Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo Tejido Social desde la
Memoria Histórica
Participatory Communication in the Academy: Building Social Tissue from Historical
Memory
Resumen
La investigación planteada es una muestra de ruptura de muros académicos que llevan a los
estudiantes a indagar sus comunidades próximas. Fue presentada bajo una práctica
pedagógica de comunicación participativa al interior del aula, que pretendió fortalecer el
tejido social construido desde el acercamiento bilateral academia-comunidad, a partir de un
ejercicio de reconstrucción de memoria histórica con los estudiantes de VI semestre de
Comunicación Social Periodismo de Uniminuto, Centro Regional Zipaquirá. El propósito
inicial se debatió en el indagar reflejos identitarios de conformación personal, con las
historias populares del adulto mayor del municipio. Para ello, se planteó un ejercicio de
Investigación Acción, guiado por entrevistas semiestructuradas, diarios de campo e
investigación documental, que finalmente permitieron reconocer, reconstruir y fortalecer su
memoria personal y la identificación del sitio. Dicha estrategia debatió las prácticas
pedagógicas al interior del aula pensadas hacia afuera, creando al mismo tiempo, espacios
de análisis-reflexión académica en torno al contexto. Lo anterior, conlleva al acercamiento
profundo de procesos de memoria popular en el municipio de Zipaquirá, reevaluando las
formas de rescate identitario de tradición oral inmersa en el territorio. Así mismo, se
propuso la formación de estudiantes investigadores, capaces de reconocer su realidad,
tomando actuación y alternancia sobre esta.
Palabras clave: Comunicación participativa, tejido social, memoria histórica, academia.
Abstract
The research proposed is a sample of the breaking down of academic walls that lead
students to investigate their neighboring communities. It was presented under a pedagogical
practice of participatory communication within the classroom, which sought to strengthen
the social fabric built from the bilateral academy-community approach, from an exercise of
reconstruction of historical memory with the students of the 6th semester of Social
Communication - Journalism from Uniminuto, Zipaquirá Regional Center. The initial
purpose was debated in investigating identity reflections of unique conformation, with the
popular stories of the older adult of the municipality. For this, an Action Research exercise
was proposed, guided by semi-structured interviews, field diaries, and documentary
research, which finally allowed them to recognize, reconstruct and strengthen their memory
and identify the site. This strategy debated the pedagogical practices within the classroom
thought outwards, creating, at the same time, spaces for academic analysis-reflection
around the context. This leads to a deep approach to popular memory processes in the
municipality of Zipaquirá, reevaluating the forms of identity rescue of oral tradition
immersed in the territory. Likewise, the training of student researchers was proposed,
capable of recognizing their reality, taking action, and alternating on it.
Keywords: Higher Education, internet, applications, WhatsApp, instant messaging.
1234
Corporación Universitaria Minuto
de Dios, UNIMINUTO
¹https://orcid.org/0000-0003-1293-062X
²https://orcid.org/0000-0002-2589-4536
³https://orcid.org/0000-0002-0488-1621
⁴https://orcid.org/0000-0002-7671-2819
1234
Colombia
Benavidez-Penagos , G., Arias-González,
M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas,
Y. (2021). Comunicación Participativa en
la Academia: Construyendo Tejido Social
desde la Memoria Histórica. Revista
Tecnológica-Educativa Docentes 2.0,
11(1), 27-35.
https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
G. Benavidez-Penagos, M. Arias-
González, M. Perassi y Y. Castiblanco-
Venegas, "Comunicación Participativa en
la Academia: Construyendo Tejido Social
desde la Memoria Histórica", RTED, vol.
11, n.° 1, pp. 27-35, abr. 2021.
Gineth Catalina Benavidez-Penagos ¹, María Angélica Arias-González², Mónica Patricia Perassi³ y Yeismy
Amanda Castiblanco-Venegas⁴
2/noviembre/2020
2/febrero/2021
16/abril/2021
Benavidez-Penagos , G., Arias-González, M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas, Y. (2021). Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 11(1), 27-35. https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica
Introducción
El municipio de Zipaquirá, ubicado en el
departamento de Cundinamarca, Colombia, ha
crecido demográficamente en un dieciséis (16%)
desde el 2005 al año 2014 debido a diversas
problemáticas movilizadas en el territorio, tales
como, urbanización acelerada, desplazamiento
forzado de sectores aledaños e incrementación de
la industria y establecimientos de educación
superior instaurados en los últimos años. Por lo
anterior, la ciudad de la sal ha vivido una
constante transitoriedad, reflejando cambios
culturales, que perciben la separación de
conocimientos esenciales para el fortalecimiento
identitario, como lo es el patrimonio cultural
inmaterial, arraigado a la memoria social de
Zipaquirá.
Lo anterior propone investigar atmósferas
de memoria social en concordancia con la
comunicación participativa. En este escenario,
docentes y estudiantes de Uniminuto, junto con
actores municipales participantes, entablan
discusiones sicas de tradición oral en
reconocimiento territorial, junto a su memoria
histórica, dándole aliento a los relatos dormidos
en voces de esos habitantes, quienes son
considerados estructuras fundamentales de la
construcción popular del municipio. De esta
forma, la investigación se enfoca en la crítica-
documentación-difusión de dichas oralidades,
contribuyendo en el mantenimiento del
patrimonio cultural inmaterial (PCI) y con ello,
el refuerzo de identidad desde la memoria social
zipaquireña.
En este sentido, trabajar memoria, incluye
la necesidad de ser narrado en la individualidad
como parte de los hechos, aportando o
alimentando el recuerdo de los otros siendo
agente activador. Uniminuto ingresa entonces
como agente documentador, recolecta hechos
históricos de colectivos; a partir de ellos,
construye su propia experiencia como
participante activo, modifica dinámicas propias
de selección de lo histórico-patrimonial,
desestructura poderes político-hegemónicos e
impositivos de la historia que descentralizan
poderes estatales y con ello arraigo territorial.
Tras esta realimentación de saberes en
espacios de interacción comunitaria se construye
tejido social constituyendo parte de la formación
del ser humano en sociedad. Como lo expresa
Lozano (2011) “la sociedad es la expresión del
tejido social de sus ciudadanos: nace, crece, se
desarrolla y se expresa a través de ellos; es un
activo para los individuos y los grupos cuya
mayor presencia indica la existencia de una
comunidad más participativa, unida y coherente
(p. 4).
En ese tejido social específico de memoria,
se enfrentan escenarios de recuerdos donde
confluyen narrativas que permiten el
acercamiento con el otro. Comparten
experiencias de vida mediadas por tiempo-
espacio; finalmente reflejan el estado histórico
personal, con la historia del otro,
retroalimentando, argumentando,
experienciando y conjugando así la memoria en
colectivo (Jelin, 2012).
Por lo anterior, esta investigación
demuestra una posibilidad de acortar brechas
existentes entre comunidad-universidad,
teniendo dinámicas claras del contexto, con
enlace directo a la necesidad imperante de alzar
la voz de la memoria extraída de tradición oral,
contenida en personas fundamentales
participantes de la fundación de nuestros
pueblos. Así mismo, este acercamiento permite
construir tejido social, reactivación de memoria
y enlace representativo con estas nuevas
generaciones, quienes, ante la globalización
acelerada, responden a fraccionamientos
identitarios, amenazando la reproducción y
reconocimiento de su propia cultura.
Metodología
Hablar de espacios de comunicación
participativa en la academia, donde se discuta en
torno a memoria histórica, nos acerca a
comunidades próximas desde el reconocimiento
propio de nuestras raíces. En reflexiones de lo
concebido como Patrimonio Cultural, en
adelante PC y PCI, se puede observar la
discriminación de este último en estructuras tanto
comunicativas, como educativas, lo cual nos
lleva a comprender el escaso valor dado a la
tradición oral al interior de las comunidades.
Por lo anterior, se plantea desde la
academia una estrategia de comunicación
participativa que inicie con ejercicio
autobiográfico comunitario, siendo ellos los
Benavidez-Penagos , G., Arias-González, M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas, Y. (2021). Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 11(1), 27-35. https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica
poseedores de esos relatos y experiencias tejidas
en comunidad, reconociéndose como parte
fundante de la misma. El tejido social construido
es guiado por la extrapolación de dichos relatos;
se reconocen a unísono con el otro y son
reconstituyentes de memoria, a su vez, la
recordación de olvidos confluye con emociones
individuales, encontradas con nuevas
experiencias de tradición oral contada, al
construirse desde el colectivo.
El tipo de investigación escogido es de
orden descriptivo exploratorio. En primer
momento se describe la interacción generada
entre objetos, sujetos y procesos de memoria
social en el municipio. Para esto, fue necesario
realizar la recolección minuciosa de datos,
arrojando descripciones claras del proceso a
investigar. Partiendo de esta relación, se analizan
los datos recolectados, transversalizados con
antecedentes, marco teórico y práctica.
Así mismo, se cataloga la investigación de
tipo exploratorio, ya que se realiza como apuesta
académica instaurada en planeación de la
asignatura Producción e Interpretación Textual,
vista en sexto semestre de comunicación social
periodismo de la Corporación Universitaria
Minuto de Dios. Se plantea el trabajo de
comunicación participativa como propuesta
pedagógica, transversalizada por la producción
textual. Finalmente se representa en la
investigación periodística que arroja como
evidencias la escritura de “las crónicas salineras”
presentadas por los estudiantes investigadores.
Este tipo de investigación permite acercar
a los estudiantes a su realidad contextual y de esta
forma, evidencia su elación con el territorio, bien
sea habitado, como en la mayoría de los casos, o
transitado por todo el grupo. Si bien es cierto, el
estudiante en su cotidianidad transita el espacio
no significado, al no existir reconocimiento de
los espacios sociales de memoria creados al
interior de este.
Por esta razón, parte de la descripción
realizada en el antes, durante y después del
proceso de investigación, se enfoca en
restablecer lazos generados entre estudiante-
comunidad. Estos son guiados por la
investigación de la tradición oral popular
recogida en cada uno de los habitantes del
municipio, en especial los abuelos, poseedores de
memoria histórica. Las narrativas construidas,
dan respuesta al reconocimiento de la memoria
habitada como experiencia de vida que da cuenta
de espacios, objetos, sujetos, luchas sociales y
demás, las cuales, con el tiempo, han perdido
fuerza, no se hacen evidentes en la indagación
inicial a los estudiantes sobre su memoria del
municipio.
La investigación es realizada desde el
enfoque cualitativo; busca información dentro de
grupos humanos pequeños, en este caso, parte de
enlaces comunitarios de Zipaquirá, los cuales
entran a ser analizada junto con el grupo de
estudiantes investigadores. Desde allí se recalca
el interés por conocer sus patrones de cultura y
comportamiento enlazando al detalle, la
descripción de su quehacer sociopolítico dentro
de su espacio de habitabilidad o transitoriedad,
Zipaquirá.
Se fundamenta la investigación con el
pensar-decir- actuar de los actores del proceso,
relacionando está información con su
cotidianidad y enlace directo con su historia. Así
mismo, al interior del aula se desarrollan
conceptos con base en lo observado e
investigado, dando muestra reconstructiva de
dichas memorias desde el relato y las narrativas
tejidas en comunidad. Si partimos de la
investigación de la memoria por medio de la
oralidad y las narrativas, es necesario adentrarse
en cada uno de los sujetos participes de este
escenario de investigación, para reconocer en
ellos el interés en lo narrado. Así mismo,
reconocer la curiosidad surgida ante la ruptura de
muros académicos, acercando al estudiante a su
realidad contextual, de memoria.
La metodología del proyecto fue orientada
a pertinencia desde la investigación acción. El
proyecto fue presentado con múltiples actores
alrededor del proceso de investigación.
Estudiantes en su rol de investigadores indagan a
la comunidad y construyen conocimiento desde
allí. Así mismo, se denota una comunidad
involucrada en el proceso, como característica
fundamental de Investigación Acción, con miras
a transformaciones sociales. En este sentido, la
Investigación Acción enunciada por Colmenares
(2011) aborda el enfoque de estudio de forma
directa, que descubre otras intencionalidades,
partiendo del lugar representativo de los
participantes sujetos de investigación en el
mismo espacio de construcción social.
Benavidez-Penagos , G., Arias-González, M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas, Y. (2021). Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 11(1), 27-35. https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
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Como bien lo plantea la investigación
acción, el proceso de investigación realizado con
la comunidad, da muestra de escenarios de
memoria de Zipaquirá, atraída por tradición oral
y prácticas populares del municipio, es repensado
con beneficio mutuo, Primero, el trabajo de
investigación da respuesta a dinámicas
académicas de producción textual, medibles
respecto a su proceso. El estudiante fortalece
dichos relatos, los apropia en su vida cotidiana,
reconociendo en espacio - tiempo realidades y
logra interactuar con ellos. Por su parte, la
comunidad extrapola recuerdos; genera parte de
esa memoria desconocida por los estudiantes.
Este proceso puede formalizarse a manera de
cascada, al intentar divulgar esa memoria, no
solo con los estudiantes, sino con la comunidad
en general.
De esta manera, los hallazgos del proceso
de investigación son presentados como resultado
para quien desee remembrar memorias y
recuerdos, planteando un beneficio mutuo de
reflexividad y criticidad respecto al temática
específica en el proceso de investigación (Ander-
Egg, 2003) y ampliando ese reconocimiento
histórico para quienes deseen volver a escenarios
pasados surgidos en su territorio. Ya en el plano
de la acción se muestra el desarrollo de la
investigación, presentado en cinco etapas:
Etapa I. En primer momento se explican
conceptos pertinentes para el desarrollo
investigativo. Tales conceptos centraron a los
estudiantes en el quehacer de su profesión, junto
con la investigación. Se desarrolló, el concepto
memoria histórica, columna vertebral de
construcción en el espacio de comunicación
participativa del ejercicio; se ejemplificó desde la
cotidianidad y experiencia personal de cada uno
de los estudiantes; se desglosó el concepto
comunicación participativa, ejemplificando
escenarios abiertos de participación; finalmente
se realizó un diagnóstico de entrada de
conocimientos acerca del territorio y su memoria
municipal. Dicho diagnóstico, ubicó a cada uno
de los participantes en el contacto con el
territorio, bien sea por habitabilidad y/o
transitoriedad mantenida con el mismo.
Etapa II. En esta etapa los estudiantes
realizaron su primer acercamiento a la
comunidad en busca de un panorama general de
memoria histórica contenida en tradición popular
del municipio. Por lo anterior, realizaron
búsquedas comunitarias acerca de temas
concretos recordados por los zipaquireños.
Luego, se expuso el relato encontrado, y se
recolectó vagamente, s de cien (100) historias.
Finalmente se transversalizó la información y se
definieron temas para ser investigados a
profundidad por cada investigador.
Etapa III. Previo a la definición, cada
estudiante se acercó a un mínimo de tres
personas, de preferencia abuelos, para indagar el
temario específico. De esta forma, cada relato
recogido por los estudiantes aumentaba su
conocimiento por cierto espacio de memoria
histórica. Lo anterior fue posible gracias a la
planeación anticipada de la creación de diarios de
campo, la presentación de videos y fotografías
como evidencia del trabajo participativo
realizado. Este trabajo, mostró parte de la
memoria de espacios, lugares, objetos y sujetos
guardados por los abuelos en sus memorias, pero
que no son tan preponderantes cuando se habla
de memoria histórica del municipio.
Etapa IV. Como parte de la asignatura
“Producción Textual” está enfocada en
caracterizar el modo escritural de los estudiantes,
se les pide finalmente documentar el proceso de
investigación realizado mediante la escritura de
crónicas. Estas deben responder a lo recolectado
en el proceso, incluyendo en su relato videos,
espacios, fotos, entrevistados. La sistematización
en este caso fue compilada en el libro presentado
al final del semestre llamado “Crónicas
Salineras” el cual logró reunir más de treinta y
siete (37) crónicas. En esta acción se evidencia el
trabajo colaborativo realizado en comunidad, el
cual permite a su vez construcción de tejido
social y acercamiento de academia- comunidad.
Etapa V. Al terminar las etapas se realizó
el análisis de información recogida en el proceso
por medio de exposiciones, las cuales son
evaluadas cualitativamente. Luego, se muestra el
contacto del grupo de treinta y siete (37)
estudiantes con el municipio; de allí se evidencia
que solo 16 de ellos, son habitantes de este, el
veintiuno (21) restantes, transitan a diario
Zipaquirá por sus estudios en Uniminuto y
algunos de ellos por contratos laborales. Así
mismo, se identifica que el ochenta y siete por
ciento (87%) de los estudiantes tienen familia,
amigos o relaciones personales que los arraigan
Benavidez-Penagos , G., Arias-González, M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas, Y. (2021). Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 11(1), 27-35. https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
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al municipio, lo cual permite mantener e indagar
conocimiento del territorio.
Gráfica 1
Vínculo de los estudiantes participantes en la
investigación con el municipio de Zipaquirá
Nota. Análisis de información recogida en el proceso por
medio de exposiciones, elaboración propia.
La realización del diagnóstico de entrada
demuestra relación del número total de los
estudiantes con Zipaquirá y su Catedral de Sal,
obviando el sinnúmero de conocimientos
diferentes que poseen del municipio. Por su
parte, la comunidad da cuenta su punto de
referencia del municipio asentado en la mina de
sal. Se identifican con ella, dándole importancia
total del ser zipaquireño, como ser catedral de
sal; presentan un gran número de relatos
contenidos en tradición oral del pueblo,
relegados en opacidad de sus voces, sin embargo,
al contacto con los estudiantes, estos relatos se
entrecruzan, conectando memorias colectivas
consolidadas en grupo.
Así mismo, la evaluación final da cuenta
del proceso de fortalecimiento de memoria
histórica del municipio por parte del grupo de
estudiantes, quienes, a través de un formulario de
evaluación, demostraron conocimientos nuevos
contrastados con la evaluación diagnóstica. Por
otro lado, la extrapolación de los recuerdos en la
memoria de los habitantes del municipio reforzó
los conocimientos de los eventos contados, al
socializarse el relato de los otros participantes del
proceso.
Resultados
La academia, en respuesta a currículos
educativos, se enfoca en afianzar saberes
específicos de preparación directa con los
oficios. Esto, para las nuevas generaciones,
pretende “una educación que les permita
competir en el mercado laboral, aceptando para
ello los costos de un “contrato de servicios”
obtenido en el mercado educativo” (Barbero-
Martín, 1997, p. 4) de esta forma, responde a
dinámicas tanto educativas como comunicativas
en el hacer laboral próximo.
Así mismo, la familia, como principal
centro de educación de construcción social,
desarrolla las primeras habilidades individuales y
encuentros confrontados con el otro; luego se
empalma con el entorno social inmediato que
apresta el camino en contacto hacia lo
desconocido; construye espacios de tejido social,
extrapolando habilidades generadoras de
cambios en hábitos de vida, finalmente este
camino permea su identidad al contrastarla con la
identidad del otro.
Por otro lado, la transformación de
dinámicas sociales mundiales en el último siglo,
respecto al conglomerado de nuevas tecnologías,
trae consigo alteraciones tanto en el campo
educativo, como en el campo comunicativo. El
uso masificado de nuevas tecnologías transforma
estrategias educativas de contacto entre aula y
mundo exterior. De esta forma, la
descentralización del poder, retenido
históricamente por la obligación de la estructura
educativa, pierde peso desde “los monasterios
medievales hasta las escuelas de hoy donde el
saber había conservado el carácter de ser a la vez
centralizado territorialmente, controlado a través
de dispositivos técnico-políticos, y asociado a
figuras sociales de rango especial” (Barbero-
Martín, 1997, p. 2). La masificación de nuevas
tecnologías permite concentrar apropiación
comunicativa de educación, demostrando así que
el maestro y la escuela no son los únicos
poseedores del saber, a cambio de ello,
comienzan a ser cuestionados en el mismo, desde
posibilidades que presenta la nueva era digital.
En cuanto al campo de la comunicación y
su cambio en el tiempo, la diferencia no es muy
disímil. Si bien es cierto, el modelo
comunicacional sostenido hasta décadas atrás se
reflejaba de forma unívoca, donde el emisor
generaba comunicación, mientras el receptor, de
manera pasiva, asimilaba el mensaje,
convirtiéndolo en recipiente de información, sin
participación activa en el proceso comunicativo,
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Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
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e interpretando líneas militares
comunicacionales.
El cambio en el modelo se da en la década
de los 70/80, donde la mirada comunicativa se
direcciona hacia la voz de los oprimidos
“aquellas personas que vivían en sectores
marginados y que eran invisibilizados por el
estado y las sociedades, se convirtieron en
protagonistas: sus voces eran escuchadas”
(García, 2006). De esta forma se habla de un
modelo comunicativo creado bajo premisas de
actores, donde quienes están involucrados en el
proceso comunicativo se convierten en
interlocutores, con capacidad u oportunidad de
generar mensajes alrededor de la comunicación
(Kaplún, 1983).
En este sentido, la comunicación en
transformación constante se convierte en un
aliado de procesos sociales enmarcados en las
dimensiones culturales, filosóficas, políticas,
económicas, antropológicas, religiosas y sociales
de las personas, que a su vez son
interrelacionados por datos, flujos, procesos y
medios” (López-Jiménez, 2006, pp. 100)
confluyendo en escenarios diversos de
convergencia interpersonal e intercultural,
participativa.
La comunicación participativa guarda
entre sus ideales, relaciones pluridimensionales,
sumando voz a los oprimidos quienes, bajo
miradas hegemónicas, mantienen relaciones de
poder desde la fuerza a procesos convencionales,
aislando procesos comunicacionales locales o de
comunidades enteras. En este sentido “las voces
de la multiculturalidad” son acalladas en el yugo
de la punta piramidal jerárquica (Gumucio-
Dragón, 2004).
Por su parte, el espacio académico en la
tradición de su existencia se ha encargado de
documentar la historia precedida por luchas
validadas desde hegemonías recalcitrantes, de
esta forma, se instaura en libros académicos de
reproducción educativa (Aguilera, 1951). La
historia popular de nuestros pueblos es
invalidada y sellada por políticas que nublan la
tradición oral guardada en memorias territoriales,
manteniendo en firme, amenazas certeras de
identidad.
En enlace con lo anterior, se hallan
acciones de construcción de memoria guiada por
tres momentos: memoria individual, memoria
colectiva y memoria histórica; estas tres se
complementan en ejercicios de intercesión
comunitaria, logrando tejer espacios de
encuentro transversalizado desde la individual de
cada una de estas. De manera puntual, la
memoria individual como el espacio donde se
extrapolan elementos de vida propia, que, al
encontrarse con memorias del otro, logran
construir memoria colectiva, definida bajo
prácticas comunitarias. Como lo menciona
Betancourt, la experiencia en torno a la memoria,
busca fortalecer el recuerdo del pasado de forma
mágica, guiado por vivencias compartidas en
comunidad, buscando ser vista por otro grupo
precedente (Betancourt, 1999).
En cuanto a memoria histórica, hablamos
de una aplicación de narraciones, hechos y
recuerdos surgidos en el presente, con una
vinculación directa de memoria del pasado. En sí,
es la posibilidad de activar el pasado en el
presente -la memoria como presente del pasado
(Ricoeur, 1999). Por lo anterior, se denota como
dicha reconstrucción histórica está vinculada al
fortalecimiento identitario, está no se extravía de
nuestra construcción del ser, pero si se repliega
al pasaje encontrado en el recuerdo desde el
reconocimiento cultural. El valor consignado a
esa memoria es asignado por la misma
comunidad, quien implícitamente, entrega los
sucesos remembrados a manos del pasado e
implícitamente la desvanece ante las nuevas
generaciones.
El proceso de memoria, adaptado desde
narrativas colectivas, “códigos culturales” e
interacciones múltiples dibujantes dentro de
marcos sociales de una comunidad o un colectivo
en general, lleva a procesos de reflexión desde
experiencias, se presenta un cuadro de catarsis en
la concreción de hechos acontecidos en línea de
tiempo, atrayendo consigo entre otros lugares,
fechas, objetos, sujetos simbólicos,
representativos e identitarios del sujeto,
mediados por su cultura.
Ahora bien, la memoria histórica es un
tema extenso de abordar, por lo tanto, se recurre
a un espacio poco tratado en tópicos académicos,
como lo es el Patrimonio Cultural Inmaterial.
Según la Convención número XXXII para la
Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial
realizada en el año 2003, aprobada por la
Conferencia General de Unesco, se define el
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Patrimonio Cultural inmaterial (PCI) como “los
usos, representaciones, expresiones,
conocimientos y técnicas -junto con los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios
culturales que les son inherentes- que las
comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de
su patrimonio cultural” (Unesco, 2003).
La tradición oral, las expresiones culturales
guiadas por costumbres, rituales, tradición
ancestral, festividades, usos naturales,
conocimiento natural, técnicas artesanales, entre
otros, gestadas al interior de los pueblos, serán
consideradas parte del Patrimonio Cultural
Inmaterial de un pueblo, siendo definidas por la
misma comunidad infundiéndoles un
sentimiento de identidad y continuidad y
contribuyendo así a promover el respeto de la
diversidad cultural y la creatividad
humana”(Unesco, 2003). Sin embargo, el listado
de reconocimiento del PCI se amplió tras el
Decreto 2941 de 2009, incluyendo más esferas de
tradición cultural como medicina natural, cultura
culinaria, conocimientos y técnicas tradicionales
asociadas al hábitat, entre otras.
Como bien se nombró, el trabajo es
realizado conjuntamente entre estudiantes-
comunidad-académicas, apoyando sus
conocimientos entre sí, para de esta forma, tratar
de enfrentar el proceso de desmemoria al interior
del municipio. Lo cual significa que de plano
ambicionan la idea del buen vivir en comunidad,
cumpliendo con estrategias sociales,
participativas, comunitarias, que lleven a
comprender y a comprenderse en sociedad.
La investigación realizada con los
estudiantes de Comunicación Social
Periodismo, logra su interés por reconocer
hechos fundantes de su memoria. Si bien es
cierto, el diagnóstico de entrada muestra que
existe un conocimiento de algunos hechos de
memoria histórica también evidencia de ese vago
reconocimiento. Al indagar las razones por las
cuales no identifican de forma precisa esta
memoria, se encuentra que no existen espacios de
acercamiento del estudiante a sus raíces y a su
memoria, lo cual repercute finalmente en ese
escaso reconocimiento y reproducción de la
misma.
Así mismo, tal como lo plantea Hallbwachs
(1968) el ser humano posee dos tipos de
memoria, la habitada y la percibida, en este
ejercicio, se evidencia la memoria percibida de
los estudiantes como parte de los relatos
escuchados por sus familiares o seres cercanos,
conformada por supuestos no confirmados por
entes exteriores a los mencionados, mientras que
la memoria habitada es escasa, al no empatar
entre las edades y los recuerdos de los jóvenes.
En cuanto a la academia, se reconoce el
valor general asignado a la historiografía
convalidada como representativa de la fundación
de los pueblos, a su vez, desarraiga raíces
contextuales de su cultura inmediata. Sin
embargo, al proponer procesos de
fortalecimiento de memoria como un ejercicio
alternativo de construcción académica de su
profesión, se encuentran diversos intereses
convergentes que reprimen el sentido histórico
popular.
Por otro lado, enlazando el interés de
producir textos con los estudiantes, en
cumplimiento de las formas curriculares de
interpretación y producción textual, junto con lo
investigado, se evidencia la fuerte necesidad de
inmersión estudiantil a problemáticas reales que
los convoquen a reflexionar soluciones y/o
intervenciones. De esta manera, pensar en
componer textos “produce con una mirada crítica
que permite el cuestionamiento y el
establecimiento de acciones concretas para
mejorar y lograr un excelente proceso de
enseñanza-aprendizaje” (Márquez-Galvis, 2020,
p. 160) desde procesos escriturales.
Así mismo, se evidencia construcción de
tejido social en el acercamiento de los estudiantes
a la comunidad. Si bien es cierto, externamente
se reconoce a Uniminuto en el territorio, lo cual
se demuestra en los agradecimientos realizados
en los videos recolectados por los estudiantes, el
agradecimiento e interés que generaba el
tomarlos a ellos, los abuelos, como parte
fundamental del ejercicio fortalece el respeto
hacia la institución y los procesos sociales que
esta lleva en el territorio. Los abuelos, sabedores,
constructores de memoria, construyen diálogos
fuertes, se sienten identificados con la
universidad al atraer su voz a las aulas de la
academia.
Así mismo, los estudiantes investigadores,
mostraron su agradecimiento por el ejercicio, ya
que afianzo y aumento los conocimientos de sus
Benavidez-Penagos , G., Arias-González, M., Perassi, M., & Castiblanco-Venegas, Y. (2021). Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 11(1), 27-35. https://doi.org/10.37843/rted.v11i1.182
Comunicación Participativa en la Academia: Construyendo
Tejido Social desde la Memoria Histórica
recuerdos, sus memorias y su municipio. El
tejido social que se logra construir allí guarda su
intencionalidad política al pretender apropiación
territorial, se generan puentes que acercan a
nuevas juventudes con el abuelo, un ser tan
olvidado a nuestros tiempos, reconociendo su
relato e historia en la colectividad del espacio
(Guevara, 2014).
En cuanto a comunicación participativa, se
muestra como los estudiantes en su accionar,
ponen en práctica parte de los conocimientos
teóricos aprendidos. Construye con la comunidad
el relato, reconociéndose a la vez, como parte
activa del proceso, así como la comunidad, que
desde la horizontalidad del discurso permite
escuchar la voz de cada actor participante del
proceso. Lo anterior, demuestra la pertinencia de
llevar a los estudiantes a pensar escenarios
comunicativos fuera del aula de clase,
construyendo de otra forma sus capacidades y
enfrentándolo a realidades inmediatas
contextuales (Kaplún, 1983).
Finalmente, el resultado físico, palpable
que entreteje voces de jóvenes y abuelos, es
presentado al final de la investigación en un libro
escrito bajo figura periodística de crónicas, allí
cada estudiante se apropió de una temática
investigada; analizó y plasmo en la presentación
final de su crónica salinera, ese relato escondido
en voces opacas de abuelos del territorio, quienes
encontraron en el ejercicio una forma de
extrapolar sus recuerdos.
Conclusiones
Repensar la academia desde afuera, crea
lazos de acercamiento y tejido social entre
comunidad y universidad, con el fin de guiar a los
estudiantes hacia el trabajo con la comunidad. Lo
anterior pone de manifiesto herramientas y
conocimientos manejados desde profesiones
como es el caso de comunicación social. La
práctica en campo de sus habilidades
comunicativas e investigadoras se pueden
enlazar con planeaciones concertadas de
asignaturas contempladas en el programa. En
este sentido, el acercamiento cobra fuerza, no
solo para la academia que permite demostrar el
desarrollo de competencias y habilidades en
determinados temas, sino desde el aprendizaje
propio, que permite reencontrarse con relaciones
internas, susceptibles de recordación y o
exploración, las cuales, enlazan el significado
vivo de las raíces ancestrales en cada ser humano.
Junto a lo anterior, es necesario
comprender el cambio de los espacios
educativos, la limitación antigua del salón de
clase como principal nicho de reproducción del
conocimiento, se ha desmitificado con las nuevas
tecnologías. Así mismo, los procesos de
enseñanza brindados por el otro, nombrado en
esta investigación como comunidad, pierde peso
al no encontrarse incluido en esa virtualidad
atrayente que, en espacios de aprendizaje, logra
capturar la atención de los jóvenes.
Otro punto importante en la reflexión final
es el escaso reconocimiento que tienen los
jóvenes acerca de sus raíces y su identidad
cultural. La identidad del ser humano se
transforma constantemente, replegándose a
hechos momentáneos de movimiento cultural.
Así mismo, la sociedad de la información se
manifiesta en el cambio de identidades, y sus
nuevas formas de habitar espacios, de
acercamiento, comunicación y aprendizaje del
otro y con el otro, incidiendo también en la
conformación de su identidad.
Lo anterior excluye el conocimiento
popular alojado en la memoria del adulto mayor,
si no se retoma como lugar de florecimiento y
concentración de conocimiento validado. De
continuar dejando de lado los procesos de la
memoria popular, no será posible, para futuras
generaciones, encontrar su lugar identitario
propio, sino, será el reflejo de lo conformado por
sus pares y/o sus generaciones inmediatamente
anteriores. Por esta razón es necesario crear
espacios de reconocimiento de la cultura del
territorio, donde abiertamente participen niños,
jóvenes, adultos y adulto mayor en nuevos
escenarios académicos que rompan los muros y
las puertas de la academia.
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