La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la Implicación Escolar
School Culture: A Key Concept to Understand School Engagement
La investigación educativa en los últimos años está prestando mayor atención a la implicación
escolar. Se trata de una herramienta valiosa para conocer la relación de los estudiantes con la
escuela, así como su grado de implicación con la misma. La implicación escolar, como
herramienta de medición, aporta datos de gran valor para entender cómo se desarrolla esa
implicación y qué variables interfieren en ella; además, ha quedado sobradamente demostrado
que funciona como excelente indicador de problemas futuros como el abandono escolar. Aun
así, tradicionalmente se ha ignorado el contexto escolar en el que se han recogido los datos. Se
han tenido en cuenta algunos datos que atañen a las características del centro (nivel
socioeconómico, lugar, edad del alumnado…), pero se ha obviado todo lo que sucedía dentro
de la escuela. Así, este trabajo defiende que los datos de la implicación escolar deben estar
sustentados por el conocimiento de la cultura escolar. De lo contrario, todo intento de entender
o justificar la implicación, sin conocer la realidad o la cultura escolar, estará basado en teorías
e hipótesis que se alejan del contexto real. En este ensayo se propuso un nuevo enfoque que
destaca la necesidad de poner en valor la cultura escolar como concepto clave para entender la
implicación en la escuela. Se diseñó un modelo novedoso de siete variables donde la
implicación escolar y el ambiente de la escuela (la cultura escolar) son estudiadas
conjuntamente, de tal manera que se consigan los datos necesarios para establecer relaciones
causa-efecto y formular hipótesis adecuadas.
Palabras clave: Cultura escolar, clave, entender, implicación escolar.
Educational research is paying greater attention to school engagement in recent years. It has
become a valuable tool for analyzing the relationship of students with their schools, as well as
their degree of engagement with them. School engagement, as a measurement tool, provides
valuable data for the understanding of how this engagement develops and what variables affect
it. In addition, it has been thoroughly confirmed as an excellent indicator of future
complications, including school dropout. Despite these successes, an important element of the
research, the school context in which the data was collected, has traditionally been ignored.
Some data concerning the characteristics of the center (socioeconomic level, place, age of the
students ...) have been considered. However, the events occurring within the walls of the school
have been regularly ignored. Thus, this essay argues that the data on school engagement should
be supported by knowledge of the school’s culture. Otherwise, any attempt to understand or
justify engagement, not knowing the concrete reality or the school’s culture, will be based on
theories and hypotheses that may be far from the real context. In this essay, a new approach of
study is proposed. It highlights the need to value school culture as a key concept to understand
school engagement. In addition, a novel model containing seven variables is presented, where
school engagement and the school environment (school culture) are studied together. This
model will provide the necessary data to establish cause-effect relationships and the formulation
of adequate hypotheses.
Keywords: School culture, key, piece, school engagement.
¹Toki Eder Ikastola
¹https://orcid.org/0000-0002-1454-6798
¹España
¹jonxabier[email protected]
Basogain-Urrutia, J. (2021). La Cultura
Escolar: Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar. Revista Tecnológica-
Educativa Docentes 2.0, 10(2), 13-20.
https://doi.org/10.37843/rted.v10i2.218
J. Basogain-Urrutia, "La Cultura Escolar:
Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar", RTED, vol. 10, n.° 2,
pp. 13-20, ago. 2021.
Jon Xabier Basogain-Urrutia¹
5/abril/2021
10/julio/2021
29/agosto/2021
Basogain-Urrutia, J. (2021). La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la Implicación Escolar. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(2),
13-20. https://doi.org/10.37843/rted.v10i2.218
La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar.
Introducción
Generalmente, cuando se habla de
educación y de escuelas, se pone el foco en
aquello que quizás resulte más fácilmente
medible: los resultados académicos obtenidos
por los alumnos, los informes del Programme
for International Student Assessment (PISA),
traducido al español como Programa
Internacional para la Evaluación de
Estudiantes u otros componentes o procesos
de la educación alejados de lo que sucede
dentro de la escuela. Son aspectos meramente
académicos con características abstractas. Por
ello, es indispensable también investigar otros
conceptos inherentes de las escuelas.
En los últimos años, la comunidad
educativa ha hecho un gran esfuerzo para
entender tanto qué les pasa a los alumnos,
como el modo de relacionarse con sus
escuelas. Se ha tratado, incluso, de aunar
aspectos académicos, emocionales y
psicológicos investigando qué factores
pueden propiciar el fracaso escolar. También
se ha investigado la correlación entre la
implicación escolar con otros factores como
el cansancio escolar (conocido también como
student burnout).
Uno de los conceptos s investigados,
y que mayor relevancia ha tenido en los
últimos años es, sin lugar a duda, el de la
implicación escolar. Este concepto atiende a
la manera que los alumnos tienen de
relacionarse con su escuela e implicarse en la
misma. Fredricks et. al. (2005) ofrece una
definición del mismo. Esta es la más aceptada
por la gran mayoría de autores donde se
distinguen tres tipos de implicación:
1. Implicación emocional: caracterizada
por recoger todas las reacciones
emocionales, sean positivas o
negativas, así como el sentimiento de
pertenencia al centro. (Connell, 1990;
Finn, 1989; Voelkl, 1997).
2. Implicación conductual: se centra en
la participación del alumno en las
actividades del centro; además se
considera imprescindible para
conseguir buenos resultados
académicos (Connell, 1900; Finn
1989).
3. Implicación cognitiva: se refiere al
esfuerzo que un alumno está dispuesto
a llevar a cabo para entender tanto
ideas como destrezas complejas. Hace
referencia también al esfuerzo de ir un
poco más allá del mínimo exigido
(Corno & Mandinach, 1983; Newman
et. al. 1992).
Existen varios trabajos en este aspecto,
tratando de ver qué factores pueden influir en
la implicación escolar. Se ha comprobado, por
ejemplo, que las variables edad o sexo
influyen en el concepto de implicación
escolar (Costa & Tabernero, 2012; Ramos-
Díaz et al., 2017). De igual modo, hay otras
investigaciones sobre la relación de
implicación escolar con otras variables como
son el contexto familiar, el tipo de
escolarización, y los problemas de conducta.
Sin lugar a duda, es un término de
interés tanto para investigadores como para
profesores. Ofrece una visión global de la
relación de los estudiantes con su escuela, a la
par que es un factor muy importante para
predecir el abandono escolar (Connell, 1990;
Finn, 1989). La manera de medir el nivel de
implicación escolar actualmente puede llegar
a ser escasa o, en cierto modo, imprecisa. Por
ejemplo exponer, que “los alumnos de cierto
barrio o centro tienen niveles de implicación
cognitiva bajos”, no aporta mucha
información si no se investiga también el
contexto escolar donde se han recogido esos
datos. Se hace, por tanto, necesario investigar
la cultura de esa escuela si se quiere explotar
la información de los datos sobre implicación
escolar; esto es, resulta imprescindible
conocer qué sucede dentro de la escuela.
Desarrollo
Los trabajos de investigación sobre
implicación escolar, en su gran mayoría,
tienen en cuenta el contexto externo de la
escuela recogiendo datos, entre otros, sobre
nivel socioeconómico del lugar, ubicación, y
origen del alumnado. Dicho proceso resulta
lógico y se aplica en la mayoría de las
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13-20. https://doi.org/10.37843/rted.v10i2.218
La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar.
investigaciones, sean del ámbito que sean.
Además, es muy común que los datos se
presenten atendiendo a tales criterios
externos, como por ejemplo, las notas medias
agrupadas por sexo, curso o la renta media del
alumnado.
Esta realidad deja en evidencia que la
investigación educativa no presta la suficiente
atención a otros datos relacionados con lo que
sucede dentro de la escuela, como qué
valores, normas y costumbres rigen en el
centro escolar, qué relación hay entre los
alumnos, cómo de controlados están por la
organización y cómo perciben los alumnos
ese control. Los citados componentes de la
vida escolar, que pueden influir en los niveles
de implicación del alumnado, son muy
relevantes y giran en torno a la vida dentro de
la escuela. Pero “lo que sucede dentro de la
escuela” no es un mulo de variables
escogidas al azar, sino el resultado de todas
las partes (costumbres, normas, suposiciones,
creencias…) que conforman la cultura
escolar.
Este concepto, el de cultura de la
escuela, nace de aplicar un enfoque desde el
punto de vista de la organización escolar a
aquello que sucede dentro de la escuela.
Sistematiza y categoriza aquellos
fundamentos, procesos, factores y
componentes del día a día, que pueden pasar
desapercibidos por ser parte de la rutina, pero
que conforman el nivel mínimo de
costumbres, creencias y suposiciones que se
dan por hecho en cada escuela. Podría parecer
un concepto sencillo y con una estructura
simple, pero lo cierto es que atañe a las bases,
creencias y suposiciones sobre las que se
crean y funcionan las instituciones, por lo que
abarca un amplio espectro de conceptos e
ideas.
Definición de Cultura Escolar
Atribuir el concepto de cultura a la
escuela no es una práctica novedosa (Elías,
2015). Se trata de un término empleado
frecuentemente para describir e identificar los
procesos de la vida escolar. De forma similar,
Waller (2014) define que cada escuela tiene
su identidad, sus costumbres y normas,
creando un código moral. Encontrar una única
definición del concepto puede ser complejo
debido al gran número de dimensiones a
incluir. Por ejemplo, Schein (2018) en un
intento de definir el término, elaboró un
listado con los factores intervinientes en la
cultura escolar, los cuales son los siguientes:
1. Actitudes observables (incluye el
idioma y los rituales).
2. Normas que evolucionan en
equipos de trabajo.
3. Valores dominantes, sobre todo
los establecidos por la
organización.
4. Las políticas del centro.
5. Las normas.
6. La filosofía que guía las políticas
y las normas.
7. El clima escolar.
Schein (2018) trata de ir un poco más
allá y añade un matiz importante a su
definición: los componentes de la cultura
escolar no aparecen como tales, pues la
cultura supone el nivel más profundo de
suposiciones y creencias comunes para todos
los miembros de una organización, y estas son
adquiridas involuntariamente por cada uno de
los miembros; son intrínsecas en uno mismo.
Sientan las bases para dar por ciertos
determinados aspectos de la vida dentro de la
institución (e.g., costumbres, normas,
maneras de actuar, creencias y suposiciones),
además de dotar a la organización una visión
tanto de sí misma como de su contexto.
Otros autores como Deal & Kennedy
han tratado de proveer una definición más
simple definiendo cultura escolar como “la
manera que tenemos aquí de hacer las cosas”
(1983, p. 501). Esta nueva definición deja de
lado el aspecto intrínseco mencionado por
Schein (2018). Muchos autores inciden en el
aspecto informal y no escrito de la cultura
escolar. Incluso se llega a mencionar que tan
solo puede ser aprendida y adquirida cuando
se rompe una de las normas no escritas; por
tanto, las metáforas, las costumbres, los
rituales, los mitos, los símbolos, las
historietas, y el sentido del humor también
Basogain-Urrutia, J. (2021). La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la Implicación Escolar. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(2),
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La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar.
conforman la cultura escolar (Stoll & Fink,
1999).
Tipología de Escuela Según su Cultura
Considerando las definiciones
anteriores, resulta evidente la existencia de
tantas culturas como escuelas. Aun así, por
muy cierta que sea la afirmación anterior, es
ineficiente desde el punto de vista científico.
Así pues, en aras de hallar patrones y
características comunes, se ha tratado de crear
categorías o tipologías de cultura escolar para
establecer un orden. Rosenholtz (1989)
diferenció la escuela flexible (se siente libre
para focalizar toda su atención en las
prioridades que tiene la escuela) y la
inmovilista (busca esa libertad en las
exigencias externas).
Esta definición, sin embargo, puede
quedarse incompleta al tratar de agrupar todas
las escuelas en dos únicas categorías. Es por
ello, que otros autores han tratado de abarcar
un espectro más amplio. Este es el caso de
Stoll & Fink (1999) que fueron más allá
presentando un modelo de cinco categorías
atendiendo solamente a dos variables: la
efectividad (basada en los resultados
académicos de la escuela) y el grado de
mejora (el esfuerzo realizado por una escuela
para mejorar). Esta diferenciación se puede
observar en la figura 1.
Figura 1
Tipos de cultura escolar según Stoll & Fink
Nota. Stoll & Fink (1999) proponen este modelo
basándose en el estado que tiene la escuela en
determinado momento (eficaz o ineficaz) y el esfuerzo
que hace para mejorar o mantener esa situación,
elaboración propia (2021).
Atendiendo al modelo de las dos
variables descritos por Stoll & Fink (1999),
recogidos en la figura 1, se desarrolla a
continuación las características de cada tipo
de escuela. Para entender estos modelos, hay
que tener en cuenta que la cultura escolar es
un proceso dinámico, por lo que, a lo largo del
tiempo, ante circunstancias cambiantes de la
propia escuela y de su propio entorno, esta
podrá pasar por diferentes de las tipologías
abajo descritas.
1. Las escuelas que avanzan son
eficientes, donde la gente trabaja
activamente en grupo para responder a
un contexto cambiante.
2. Las escuelas que caminan se perciben
como eficientes, logrando buenos
resultados con una calidad mejorable.
Se conforman con buenos resultados,
pero no atienden a las necesidades a
largo plazo de su alumnado.
3. Las escuelas que pasean, por su parte,
están en medio. Puede parecer que
tienen intención de mejorar, pero a
paso muy lento. Pueden llegar a
proyectar una imagen de una buena
escuela, pero necesitan de un estímulo
externo para mejorar realmente.
4. Las escuelas que luchan son
conscientes de ser poco eficaces, a
pesar de efectuar un gran esfuerzo
para serlo. Normalmente consiguen
sus objetivos debido al nivel de
esfuerzo realizado. Es importante que
el personal acepte la necesidad de
mejorar.
5. Las escuelas que se hunden fracasan y
no son efectivas. Los profesores no
están preparados (porque no quieren o
porque no pueden) para enfrentarse a
un proceso de cambio.
Estabilidad de la Cultura, Subculturas y la
Escuela como Sistema de Flujos
Para Stoll & Fink (1999), quienes
proporcionaban este punto de vista sobre los
tipos de cultura, creen que la cultura escolar
se vuelve estática una vez ha terminado de
desarrollarse, partiendo de la idea básica de
que la cultura escolar nace junto con la
escuela. En contraposición, otros autores
Basogain-Urrutia, J. (2021). La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la Implicación Escolar. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 10(2),
13-20. https://doi.org/10.37843/rted.v10i2.218
La Cultura Escolar: Concepto Clave para Entender la
Implicación Escolar.
como Bolman & Deal (1991) entienden la
cultura escolar como un proceso, porque los
nuevos miembros la van adquiriendo de
quienes ya estaban en la escuela; y, a la vez,
como un producto, porque es el resultado del
conocimiento de todos los miembros de la
escuela).
La cultura escolar, sin embargo, ni
como proceso ni como producto, no es una
única. Dentro de la cultura predominante en la
escuela se crean varias subculturas (ya sea
entre alumnos, profesores o familias); de
hecho, algunos autores como McLaughlin &
Marsh (1990) y Huberman (1992) describen
la cultura predominante en la escuela como la
mezcla de todas las subculturas. En ese
aspecto, lo más frecuente suele ser la
existencia de una cultura que predomina sobre
las demás, generalmente impulsada por la
dirección del centro; pero, debido a la
necesidad de los humanos a relacionarse entre
ellos, se crean subculturas (Siskin, 1994).
Conociendo esta realidad de culturas
escolares y atendiendo al enfoque de la
organización escolar, es preciso entender la
escuela como un sistema de flujos. Santos-
Guerra (1997) recoge que la representación