Introducción
Desde el siglo XX, los expertos en el
ámbito científico han solicitado a las
instituciones educativas una alfabetización
científica más significativa, que les permita a los
estudiantes justificar los sucesos diarios
presentes en la sociedad actual. No obstante,
cuando se reflexiona sobre el término
alfabetización, de inmediato los individuos
imaginan a un sujeto sin competencias mínimas
de lectoescritura, en otras palabras, no cuenta con
competencias léxicas del idioma materno o
extrajeras. Por las razones antes expuestas, se
consolidan las bases de alfabetización científica
(AC) sustentadas por los autores (McConney,
Oliver, Woods- McConney, Schibeci & Maor
(2014) porque todavía se mantiene imperante y
con nuevos retos en la era digital, lo cual, debe
cumplirse bajo una competencia formativa del
ciudadano actual.
Por consiguiente, el presente artículo surge
del antagonismo de que las publicaciones
científicas solo deben ser publicado por expertos,
en otras palabras, paradójicamente, aquel que
domina las competencias de escritura científica,
es quién puede generar conocimiento. En tal
sentido, se sostuvo una aproximación
multidisciplinar, en donde se incorporan
diferentes perspectivas, así como, concepciones
de las ciencia sociales, psicología, participación
ciudadana, social, así como pedagógica,
resultando pertinente plantear una propuesta
donde las instituciones educativas fomenten la
adquisición de destrezas científicas ligadas a
evaluación y conservación de los referentes en la
era digital, tal como lo señala Olmedo-Estrada
(2011) cada vez se hace más evidente que la (AC)
“resulta indispensable para el ciudadano del siglo
XXI” (p.145).
La AC en calidad de competencia
curricular está comprometida con el avance del
alfabetismo, adquisición de conocimientos,
dominio de un lenguaje complejo, epistemología
científica capaz de entender los límites
(Aguilar,1999) con el fin de fortalecer el
progreso social, económico (Hurd, 1998),
percepción eficaz de la naturaleza científica
(Abd- el-Khalick, Bell & Lederman, 1998),
participación activa responsablemente sobre los
problemas del mundo (Martín-Díaz, 2001),
asimismo, transformación curricular de las
instituciones educativas que orientan la
enseñanza científica hacia aspectos sociales y
personales del estudiante (Furió, Vilches,
Guisasola & Romo, 2001).
El propósito de esta investigación emana
de la penuria de promover la alfabetización
científica desde las Instituciones de Educación
Superior, grupos de investigación,
organizaciones y empresas educativas porque de
acuerdo con Sternberg & Lubart (1997) la
creatividad e innovación son menospreciadas por
la colectividad e instituciones que existen dentro
de la sociedad. Visto de este modo resulta
ineludible reflexionar lo planteado por Laugksch
(2000) el conocimiento científico es utilizado
para participar en la toma de decisiones sobre el
mundo. De allí, se puedo evidenciar los
siguientes cuestionamientos: ¿Quién puede
generar conocimientos científicos? ¿cómo
promover la alfabetización científica? ¿cuáles
son los aportes AC en la construcción del
conocimiento en el siglo XXI? ¿cómo contribuye
el AC en la producción científica de calidad?
Material y Métodos
Para estudiar las controversias de los
diferentes autores y expertos en escritos
científicos la presente investigación se sustentó
en el paradigma cualitativo, bajo el enfoque
fenomenológico que permitió a la autora
conducirse por los senderos hermenéuticos a
través de los eventos propios en la comprensión
del sujeto investigado. El enfoque
fenomenológico de investigación de acuerdo con
el autor Husserl (1998) ambiciona revelar la
naturaleza de los objetos, atributo y autenticidad
de los fenómenos desde la experiencia vivida.
Al respecto, los autores Aguirre &
Jaramillo (2012) sostienen que fenomenología es
método filosófico, con énfasis en los fenómenos
(Heidegger, 2006). En otras palabras, en el
sentido, significado y formación subjetivad el
mundo (Bolio, 2012), exhibe en cada momento
la experiencia humana (Rizo-Patrón, 2015). Por
ello, se hizo necesario comprender desde las
voces de los autores una dinámica combinada,
una totalidad organizada y sistémica, empleada
bajo la metodología cualitativo-estructural tal
como lo señaló Martínez (1996).