órdenes, para ser jefe primero hay que conocer
desde abajo en qué consiste el negocio, para tener la
jurisdicción de administrarlo sabiamente. La
persona que va escalando los peldaños de la
superación profesional, difícilmente será una
persona despótica que desprecia a los demás, porque
tiene claro que él mismo pasó por allí. Esta persona
a su vez valora grandemente su posición y es motivo
de enorme satisfacción personal porque sabe cuánto
invirtió en estudio, sacrificio, desvelo, esfuerzo,
mérito y trabajo.
Vemos a grandes escritores, deportistas,
conferencistas, empresarios y muchas veces
añoramos triunfos como los de ellos, pero no vemos
todo lo que han hecho para lograrlo, no somos
conscientes de que invirtieron horas de trabajo,
capacitación, entrenamiento, estudio y dinero para
lograrlo. Lo que realmente deben subrayar en las
personas grandes y exitosas, es que detrás de todo
trofeo, hay un camino de disciplina, ejercitación,
esfuerzo, entrenamiento, lágrimas y sudor, y detrás
de todo éxito y triunfo profesional, hay un largo
camino de lucha, de perseverancia, de preparación
y formación.
Muchos omiten el proceso buscando atajos y
cuando lo logran solo manifiestan la incompetencia
para conducirse en el lugar que llegan a ocupar. Los
medios empleados son ilícitos y forzados, no es un
proceso natural en el cual se capaciten. Por ello,
muchas veces el mexicano aplasta a los demás a
costa de superarse y sobresalir, no mira a los demás
como parte de un todo, de una colectividad y de una
complementariedad en la que están presentes todos
los demás y que él éxito debe ser compartido, no ve
un bien común, sino ve a los demás como un medio
para conseguir sus propios objetivos, no así el
mexicano prehispánico, antes de la conquista
española, que buscaba la armonía con los demás, se
veía como parte del todo y que todos eran necesarios
para el éxito.
Esta misma realidad se visualiza en el cuidado
de la naturaleza, nuestra cultura extraía los recursos
naturales propiamente sin exceder sus límites, sin
llegar a la explotación, buscaba la preservación y
daba el mantenimiento y cuidado a la naturaleza
para que ésta pudiera subsistir y seguir brindando
sus beneficios, si ella le proporcionaba bendiciones,
entonces ellos buscaban regresarle el favor de
alguna forma en que ella se beneficiara. Como
menciona el autor Sánchez (2016) diciendo: “El
suelo es la cubierta de la mayoría de la superficie
continental de la Tierra. Es considerado como uno
de los recursos naturales más importantes y es
esencial para la vida, como lo es el agua y aire.
Ahora sabemos que somos capitalistas de
acuerdo con esa cosmovisión occidental que se
implantó en nuestra cultura, en donde lo que se
busca es producir el mayor número de productos,
aunque no sean requeridos, y explotar de manera
óptima y al máximo a la naturaleza solo por la
ambición de la riqueza.
Como dice el libro de Hernández (1991), “La
riqueza es un fenómeno muy complejo, tiene que
ver con muchas cosas: con joyas, con dinero, con
viajes, con el lujo, con tarje tas de crédito, con
medios de trabajo y producción.” Es una verdadera
tristeza conocer a personas profesionales bastante
preparadas, con una forma de pensamiento,
actitudes y valores muy positivos, que no han tenido
la suerte que muchos altos funcionarios han tenido,
y que posiblemente no ostentarán grandes cargos de
preponderancia social, debido a los sistemas y
estructuras gobernantes corruptas que solo aceptan
a sus personalidades elite para participar en el
gobierno.
Inferioridad de Nuestra Cultura Frente a la
Occidental
Estas dos cosmovisiones difieren de acuerdo
con sus objetivos y valores, en cuanto a sus
conceptos de producción, para la occidental era
necesario aumentar la producción de bienes a costa
de la explotación de la naturaleza sin importar el
almacenamiento de los productos ni el consumismo,
sin en cambio, el indio tenía un sistema de
producción al día, no producía en exceso ni más de
lo que necesitaba, esta forma de vida se configura a
partir de un sistema de autosuficiencia en el que las
comunidades y familias producen los productos que
requieren para su alimentación, a través del cultivo
de diferentes semillas, frutos, verduras, crianza de
animales y producción de alimentos derivados de
ellos, y la recolección de especias y hiervas de
diversa índole. Como cita el autor del libro México
profundo Bonfil-Batalla (1987):
Cultivos diversos, unidos a recolección, caza, pesca y
crianza de animales domésticos, entreverado todo con
alguna forma de producción artesanal (alfarería, tejidos,
cestería y muchos más productos) y una capacidad
generalizada para realizar otras tareas (de construcción, de
reparación), ofrecen un amplio espectro de posibilidades