Introducción
En Colombia el Sistema General de
Seguridad Social en Salud (SGSSS), tiene como
finalidad promover, restaurar y mantener la
salud de la población sin excepción alguna
(Ministerio de Salud y Protección Social
Colombia, 2014, p.11), por lo cual el Ministerio
de Salud incluye en este plan a la población
indígena, quienes han sido excluidos en
diferentes campos ya sea por su cultura,
tradición, actitudes y costumbres (Olivar Rojas,
2020,p.148); buscando así garantizar el
cumplimiento de sus derechos, y la igualdad ante
los sistemas de salud.
En Bogotá, se ha identificado el mayor
número de población indígena proveniente de
diferentes ciudades del país y otras naciones
vecinas, en su mayoría pertenecientes a los
pueblos Wayuu, Nasa y Pastos (DANE, 2019,
p.19) (MinSalud, 2020, p.4). En el caso de la
población infantil se busca un enfoque de
derechos con una perspectiva diferencial y de
inclusión social, a partir de crear espacios de
recuperación y saber ancestral, implicándose los
hábitos que estos presentan (Alcaldía Mayor de
Bogotá, 2011, p.9). Un hábito hace referencia a
actos y prácticas tomados por costumbre
(Sánchez-Ojeda & De Luna-Bertos, 2015,
p.1911), para un bienestar físico, mental y social,
interviniendo en la vida cotidiana del ser
humano; los hábitos en general se pueden tomar
desde diferentes perspectivas, incluyéndose
hábitos saludables de higiene bucal, lavado de
manos, seguridad y redes de apoyo (García-
Ubaque, 2011, p.19).
La continua llegada de familias de
diferentes etnias a Bogotá, por procesos de
movilización interna debido a múltiples factores,
ha obligado la búsqueda de estrategias para la
aplicación de la política pública de primera
infancia, a partir del enfoque diferencial étnico;
una de estas estrategias corresponde a la
implementación de jardines infantiles para el
acceso de los niños a un entorno donde se
incorpore el enfoque diferencial étnico,
priorizando en su nutrición, cuidado y
formación. (Bogotá humana, 2012, p.23).
Las casas de pensamiento intercultural
surgen ante la necesidad de contar con espacios
para el acompañamiento de los niños y por
iniciativa de algunas autoridades tradicionales,
con el fin de impulsar el pensamiento
intercultural ante el debilitamiento de la
identidad propia; se encaminan a la formación en
saberes ancestrales y en la apropiación de la
historia de sus pueblos y cultura. (Delgadillo,
García y Sandoval, 2013, p.161).
El centro de pensamiento intercultural
Payacua, se ubica en el barrio Ricaurte, localidad
los Mártires, integra a los pueblos indígenas de
la ciudad, víctimas de discriminación y
segregación racial; encontrando dos de los
grupos con mayor población indígena como lo
son Nasa y Pastos (Casa de pensamiento
intercultural Payacua, 2011,p.2); en ellos, se han
detectado problemas en hábitos saludables como
higiene bucal y lavado de manos, a pesar de
contar con un análisis de la situación en salud y
de estar incluidas estas etnias en los diferentes
proyectos y estrategias enfocadas a mejorar la
salud oral, propuestas por el gobierno de Bogotá
(Ministerio de Salud, 1999,p.65).
Para facilitar la comunicación y
colaboración en el diseño de entornos de
aprendizaje, se han utilizado métodos en donde
se da voz e involucra a grupos de personas,
relacionadas con esta actividad, entre ellos,
colectivos vulnerables (Gros & Maniega,
2018,p.3).Uno de estos métodos es el diseño
participativo donde se desarrolla empatía entre
los involucrados (Gros & Durall, 2020 p.13),
pudiéndose generar elementos tecnológicos que
se materializan desde la manera como se percibe
una situación; esta forma de trabajo involucra un
proceso de dialogo de saberes que permite
entender preferencias, deseos y necesidades en
escenarios contextualizados (Acosta & Garcés,
2016,p.20).
En el ámbito de educación para la salud, la
participación comunitaria, es referida como un
medio para abordar los problemas de salud desde
la toma de decisiones conjuntas, (Palmar-Santos,
2014) por tanto el diseño participativo, favorece
formas de expresión en la que se busca incluir
diversas actitudes, experiencias y saberes. Por
otra parte, en el diseño de tecnología educativa,
el involucramiento de las personas permite la
democratización en el diseño de elementos
tecnológicos. (Feenberg, 2017, p.51). con los
que se busca mejorar la comunicación.