con referencia a lo anterior, Fullan &
Stiegelbauer (1991, citados por Salinas, 2004),
destacan innovar está asociado con los
procesos de enseñanza-aprendizaje, involucra
cambios relacionados con integrar nuevos
materiales, conductas, prácticas de enseñanza,
así como, creencias, concepciones. Según,
Morín & Seurat (1998, citados por Salina,
2004), al mencionar el hecho de introducir
condiciones diferentes, no significa entender
por innovación solo el resultado de investigar,
también puede ser consecuencia del
aprovechamiento de tecnologías, las cuales han
sido desarrolladas en otras áreas.
Al respecto, el informe Innovating
Report de la Open University (citado por Gros,
2015), considera innovación el “aprendizaje sin
costuras o sin fisuras”, aquel aprendizaje a
través de diversos contextos a lo largo y ancho
de la vida, de esta manera incluye los diversos
entornos transitados por cada individuo, según
Sharples et ál. (2012, citado por Gros, 2015)
“es cuando una persona experimenta una
continuidad de experiencias de aprendizaje a
través de diferentes contextos y tecnologías
(p. 61), por lo tanto, es posible relacionarlo con
los aprendizajes desarrollados con el soporte de
los entornos virtuales.
Cabe agregar, realizar actividades en
línea abre oportunidades de conformar nodos
de conocimiento, participar en redes e integrar
comunidades de aprendizaje, donde es posible
formarse con otras personas, a través del uso de
distintos recursos asociados a un universo de
temas, dependiendo de los intereses de cada
individuo. En tal sentido, ubicuidad significa
posibilidades de aprender en contextos
distintos.
En efecto, Hooft et ál. (2007, citado por
García, 2017), manifiesta el aprendizaje
ubicuo, se genera en un ambiente en el que los
alumnos pueden acceder a diferentes
dispositivos y servicios digitales, así como a los
dispositivos móviles, siempre y cuando los
necesiten (p. 20), en consecuencia, el proceso
de aprendizaje ocurre en cualquier momento o
lugar. En atención a las ideas precedentes,
resulta claro el estudiante debe asumir
responsablemente la dirección de su proceso de
aprendizaje, precisamente los PLE están
orientados a generar respuestas a las demandas
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
demandas de estos, al permitir participar,
cooperar, integrar, generar, compartir
contenidos, recursos, gracias al apoyo de
tecnologías digitales.
En consecuencia, las instituciones de
educación superior se enfrentan al reto de
aprovechar las fortalezas ofrecidas por los
nuevos entornos, con el propósito de
emplearlas en mejorar sus funciones
académicas fundamentales (docencia,
investigación, extensión). Pero, si bien es
cierto, el panorama resulta prometedor,
también se hace indispensable señalar, reclama
acciones distintas de sus principales actores,
profesores, estudiantes, comunidad
universitaria en general.
En este contexto el docente no constituye
una fuente única de conocimiento, ahora se
convierte en guía, cuyo propósito fundamental
es orientar a sus estudiantes en el uso de los
diversos recursos e instrumentos disponibles, a
fin de crear conocimiento en función de
desarrollar competencias. Por su parte, el
estudiante se transforma en protagonista activo
de su proceso de aprendizaje (Salinas, 2009).
De este modo, utilizar metodologías centradas
en este, solicita cambios en los roles de docente
y alumno, los cuales se muestran en la Tabla 1.
Sin duda, el avance registrado en los
modelos de formación apoyados en virtualidad,
es producto de integrar TIC combinadas a
factores pedagógicos, permitiendo de esta
manera el surgimiento de orientaciones
alternativas, encaminadas hacia mejoras del
proceso de enseñanza-aprendizaje, cuyas
premisas se enfocan en propiciar una mayor
vinculación facilitador-estudiante, estudiante-
estudiante, aunado a un incremento de la
cooperación entre ellos, para crear nuevo
conocimiento producto de su integración en
comunidades de aprendizaje.
Resulta oportuno destacar, las TIC no
fueron diseñadas con un objetivo educativo, de
allí se considera, por mismas no garantizan
cambios significativos o mejoras en los
procesos de enseñanza aprendizaje, el verdadero
reto de los sistemas educativos es otorgarle un uso
pedagógico enfocado en provocar innovación, por
consiguiente, modificar cómo se enseña y aprende
Tabla 1.
Roles de docentes y alumnos en entornos de aprendizaje
centrados en el alumno
Actor
Cambio de:
Cambio a:
Docente
Transmisor de
conocimiento, fuente
principal de
información, experto
en contenidos y
fuente de todas las
respuestas.
Facilitador del
aprendizaje,
colaborador,
entrenador, tutor,
guía y participante
del proceso de
aprendizaje.
Controla y dirige
todos los aspectos del
aprendizaje.
Permite que el
alumno sea más
responsable de su
propio aprendizaje y
le ofrece diversas
opciones.
Alumno
Receptor pasivo de
información.
Participante activo
del proceso de
aprendizaje.
Receptor de
conocimiento.
El estudiante produce
y comparte el
conocimiento, a
veces participando
como experto.
El aprendizaje es
concebido como una
actividad individual.
El aprendizaje es una
actividad
colaborativa que se
lleva a cabo con otros
alumnos.
Nota. Cambios de roles, elaborado por Silva (2016).
en esta nueva era digital. En tal sentido, Latorre
et ál. (2018), sugieren avanzar de TIC a TAC,
Tecnologías del Aprendizaje y del
Conocimiento, estas últimas facilitan el empleo
efectivo de TIC.
Como resultado, Latorre et al. (2018),
expresan es posible “compartir, crear, difundir,
debatir simultáneamente en distintos y
apartados lugares geográficos del mundo y
generar un diálogo de conocimientos en tiempo
real a través de foros virtuales propios de e-
comunidades” (p. 34), en tanto, el objetivo es
más ambicioso, pues se trata, no solo de
aprender a usar el factor tecnología, sino
emplear estas herramientas al servicio del
proceso formativo: conocerlas, seleccionarlas,
utilizarlas de manera apropiada en construir
entornos de aprendizaje acordes, a demandas y
perfiles de usuarios (Lozano, 2011).
Finalmente, las Tecnologías de
Empoderamiento y Participación (TEP),
permiten preparar, publicar contenidos, al
mismo tiempo, afirma Arnold (2017),
posibilitan la construcción social de conocimiento
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
o hacer comunidad” (p. 12), nacen producto de
cooperación y comunicación. En efecto,
integrar TIC-TAC-TEP, permite reconfigurar
la educación, favoreciendo el desarrollo de los
PLE, los cuales vienen a convertirse en un
sistema bisagra que puede integrar el entorno
virtual institucional donde estamos
distribuyendo cursos y este entorno más
informal que ofrecen redes sociales y
comunidades virtuales de aprendizaje
(Salinas, 2009, p. 2), enriqueciendo
posibilidades de formación ofrecidas en
educación superior.
Es necesario entender, la existencia de un
gran número de posibilidades asociadas a estas
tecnologías, si bien es cierto, los casos producto
de su aplicación en educación evidencian
resultados exitosos, está presente el reto de
asumir una verdadera trasformación, pues, tal
como lo expresan Tilve et al. (2009), el uso de
“herramientas tecnológicas para mejorar los
procesos de enseñanza y aprendizaje es
insuficiente si ésta no se produce en el contexto
de una formulación metodológica global
(formativa, organizativa y curricular)” (p. 66),
esta debe ser capaz de modificar de manera
sustancial los modelos educativos vigentes.
Conclusión
El debate existente alrededor del tema
educación en todos sus niveles, coloca en el
centro del análisis la disparidad existente entre
el binomio demandas-capacidad de respuesta,
pues el accionar de los sistemas educativos
refleja los vestigios de una economía industrial,
desencadenando grandes cuestionamientos
acerca de su pertinencia, al colocar en
discusión tanto su propósito como evolución a
futuro.
Es importante destacar, gracias al
desarrollo experimentado en ciencia y
tecnología, pensar en el futuro se ha convertido
en una reflexión compleja, provocando altos
niveles de incertidumbre, al parecer este
escenario deja una única certidumbre, el
cambio permanente. No obstante, resulta claro,
realizar el ejercicio de intentar construir ese
futuro, se asocia cada vez más al conocimiento.
Sin duda, este contexto despierta especial
interés alrededor de actividades relacionadas
con la formación, por cuanto, los sistemas
educativos, especialmente las universidades, se
encuentran en un período de transición desde
viejos paradigmas hacia complejos escenarios,
alterando su habitual arquitectura de
funcionamiento. Ahora bien, este nuevo
abordaje sobre la educación debe ser pensado a
partir del factor tecnológico, pero dentro de un
proceso de construcción integrado a
componentes sociales.
Al respecto, la educación conserva el
compromiso de convertirse en reflejo de esta
realidad al incorporar tecnologías, las cuales
constituyen una vía hacia la integración de
espacios de interacción social-virtual flexibles,
conformando ecosistemas que cruzan los
límites entre lo formal e informal, creando
posibilidades encaminadas a combinar de
manera armónica ambos entornos, a fin de
configurar comunidades de aprendizaje.
Esta perspectiva exige colocar al
individuo en el centro del accionar educativo,
generando propuestas hacia un mundo donde
prevalece el cambio, implica navegar en
océanos de incertidumbre, tal como lo refiere
Bauman (2005) en su modernidad líquida. Los
PLE están encaminados a facilitar el proceso de
aprendizaje, al integrar diversos contextos
gracias a una combinación de herramientas y
aplicaciones, representan una opción enfocada
en explorar enfoques distintos en pedagogía,
reconociendo el aprendizaje obedece a un
proceso continuo.
En tal sentido, el subsistema de
educación superior detenta una importante
responsabilidad, crear propuestas conducentes
a desarrollar competencias para una sociedad
global, a fin de formar profesionales cuyo
campo de actuación será incierto, altamente
complejo y cambiante; el cual demandará
egresados con capacidad de desempeñarse en
diversos cargos, ofrecer soluciones a
problemas inexistentes hoy, por lo tanto, deben
ser capaces de buscar esas opciones, generar o
inducir su diseño, finalmente, aplicarlas.
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Referencias
Adell, J. & Castañeda, L. J. (2010). Los Entornos Personales
de Aprendizaje (PLEs). En R. Roig & M. Fiorucci (eds.).
Claves para la investigación en Innovación y Calidad
Educativas. La integración de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación y la Interculturalidad en
las aulas (pp. 19-30). Editores Marfil.
Adell, J. y Castañeda, L. J. (2011). El desarrollo profesional de
los docentes en entornos personas del aprendizaje (PLE).
En R. Roig & M. Fiorucci (eds.), La práctica educativa
en la Sociedad de la Información: Innovación a través de
la investigación (pp. 83-95). Editores Marfil.
Adell, J. y Castañeda, L. J. (2012). Tecnologías emergentes,
¿pedagogías emergentes? En J. Hernández; M. Pennesi;
D. López; A. Vásquez (coord.), Tendencias emergentes
en educación con TIC (pp. 13-32). Asociación Espiral,
Educación y Tecnología.
Adell, J. y Castañeda, L. J. (2013a). La anatomía de los PLES.
En J. Adell y L. Castañeda (eds.), Entornos Personales
de Aprendizaje: Claves para el sistema educativo en red
(pp. 11-27). Editores Marfil.
Adell, J. y Castañeda, L. J. (2013b). El ecosistema pedagógico
de los PLES. En J. Adell y L. Castañeda (eds.), Entornos
Personales de Aprendizaje: Claves para el sistema
educativo en red (pp. 29-54). Editores Marfil.
Arboleda, N. (2013). La nueva relación entre tecnología,
conocimiento y formación tiende a integrar las
modalidades educativas. En N. Arboleda y C. Rama
(eds.), La Educación Superior a Distancia y Virtual en
Colombia: Nuevas realidades (pp. 47-63). Asociación
Colombiana de Instituciones de Educación Superior con
Programas a Distancia y Virtual.
Arnold, A. (2017). TIC, TAC, TEP, el sonido de las nuevas
tecnologías. Revista Alma Mater, 304, 10-15.
https://issuu.com/revistaalmamateruag/docs/alma_mater
_octubre_2017
Bauman, Z. (2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura
Económica de Argentina, S.A.
Bauman, Z. (2005). Retos de la educación en la modernidad
líquida. Editorial Gedisa.
Capra, F. (1982). El punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura
naciente. Editorial Estaciones.
Carmona, M. (2007). La educación y la crisis de la modernidad.
Hacia una educación humanizadora. Revista de Artes y
Humanidades UNICA, 8 (19), 134-157.
https://www.redalyc.org/pdf/1701/170118451008.pdf.
Casquero, O. (2013). PLE: Una perspectiva tecnológica. En J.
Adell y L. Castañeda (eds.), Entornos Personales de
Aprendizaje: Claves para el sistema educativo en red (pp.
71-84). Editores Marfil.
Comisión de las Comunidades Europeas (2001). Plan de
acción eLearning. Concebir la educación del futuro.
https://eur-
lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2
001:0172:FIN:ES:PDF
Covarrubias, P. (2019). El desafío de las universidades para
preparar los talentos del futuro. Telos Enlighted, 110,
40-48.
https://www.fundaciontelefonica.com.ve/publicacione
s-listado/pagina-item-publicaciones/itempubli/659/
Chaves, A. (2017). La educación a distancia como respuesta a
las necesidades educativas del siglo XXI. Revista
Academia & Virtualidad, 10 (1), 23-41.
https://revistas.unimilitar.edu.co/index.php/ravi/article
/view/2241/2507
Escamilla, J. (2019). El valor de enseñar para el mañana. Telos
Enlighted, 110, 10-15.
https://www.fundaciontelefonica.com.ve/publicacione
s-listado/pagina-item-publicaciones/itempubli/659/
García, L. (2017). Educación a distancia y virtual: Calidad,
disrupción, aprendizajes adaptativo y móvil. Revista
Iberoamericana de Educación a Distancia, 20, (2)
http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/187
37/18355
García, L. & Bona, Y. (2017). Ambientes colectivos de
aprendizaje: Una propuesta para repensar la literatura
sobre los Personal Learning Enviroment. En C. Rama
y M. Chan (coord.), Futuro de los sistemas y ambientes
educativos mediados por las TIC (pp. 115-134).
Universidad de Guadalajara.
Gómez, T. (2010). El nuevo paradigma de la complejidad y la
educación: Una mirada histórica. Revista de la
Universidad Bolivariana, 9 (25), 183-198.
https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v9n25/art10.pdf
Gros, B. (2015). La caída de los muros del conocimiento en la
sociedad digital y las pedagogías emergentes. EKS, 16
(1), 58-68.
https://revistas.usal.es/index.php/eks/article/viewFile/
eks20151615868/13002
Gros, B. (2018). La evolución del e-learning: del aula virtual a
la red. Revista Iberoamericana de Educación a
Distancia, 21 (2), 69-82.
http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/205
77
Hammond, R. (2008). El mundo en 2030. Editions Yago.
Latorre, E., Castro, K. & Potes, I. (2018). Las TIC, las TAC y
las TEP: Innovación Educativa en la era conceptual.
Universidad Sergio Arboleda.
https://repository.usergioarboleda.edu.co/bitstream/ha
ndle/11232/1219/TIC%20TAC%20TEP.pdf?sequence
=1&isAllowed=y
Lozano, R. (2011). De las TIC a las TAC: Tecnologías del
aprendizaje y del conocimiento. Anuario ThinkEPI, 5,
45-47.
https://recyt.fecyt.es/index.php/ThinkEPI/article/view/
30465
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Monteferrante, P. (2010). La Generación Net, claves para
entenderla. Debates IESA, XV (4), 58-61.
http://virtual.iesa.edu.ve/servicios/wordpress/wp-
content/uploads/2013/09/o-10monteferrante.pdf
Pereira, J. (2014). Universidad del Siglo XXI, metamorfosis de
la Educación Superior: Nuevas generaciones y retos
educativos [Ponencia]. Congreso Regional de
Investigación y Pedagogía. Universidad Pedagógica
Experimental Libertador (UPEL).
Rama, C. (2019). La revolución tecnológica digital y el
“futurible” de una educación digital colaborativa en
red. En C. Rama y M. Morocho (coord.), Prospectiva
de la Educación a Distancia en América Latina y el
Caribe (pp. 9-42). Universidad Técnica Particular de
Loja (UTPL).
Robinson, K. (2009). El elemento. Editorial DEBOLSILLO.
Salinas, J. (1997). Nuevos ambientes de aprendizaje para una
sociedad de la información. Pensamiento Educativo 20
(1), 81-104.
https://pensamientoeducativo.uc.cl/files/journals/2/arti
cles/85/public/85-208-1-PB.pdf
Salinas, J. (2004). Innovación docente y uso de las TIC en la
enseñanza universitaria. Revista de Universidad y
Sociedad del Conocimiento 1 (1), 1-16.
http://rusc.uoc.edu/rusc/es/index.php/rusc/article/dow
nload/v1n1-salinas/228-1150-2-PB.pdf
Salinas, J. (2009). Nuevas modalidades de formación: Entre los
entornos virtuales institucionales y los personales de
aprendizaje.
https://www.researchgate.net/publication/228353489_
Nuevas_modalidades_de_formacion_entre_los_entorn
os_virtuales_institucionales_y_los_personales_de_apr
endizaje
Salinas, J. (2013). Enseñanza flexible y aprendizaje abierto,
fundamentos clave de los ples. En J. Adell y L.
Castañeda (eds.), Entornos Personales de Aprendizaje:
Claves para el sistema educativo en red (pp. 53-70).
Editores Marfil.
Silva, J. y Romero, M. (2013). La virtualidad una oportunidad
para innovar en educación: Un modelo para el diseño
de entornos virtuales de aprendizaje. Didasc@lia:
Didáctica y Educación, 5 (1), 1-23.
https://www.researchgate.net/publication/306298406_
La_virtualidad_una_oportunidad_para_innovar_en_ed
ucacion_Un_modelo_para_el_diseno_de_entornos_vi
rtuales_de_aprendizaje
Silva, J. (2016). Metodologías centradas en el alumno: La llave
para innovar con TIC en Educación Superior. Revista
Gestión de la Innovación en Educación Superior, 1 (1),
97-122.
https://www.researchgate.net/publication/306282247_
Metodologias_centradas_en_el_alumno_la_llave_para
_innovar_con_TIC_en_Educacion_Superior