https://orcid.org/0000-0001-5702-2145
15 de septiembre de 2020
6 de febrero de 2021
28 de marzo de 2021
1
Universidad Yacam
Pereira-Medina, J. (2021). Entornos
Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación. Revista
Tecnológica-Educativa Docentes 2.0,
10(1),12-24,
https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Personal Learning Environments in Higher Education: An Alternative to Build
Innovation Spaces
Juan Pedro Pereira-Medina
1
El mundo se encuentra inmerso en una revolución digital, en consecuencia, transita
una fase de transformación impactando diferentes áreas del saber, entre ellas, la
educación, disciplina obligada a ofrecer respuestas pertinentes a un conjunto de
demandas producto de un contexto en cambio constante. Los Entornos Personales
de Aprendizaje (PLE), constituyen un enfoque pedagógico orientado a emplear el
potencial encerrado en tecnologías digitales a fin de mejorar el aprendizaje. El
presente ensayo se propuso presentar un acercamiento al campo de conocimiento
de los PLE, a partir de una revisión de sus principales fundamentos, se sustentó en
una investigación documental mediante un arqueo de información combinado con
el análisis de contenido. Los resultados evidencian que los PLE facilitan el
aprendizaje integrando diversos contextos gracias a la combinación de
herramientas y aplicaciones, son una vía en la exploración de enfoques distintos
con relación a la pedagogía, al adaptar los sistemas educativos a la dinámica
impuesta por la sociedad del conocimiento. Por lo tanto, las instituciones de
educación superior requieren asumir el compromiso de encaminar esfuerzos
dirigidos a conformar ecosistemas que crucen los límites entre lo formal e informal,
abriendo oportunidades a una educación flexible, capaz de combinar en forma
armónica ambos entornos.
Palabras claves: Entornos personales de aprendizaje, educación superior, innovación.
J. Pereira-Medina, Entornos Personales
de Aprendizaje en la Educación Superior:
Una alternativa para Construir Espacios
de Innovación”. RTED, 10, No. 1, pp. 12-
24, Abr. 2021.
https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
The world is immersed in a digital revolution; consequently, it is going
through a phase of transformation impacting different areas of knowledge,
including education, a discipline forced to offer pertinent responses to a set
of demands resulting from a constantly changing context. Personal Learning
Environments (PLE) constitute a pedagogical approach aimed at using the
potential to improve learning. The present essay proposed an approach to
knowledge of the PLE; from a review of its main foundations, it was based
on documentary research through archiving information combined with
content analysis. The results show that PLEs facilitate learning by
integrating different contexts thanks to the combination of tools and
applications; they are a way to explore different approaches to pedagogy by
adapting educational systems to the dynamics imposed by society's
knowledge. Therefore, higher education institutions need to assume the
commitment to direct efforts to shape ecosystems that cross the boundaries
between formal and informal, opening opportunities for flexible education,
capable of harmoniously combining both environments.
Keywords: Personal Learning Environments, Higher Education, Innovation.
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
Introducción
En las últimas décadas, la sociedad
transita una nueva etapa de transformación,
cuya característica principal es el uso intensivo
de tecnologías digitales, así como, su
complejidad y desarrollo exponencial, situación
que impone desafíos importantes en los ámbitos
económico, político, cultural, pero
especialmente, hacia la educación en todos sus
niveles. En consecuencia, los sistemas
educativos tienen la responsabilidad de ofrecer
respuestas pertinentes a las demandas,
necesidades y expectativas de un contexto en
cambio constante.
En el caso específico del subsistema
educación superior, las universidades son
instituciones presentes en el mundo desde hace
siglos, su permanencia en el tiempo responde a
su capacidad de adaptación. Aunque, su historia
evidencia etapas de auge seguidas de letargo, no
es menos cierto, el advenimiento de la sociedad
del conocimiento ha estremecido sus cimientos,
modificando el modo de acceder y generar
conocimiento, obligándolas a despertar,
cambiar pautas establecidas incorporando
nuevas perspectivas en una decidida apuesta
hacia los procesos de innovación, sustentada en
el uso efectivo de tecnologías, a fin de construir
un entorno propicio para su gestión.
Resulta importante destacar, que hoy
coexisten distintas modalidades formativas
apoyadas en recursos digitales, herramientas de
carácter público ubicadas en red, así como, en
entornos virtuales de acceso cerrado mediante
el uso de plataformas. De este modo, es un
hecho la rápida expansión del factor tecnología,
haciendo posible adquirir, compartir
conocimiento en espacios no formales. Por tal
razón, cada día se incrementa el nivel de
exigencia a fin de incorporar opciones
encaminadas a combinar los aprendizajes
provenientes de los entornos formales e
informales (Gros, 2018).
Al respecto, los Entornos Personales de
Aprendizaje (PLE) constituyen un nuevo enfoque
pedagógico, orientado a ofrecer respuestas a una
creciente demanda de transformar los espacios
empleados en el aprendizaje, pues gracias al
avance tecnológico se establecen coordenadas
de ubicación-tiempo distintas a las impuestas en
los ambientes educativos tradicionales, pues la
ubicuidad está presente.
En tal sentido, se requieren soluciones
enfocadas a abrir posibilidades conducentes a
desarrollar en los individuos un conjunto de
competencias, a fin de convertirse en
protagonistas activos de su proceso de
aprendizaje durante toda la vida, integrando
diferentes entornos, los cuales combinan el
componente formal e informal, en el marco de
un proceso de interacción de alcance global. El
presente ensayo se propone presentar un
acercamiento al campo de conocimiento de los
PLE, a partir de una revisión de sus principales
fundamentos.
Desarrollo
La educación es considerada una
importante herramienta de progreso, bienestar y
transformación, tanto en personas como
sociedades. Sin embargo, en el presente es
común escuchar o leer esta frase: educación en
crisis”; tal vez en investigadores, autoridades o
especialistas en el área, es una afirmación
conocida, por cuanto, el desarrollo histórico de
esta disciplina evidencia etapas en las cuales sus
premisas se han alejado de lo demandado por el
entorno, comprometiendo su pertinencia,
exigiendo cambios o reformas. No obstante,
algunos autores aseveran que esta crisis es
distinta, pues los retos actuales están golpeando
duramente la esencia misma de la idea de
educación tal como se la concibió en el umbral
de la larga historia de la civilización (Bauman,
2005, p. 27), enfrentando un proceso de
metamorfosis, forzándola a evolucionar.
En efecto, hoy está en tela de juicio lo
invariable de la idea, las características constitutivas
de la educación que hasta ahora habían soportado
todos los retos del pasado y habían emergido ilesas
de todas las crisis (Bauman, 2005, p. 27),
fundamentos no objetados antes, permaneciendo
vigentes mucho tiempo.
Según Robinson (2009), los sistemas
educativos de masas nacieron durante el período
Revolución Industrial, estos fueron diseñados con el
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de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
propósito de ofrecer respuestas a las exigencias
impuestas en una economía industrial, un patrón
fundamentado en estructuras jerárquicas donde
el ser humano es considerando un factor de
producción, instrumento para el logro de
objetivos previamente definidos, dando lugar al
surgimiento de un modelo educativo
tecnocrático instrumental, sustentado en una
visión mecanicista, racionalista, determinista,
fragmentada del mundo, pues el pensamiento
cartesiano representa su forma de conocer
(Carmona, 2007), determinando el modo de
integración e interacción del ser humano
consigo mismo y su entorno.
Cabe destacar, que esta visión del mundo
sumado a su sistema de valores emergió entre
los siglos XVI-XVII, cuando los fundamentos
medievales transitaron una modificación
estructural, abriendo paso a la modernidad, sus
elementos característicos se convierten en el
cimiento del paradigma newtoniano-cartesiano
predominante en occidente. Ahora bien, el
paradigma clásico pasó a dominar el factor
ciencia durante varios siglos, distinguiéndose
por: (a) una visión mecanicista del universo; (b)
visión del cuerpo humano semejante a una
máquina; (c) visión social producto de una
lucha en función de existir; (d) concepción del
progreso material atada a lo inacabado, sin un
fin, el cual es el resultado del desarrollo
económico como tecnológico (Capra, 1982).
Dentro de este orden de ideas, el nuevo
paradigma hegemónico dominante determina la
forma de pensar, actuar, conocer, impactando
de esta manera el conjunto de supuestos
orientadores de los conceptos y teorías, al
definir: lo qué se conoce, cómo se conoce, quién
lo conoce. De este modo, emerge una ciencia
clásica del método cartesiano, cuyo análisis
permeó todas sus áreas, teniendo un importante
efecto en el desarrollo de diferentes ciencias
humanas (psicología, educación). Desde esta
perspectiva, el mundo se asume equivalente a
un sistema mecánico, el cual puede ser
caracterizado objetivamente sin considerar al
observador, en consecuencia, esta descripción
objetiva” se convierte en el ideal perseguido por
todas las ciencias.
Es oportuno destacar, el período
modernidad, abre camino al surgimiento de
instituciones educativas arropadas por el
concepto de empresa, transformando el
elemento educación en una mercancía y el
profesor en un operario, se entiende al ser
humano un objeto de esta. De allí, nace una idea
de aprendizaje asociada a un individuo pasivo,
quien recibe conocimiento, por cuanto, este
último, es reconocido externo al sujeto aprendiz
(Gómez, 2010).
En tal sentido, la acción pedagógica
emula un momento científico, pues el alumno,
constituye un objeto de investigación, por lo
tanto, es necesario observarlo, manipularlo con
el objetivo de obtener resultados. Un enfoque
educativo encaminado a ofrecer respuestas a
una realidad histórico-social determinada, sin
embargo, desdibuja toda condición humana,
distintiva de otras especies, su capacidad de
pensar.
Resulta evidente, esta visión ha entrado
en crisis, sacudiendo los cimientos de la ciencia
y el pensamiento, pues sus respuestas resultan
insuficientes, parecen marchar por caminos
opuestos a una realidad social, haciendo
imprescindible un nuevo modo de entender el
mundo, dirigido a colocar en el centro del
proceso reflexivo al hombre. En la modernidad
se asume una realidad estática, por otra parte,
durante el período postmoderno se considera
está realidad influida del factor incertidumbre,
de esta manera, es imposible entenderla a través
de un lente único (Lyotard, 2000, citado por
Piñeres, 2009).
En efecto, pareciera innegable que
superar dicha crisis, considerada también una
etapa de crisis en la ciencia, requiere integrar
nuevas dimensiones como el azar o la
contingencia. Desde esta perspectiva, Bauman
(2002), a través de su metáfora modernidad
líquida, manifiesta la sociedad actual está
caracterizada por el cambio constante; lo cual
hace necesario navegar en océanos de
incertidumbre siempre presente.
Visto de esta forma, el autor
anteriormente citado afirma, en un entorno
volátil, complejo, ambiguo, los fundamentos
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de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
cognitivos y valores inmutables orientadores
del sistema educativo pierden vigencia, pues
fueron diseñados pensando en un mundo
duradero (Bauman, 2005). Pero, si el
conocimiento adquiere valía gracias a su
perdurabilidad y, el elemento educación alcanza
valor, producto de una oferta de conocimiento
persistente, cabría preguntarse ¿qué sucede
cuando los resultados obtenidos son aplicados
en un contexto donde se desafía constantemente
el factor verdad encerrado en el conocimiento?
el gran reto es preparar generaciones futuras
para habitar un universo impredecible.
Al respecto, uno de los principales desafíos está
asociado al impacto tecnológico en el empleo,
por cuanto esta nueva dinámica provocará una
extinción de algunas profesiones junto al
nacimiento de otras. Sumado ello, un mercado
laboral en permanente transformación exige
mejorar de forma constante el bagaje de
competencias adquiridas por los profesionales,
al mismo tiempo desarrollar otras, por ejemplo,
competencias digitales. Evidentemente, las
instituciones de educación superior detentan el
compromiso de asumir otros paradigmas, en su
propósito de consolidar un modelo diferente de
universidad, mediante procesos de innovación.
Desde esta perspectiva, emergen nuevos
vínculos enfocados hacia una concepción del
mundo mucho más sistémica y compleja, donde
los límites son poco precisos, se admite una
presencia de diversas fuerzas generadoras de
tensiones. En consecuencia, surgen
perspectivas inéditas en el abordaje de esta
realidad, colocando en discusión los enfoques
únicos asociados a disciplinas científicas, como
la educación (Pereira, 2014).
Sin duda, en este contexto el sistema
educativo tiene una imperiosa necesidad de
realizar esfuerzos e impulsar acciones con el
propósito de transformarse, generar respuestas a
esta dinámica de orden y desorden, a una
diversidad generacional impulsada por nuevos
estilos de vida, los cuales demandan una
educación diferente. En opinión de Carneiro
(2012), la humanidad viene alterando
significativamente los modos de comunicar, de
entretener, de trabajar, de negociar, de gobernar
y de socializar, sobre la base de la difusión y
uso de las TIC a escala global (p. 1), en este
contexto los sistemas educativos están
obligados a reinventarse.
Ahora bien, en un escenario donde se
cruzan los ámbitos educativo y tecnológico, en
un momento de gran auge tecnológico, su
influencia se percibe en las generaciones más
jóvenes, quienes nacieron en una era digital,
por consiguiente, son usuarios permanentes de
estas herramientas (Monteferrante, 2010), es
imperativo el tránsito de una educación
pensada para la sociedad industrial hacia una
educación orientada al marco de la sociedad
del conocimiento (Adell & Castañeda, 2013b),
en este contexto es preciso conducir procesos
de innovación.
Según el filósofo Jhon Dewey (citado
por Escamilla, 2019), si hoy enseñamos a
nuestros estudiantes como enseñábamos ayer,
los despojamos del futuro (p. 12). La
universidad debe asumir la responsabilidad de
generar propuestas pertinentes, por lo tanto, se
enfrenta al reto de convertirse en una
institución innovadora e integrar en sus
estructuras y procesos nuevas herramientas
tecnológicas, con el objetivo de construir
entornos educativos flexibles, colaborativos, a
fin de formar el talento del mañana.
De este modo, las Instituciones de
Educación Superior no solo detentan el
compromiso de repensar sus modelos
educativos, sino también, usar eficientemente
el componente tecnología. El famoso
futurólogo Kurzweil (citado por Hammond,
2008), sostiene el desarrollo tecnológico ha
sido exponencial, en efecto, asevera al concluir
el siglo XXI, no serán cien años de avance, sino
lo equivalente a veinte mil. Al respecto, es
relevante destacar aproximadamente cincuenta
por ciento (50%) de los individuos en el mundo
dispone de conexión a internet, haciendo
posible el acceso a una gran cantidad de
contenidos en distintos formatos, a través de
plataformas digitales. Por lo tanto, estas
instituciones enfrentan el compromiso
apremiante de mejorar sus experiencias de
aprendizaje, por cuanto en el siglo XXI el
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
aprendizaje es constante y permanente
(Covarrubias, 2019).
En esta perspectiva, Adell & Castañeda
(2013b), sostienen, todos los individuos poseen
un entorno personal para aprender que en los
inicios de la civilización estuvo conformado por
el binomio tribu-familia, posteriormente, se
incorporaron maestros y libros, finalmente,
llegó un sitio físico de reunión denominado
escuela, colocando al profesor en el centro del
accionar educativo. Ahora bien, gracias al
surgimiento de internet aunado a nuevas
tecnologías, el espacio y tiempo natural
asociado al proceso de enseñanza aprendizaje se
amplía está expansión, obedece a una
exposición considerable a una red de vínculos e
información, creando comunidades de
aprendizaje.
De esta manera, las instituciones
educativas pierden su posición de entornos
exclusivos de formación e información, en
consecuencia, resulta oportuno pensar su
accionar integrado a otros actores, contextos,
creando oportunidades de coexistencia entre
una educación presencial y a distancia. Si bien,
no existe consenso entre los investigadores con
respecto a los orígenes de la educación a
distancia, si es posible afirmar no representa una
modalidad de reciente data, pues está presente
desde el momento que el proceso de interacción
didáctica se realiza de manera no presencial,
sincrónica, soportado en el uso de distintos
medios de comunicación (Chaves, 2017).
Es importante destacar, que existen varias
generaciones en educación a distancia, de este
modo, autores como Nipper (1989, citado por
Arboleda, 2013), proponen esta clasificación:
(a) cursos por correspondencia, cuyo eje central
fue el material impreso; (b) uso de medios
electrónicos, incluido el computador,
finalmente, (c) educación sustentada en TIC (p.
49). De igual manera, Arboleda (2013), afirma
otros investigadores adicionan una nueva
generación asociada al uso de herramientas
colaborativas (blog, wiki, redes sociales, entre
otras).
Finalmente, Taylor (1999, citado por
Arboleda, 2013), introduce una quinta
generación, ligada a los progresos en la web 3.0.
Al respecto, la Asociación Colombiana de
Educación Superior a Distancia (2013), destaca
que gracias a “la irrupción de las tecnologías
digitales de información y comunicación y su
incorporación en los procesos formativos, la
mayoría de las universidades abiertas ha optado
también por la utilización de los ambientes
virtuales de aprendizaje(p. 24). En este orden
de ideas, la Comisión de las Comunidades
Europeas (2001), define el e-learning asociado
a “utilización de las nuevas tecnologías
multimediales y de Internet, para mejorar la
calidad del aprendizaje facilitando el acceso a
recursos y servicios, así como los intercambios
y la colaboración a distancia” (p. 2), un sistema
orientado a integrar un conjunto de factores de
naturaleza institucional, técnica, social,
personal.
En tal sentido, el desarrollo de los
entornos virtuales de aprendizaje supuso el
surgimiento de un grupo de posibilidades
orientadas a los procesos educativos apoyados
en tecnologías, principalmente mediante el uso
de plataformas Moodle o LMS (Learning
Management System). No obstante, Salinas
(2009), sostiene estas aplicaciones nacidas con
el propósito de manejar dichos entornos, se
enfocan principalmente hacia gestión de cursos,
desplazando a un segundo plano los procesos de
interacción entre profesor-
estudiante/estudiante-estudiante, en
consecuencia, es posible afirmar no fueron
concebidas atendiendo a una concepción
sistémica, soportada en diversas teorías de
aprendizaje.
El autor anteriormente citado, destaca
este tipo de propuestas son adecuadas cuando se
trabaja atendiendo a una visión del aprendizaje
asociada a transmisión de conocimiento, donde
el interés principal se orienta al diseño de
contenidos, no al proceso. Ahora bien, ¿qué
sucede cuando se modifica este concepto?
considerándolo un proceso de construcción. Los
resultados demuestran un conjunto de
debilidades asociadas a los modelos didácticos;
nivel de compromiso, tanto de facilitadores
como estudiantes, en suma, se evidencia poca
Pereira-Medina. (2021). Entornos Personales de Aprendizaje en la Educación Superior: Una alternativa para construir espacios
de innovación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(1),12-24, https://doi.org/10.37843/rted.v10i1.174
Entornos Personales de Aprendizaje en la
Educación Superior: Una alternativa para
Construir Espacios de Innovación
flexibilidad en ofrecer respuestas ante la
dinámica de transformación presente en los
sistemas educativos. Aunado a ello, el rápido
auge del denominado software social, el cual
congrega un grupo de recursos facilitadores de
los procesos de comunicación, colaboración e
interacción entre personas, haciendo posible el
nacimiento de los denominados PLE.
En la búsqueda de una definición de
Entornos Personales de Aprendizaje
El término PLE aparece por primera vez
en el año 2001, asociado al proyecto NIMLE
(Northern Ireland Integrated Managed
Learning Environment), iniciativa orientada a
crear un entorno de aprendizaje que colocará al
estudiante como eje central, convirtiéndose en
una alternativa de evolución a los entornos
virtuales de aprendizaje (Brown, 2010, citado
por Adell & Castañeda, 2013b). De esta
manera, emerge