132
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la
Construcción de Cultura de Paz
Healthy and Safe Brains: Violence Prevention Strategies for Building a Culture of
Peace
La normalización de la violencia ha tomado un curso peligroso en la historia de la
humanidad y se ha diversificado en diferentes formas que en ocasiones son casi
imperceptibles. El objetivo fue determinar el impacto de los talleres en la prevención
de la violencia sexual y la promoción de una cultura de paz. El estudio se basó en el
método de investigación acción, paradigma humanista y enfoque cualitativo, diseño
fenomenológico, tipo explicativo y de corte transversal. Con una población de 25
adolescentes y jóvenes de 14 a 28 años, la investigación se desarrolla a través de talleres
de sensibilización y fortalecimiento de habilidades de liderazgo, empleando técnicas de
grupo focal y entrevistas. Los resultados evidenciaron mejoras en las habilidades de
liderazgo, comunicación no violenta y uso de herramientas para la prevención de la
violencia. Adicionalmente, el estudio incorporo un análisis desde la neurociencia,
dando a conocer sus beneficios tanto funcionales como estructurales que la formación
de liderazgo aporta al cerebro de los participantes, en particular en sus relaciones
interpersonales como familiares. En conclusión, la investigación demostró que la
formación de liderazgo en adolescentes y jóvenes puede generar cambios positivos en
su comportamiento, además de contribuir a la prevención de la violencia sexual y la
promoción de una cultura de paz.
Palabras clave: Violencia, prevención, lideres, neurociencias, cultura de paz.
¹Universidad Privada San Francisco de
Asís
¹https://orcid.org/0000-0001-6185-6126
¹Bolivia
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos
y Seguros: Estrategias de Prevención de la
Violencia para la Construcción de Cultura
de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140.
https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
S. Ticona-Choque, "Cerebros Sanos y
Seguros: Estrategias de Prevención de la
Violencia para la Construcción de Cultura
de Paz", RTED, vol. 17, n.° 2, pp. 132-140,
nov. 2024.
https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
Sadam Ticona-Choque¹
The normalization of violence has taken a dangerous course in the history of humanity
and has diversified into different forms that are sometimes almost invisible. The
objective was to determine the impact of the workshops on the prevention of sexual
violence and the promotion of a culture of peace. The study was based on the action
research method, humanistic paradigm, qualitative approach, phenomenological
design, explanatory and cross-sectional type. With a population of 25 adolescents and
young people between 14 and 28 years old, the research is developed through
workshops to raise awareness and strengthen leadership skills, using focus group
techniques and interviews. The results showed improvements in leadership skills,
nonviolent communication, and tools for violence prevention. Additionally, the study
incorporated an analysis from neuroscience, revealing both the functional and structural
benefits of leadership training to the participants' brains, particularly in their
interpersonal and family relationships. In conclusion, the research showed that
leadership training in adolescents and young people can generate positive changes in
their behavior, in addition to contributing to the prevention of sexual violence and the
promotion of a culture of peace.
Keywords: Violence, prevention, leaders, peace culture, neurosciences.
12/marzo/2024
15/julio/2024
desde 132-140
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
133
133
Introducción
La normalización de la violencia ha tomado un
curso peligroso en la historia de la humanidad y se ha
diversificado en diferentes formas que en ocasiones
son casi imperceptibles, tanto que actualmente se ha
apropiado del entorno protector de niñas niños y
adolescentes, como ser: el hogar, los centros
educativos, las calles y cualquier contexto cercano a
ellos. Tal como lo menciona Gutiérrez León (2021)
la protección de niñas niños y adolescentes, mediante
la ley 584, nuevo código Niña, niño y adolescente,
mismo que es reciente en Bolivia, ya que tan solo han
pasado 10 años después de su promulgación, el
mismo establece que todo boliviano y boliviana debe
garantizar y a quienes son denominados sujetos de
derecho.
El abuso de poder, ejercido contra niñas niños
y adolescentes se refleja mediante golpes, empujones,
arañazos, mordeduras, pellizcos, moretones, jalones
todo ello denominado: violencia física. Otro tipo de
violencia normalizada es la psicológica, que se ve
reflejada con insultos, denigraciones, gritos,
amenazas, críticas destructivas, juicios de valor sobre
el físico, forma de hablar, color de piel, nivel
educativo, entre otros; y por último, la violencia
sexual contra niñas, niños y adolescentes, misma que
son los toques impúdicos, manoseos, violación,
estupro, corrupción de niñas, niños y adolescentes e
incluso la hipersexualización que afecta la vida
psicológica, familiar y social de la niñez y
adolescencia (SEPAMOS, 2017).
Frente a este contexto de violencia, UNICEF
(2020) menciona que los derechos de las niñas, niños
y adolescentes en Bolivia se encontrarían en peligro,
ya que, si bien existen avances en su socialización,
persisten los casos de violaciones a sus derechos. A
pesar de que existen canales para el cumplimiento de
los mismos, estos no se conocen por la población y
mucho menos por los garantes de derechos que
trabajan dentro de los sistemas de protección. De
acuerdo con los datos de SEPAMOS (2022), el 2022
en la ciudad de El Alto se registraron 151 casos de
violencia sexual contra este grupo, donde se verifica
que el 64% de los casos ocurrió en el seno familiar y
el 23% en un entorno conocido por la víctima. Pereda
& Gallardo (2011) afirman que la violencia tiene un
impacto en el cerebro que provocaría una reducción
de la masa cerebral en el área del hipocampo y la
amígdala, lo cual repercute en la percepción de la
violencia y la alarma frente a situaciones de peligro,
lo que lleva a una “normalización de la violencia”, así
como también lo afirma Escobar (2006).
Entonces, basados en las premisas anteriores
y para generar un cambio desde las estructuras
sociales y culturales más profundas, SEPAMOS
propone en uno de los proyectos trabajar con jóvenes
y adolescentes como forma de intervención personal,
familiar y social; en el entendido que su círculo social
es directamente su grupo de pares. El proyecto
implementado mediante los talleres de formación y
sensibilización busca formar a líderes constructores
de paz, deres en permanente formación capaces de
desarrollar sus habilidades de liderazgo y propagarlas
a sus mismos grupos (SEPAMOS, 2017).
El trabajo investigativo pretende determinar
los cambios que genera la aplicación de procesos de
formación de liderazgo a adolescentes y jóvenes de la
ciudad de El Alto que participan en los talleres de
deres de SEPAMOS, en prevención de la violencia
sexual y la promoción para la construcción de una
cultura de paz, y como análisis complementario se
explicarán los posibles beneficios a nivel estructural
y funcional en el cerebro cuando una persona vive en
un entorno seguro, amigable, de convivencia pacífica
y armónica. Por lo anterior, se genera la siguiente
pregunta de investigación ¿El fortalecimiento de las
habilidades de liderazgo para la prevención de la
violencia y construcción de la cultura de paz, permite
generar espacios para el desarrollo sano y seguro de
los cerebros en los adolescentes y jóvenes de la
ciudad de El Alto que participan en los talleres de
líderes de SEPAMOS?
Metodología
En respuesta al objetivo planteado la
investigación fue realizada a partir del humanista que
tal como lo mencionan Mujica-Sequera (2024) hace
énfasis en las habilidades y el potencial humano, así
también, se trabajó bajo el método de investigación
acción que según Vidal Ledo & Rivera Michelena
(2007) es un procesos de investigación en la acción
educativa desde un enfoque cualitativo que es la
interacción y vínculo directo con el grupo de estudio
obteniendo así datos significantes basadas en la
experiencia y valores humanos (Mujica-Sequera,
2024). Con un diseño fenomenológico de tipo
explicativa y de corte transversal (De los Reyes
Navarro et al., 2019).
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
134
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
134
Con un grupo cuya muestra es la población
total, no probabilístico por conveniencia e invitación
(Farah, 2006), por conveniencia por que participa un
grupo de adolescentes y jóvenes donde el
investigador trabaja directamente, 25 adolescentes y
jóvenes entre 14 a 28 años de edad que son parte del
grupo de deres constructores de paz de SEPAMOS.
La técnica utilizada fue el grupo focal tal como lo
menciona Hamui-Sutton & Varela-Ruiz (2013) es
una técnica que explora las opiniones experiencias y
vivencias de un grupo de personas, donde se utiliza la
herramienta de la entrevista y cuestionario como
también fotografías, videos, audios, listas de
participantes, guías metodológicas e informes de
actividades como respaldo de validez de datos.
El proyecto que involucra el proceso de
formación de 10 sesiones de dos horas con líderes
constructores de paz fue elaborado entre el 2020 y
2021 basado en los resultados del ADSN de
SEPAMOS con consultoría externa. Se eligió este
proceso de formación de liderazgo por la relevancia
que significa trabajar directamente con adolescentes
y jóvenes de la ciudad de El Alto implicados en el
proyecto (Castañeda, 2022).
El diseño estuvo basado en tres momentos de
acción, recopilación de datos y análisis de resultados:
el primero en la generación de confianza, autoestima
y cohesión grupal de las y los jóvenes; el segundo
directamente en la sensibilización en la temática de
liderazgo, estrategias de prevención de la violencia y
herramientas para la construcción de cultura de paz;
y en el tercer momento se hizo un análisis de los
cambios percibidos en los jóvenes y los beneficios a
nivel estructural como funcional en el cerebro. Así
también, se hizo una comparación de datos
recopilados al inicio del proceso de formación y al
concluir el mismo.
Resultados
De acuerdo con el tipo de intervención
psicosocial en liderazgo para la prevención de la
violencia y construcción de la cultura de paz
mediante un equipo de trabajo interdisciplinario. Los
resultados se presentan de manera descriptiva acorde
a los tres momentos de la investigación realizada.
Estos resultados demuestran que, mediante el
fortalecimiento de las habilidades de liderazgo en el
grupo de adolescentes y jóvenes líderes, habría un
mejoramiento en sus habilidades intra e
interpersonales. Además, se identifican cambios
positivos a nivel cerebral, los cuales se explican desde
las condiciones ambientales y de grupo a las que
fueron expuestos.
Primera Fase
Durante la primera fase de la intervención a
través de los talleres, se trabajó en la temática de la
generación de confianza, autoestima y cohesión
grupal. El propósito fue de generar un espacio seguro
para los participantes del proceso, se utilizó
herramientas lúdicas y artísticas como la danza, el
teatro y la pintura. Para la construcción de un equipo
de trabajo es necesario fomentar la colaboración
grupal, creando condiciones de confianza y seguridad
para que permitan el desarrollo de habilidades de
interacción social; de acuerdo con Hernández (2020)
las bases para la consolidación de un grupo es el
autoconocimiento y el conocimiento del otro, esto
permite contar con la idea de la identificación y el
sentimiento de pertenencia.
De acuerdo con los resultados del grupo focal,
uno de los participantes del grupo de líderes
mencionó que: aprender estando acá durante los
talleres es muy enriquecedor, nos encontramos
nosotros mismos y esto me ayudó también a
encontrarme con mi familia (S1, P1) Espinoza
(2021) nos dice que el autoconocimiento y el
fortalecimiento de la autoestima mejorarían de gran
manera las interacciones sociales, grupales y
familiares. Para la construcción de una cultura de paz
en la cual se trabaje el autoconocimiento y la
expresión de emociones mediante las dinámicas que
tocan el alma, donde se expresan los sentimientos y
las emociones de cada uno (S5, P1), en palabras de
una de las líderes, son fundamentales para el
desarrollo personal y grupal. Guio (2016) indica que
la libertad de expresión en cuanto a emociones,
sentimientos y la participación en grupos posibilita la
comprensión interna y externa.
Otro de los líderes, indica que gracias a los
talleres hay un cambio en porque he tenido una
mejor libertad para expresarme con las personas
(S7, P2). En un contexto donde el adultocentrismo
está presente, resulta imperativo establecer espacios
de liderazgo que permitan a adolescentes y jóvenes
expresarse libremente, fomentando su participación
activa y significativa. Según Galtung (1996), el
proceso de construcción de paz se centra en la
creación de condiciones sociales que promuevan la
igualdad y justicia, lo cual incluye la participación
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
135
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
135
significativa de todos los miembros de la comunidad.
El trabajo de liderazgo con adolescentes y jóvenes
abarca una gran gama de acciones, dinámicas y
herramientas: lo que más me gustó de los talleres fue
la parte terapéutica combinada con lo artístico, la
danzaterapia, como también pintar me ayudaron a
relajarme y a meditar (S13, P3), las expresiones
artísticas como lo menciona Villalba (2023)
contribuyen pedagógicamente al desarrollo de
habilidades cognitivas, personales y comunitarios.
Existe una gran diferencia entre un grupo de
personas y un equipo de personas, en el entendido que
el equipo busca un objetivo en común, hay una
comprensión de unidad y cohesión, empatía,
valoración de las habilidades, comunicación y
liderazgo significativo desde el autoconocimiento, en
cambio en el grupo no. gracias a los talleres me
conozco más como persona, desde la danza, el teatro,
el encontrarse consigo mismo, la unión y ver que
juntos trabajando como líderes y lideresas podemos
hacer grandes cosas(S15, P3). Ortega et al. (2002)
nos indica que para lograr todas estas características
es menester iniciar con actividades comunes de
conocimiento, promoviendo el trabajo colaborativo a
través de técnicas que surgen del contexto cotidiano,
y que se alienan con algunas prácticas de la educación
convencional.
En este primer momento, los líderes perciben
una mejora en sus habilidades sociales y de
participación grupal, otorgando un valor significado
al enfoque artístico, lúdico y reflexivo para fortalecer
su autoestima, la cohesión, unión y fortalecimiento
del grupo de líderes. Según las respuestas verbales de
los adolescentes, esta experiencia de trabajo no solo
ha resultado en una mejora en la dinámica grupal,
sino también en las relaciones inter e intrapersonales
de los participantes. Esto refleja un aumento de la
confianza para comunicarse, expresar emociones y
participar activamente en sus círculos sociales y
familiares.
Segunda Fase
Los resultados de la segunda fase del proceso
de formación de deres en el que se tuvo la
sensibilización en la temática de liderazgo,
estrategias de prevención de la violencia y
herramientas para la construcción de cultura de paz,
de la misma manera fueron obtenidos mediante el
grupo focal. La educación de las estrategias de
prevención de la violencia, según SEPAMOS (2017),
reduciría el riesgo de sufrir alguna de las tipologías
de la violencia sexual, estas estrategias son: concepto
de privado, diferenciar un soborno de un regalo, saber
decir no, diferenciar una caricia buena de una caricia
mala, saber diferenciar un secreto bueno de un secreto
malo, el amor y confianza con la familia, tal como
refiere uno de los líderes en el grupo focal:
Las estrategias de prevención te ayudan a estar alerta
a los indicadores de tu vida diaria, ver que las personas
a tu alrededor estén bien, de que se sientan protegidas
por sus redes de apoyo, es una meta para utilizar
esas estrategias, hablar a los más chiquititos que
tienen que cuidarse, saber decir no, diferenciar entre
secretos buenos y malos, comunicación no violenta es
necesario difundirlas a más personas. (S2, P4)
El grupo de deres de SEPAMOS que participó del
proceso de formación indica que las estrategias de
prevención de la violencia y la construcción de
cultura de paz posibilitaría la seguridad y bienestar
intergeneracional:
A los jóvenes, quisiera que vean y analicen, dense un
tiempo para pensar sobre la violencia y vean mo
pueden cuidarse a mismos y a los demás mediante
las estrategias de prevención de la violencia sexual. Y
que las futuras generaciones vivan en contextos de paz.
(S16, P5)
Los líderes indican que la paz y la resolución
de conflictos no son algo momentáneo sino que son
constantes en cada una de las generaciones
familiares, sabemos que la paz no es la ausencia de
guerra, más bien es saber resolver los conflictos; en
este entendido, la violencia como el conflicto estarían
presentes en nuestro diario vivir, pero lo que más se
quiere es reducirlos al mínimo, por lo que las
estrategias de su prevención y las herramientas para
la construcción de la cultura de paz permitirían que la
violencia no sea un factor predominante en nuestras
sociedades.
Cuando la violencia se instala en el entorno
educativo y familiar, su presencia constante señala
una disfunción que repercute en todo el sistema
familiar. Según Echeburúa & Corral (2004), el primer
episodio de maltrato suele ser precursor de
repeticiones futuras, especialmente cuando los
adultos agresores han crecido en entornos
caracterizados por la violencia, la falta de
comunicación, la carencia afectiva y la incapacidad
para tomar decisiones. La ausencia de una red de
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
136
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
136
apoyo familiar y social aumenta la probabilidad de
que los patrones de comportamiento disfuncionales
se perpetúen en generaciones posteriores afectando
así la dinámica de nuevos sistemas familiares
(Minuchin & Nichols, 2014).
De igual modo, Minuchin (2009) considera
que la familia es el núcleo de la sociedad y el contexto
en donde el individuo se relaciona e interactúa
constantemente con otros miembros, como en las
unidades educativas, grupos de pares o de amigos por
la misma interacción que caracteriza a un sistema
abierto. Tal como lo menciona Von Bertalanffy
(1996) en la Teoría General de los Sistemas existe
una trasferencia de información circular y que, si uno
de los elementos falla, un miembro de la familia, por
ejemplo, todo el sistema familiar fallará, o que, si un
estudiante dentro de su círculo social modifica de
manera positiva sus hábitos, todos los ámbitos donde
él o ella se desenvuelva también se verá beneficiado.
Así lo mencionan dos de los líderes en la entrevista
focal: me llevo los valores de trabajo colaborativo,
las estrategias de prevención de la violencia y la
construcción de la cultura de paz, quiero llevarlos a
la práctica diaria con mi familia (S17, P4) esto
refleja una predisposición alta al cambio positivo en
su dinámica familiar.
Las estrategias de cultura de paz, como la
comunicación no violenta, la negociación o el dialogo
en la familia permiten la reducción de factores
iniciales de la violencia:
Los talleres me ayudaron bastante, estoy más atenta a
los indicadores de violencia, yo ya puedo percibirlos y
actuar, además de que tuve un cambio en mi vida,
porque los conocimientos y aprendizajes los compartí
con mi familia, ahora mis papás me dicen
negociaremos y así llegamos a acuerdos. (S21, P5)
A continuación, se presentan dos respuestas
de las y los líderes SEPAMOS después de ser parte
del proceso de formación en liderazgo y las
estrategias de prevención de la violencia sexual,
quien claramente indica que toda persona debe
garantizar los derechos de niñas niños y adolescentes:
Ser garante de derecho en cuanto a niñas, niños y
adolescentes, porque a nuestro alrededor tenemos
muchos niños, hermanitos, sobrinitos. Te preguntan
muchas cosas, una y otra cosa, porque los niños son
así, ahí es donde puedes difundir la información de las
estrategias de prevención, y a nivel general, que las
personas sepan, mamás y papás sepan sobre todos los
tipos de violencia, indicadores y las estrategias de
prevención de violencia sexual. (S24, P6)
Por otro lado, los líderes también reconocen
la importancia de la práctica de las estrategias de
prevención de la violencia en las familias.
Las estrategias sirven para protegernos, para cuidar
nuestra integridad física y psicológica pero al salir
del colegio igual se hace difícil conocer a las personas,
hay peligros, es bueno protegerse y cuidarse, hay
muchos adolescentes que no tienen esa información y
que mejor que difundirla entre los pares. (S21, P6)
Los resultados a nivel cualitativo son
significativos, varios de los líderes afirman haber
mejorado sus habilidades de comunicación,
interacción de cuidado y autocuidado; indican que
tienen mayor seguridad frente al mundo. En sus
entornos más próximos, los adolescentes afirman que
ya actúan y son capaces de prevenir la violencia con
sus amigos: cuando me cuentan mis amigas yo les
informo que ciertas conductas que les hacen a ellas
no están bien, que es violencia, yo les digo que no
deben normalizar (S25, P4), la desnormalización de
la violencia nace en el darse cuenta de conductas que
lastiman, dañan y afectan de manera física,
psicológica y sexual a una persona (Villalobos,
2022).
Hay un cambio en mi vida, antes de los talleres, antes
era muy callado y era explosivo, tenía un carácter fuerte,
me hacían algo y yo me enojaba rápido, y poco a poco
he estado aplicando lo de los talleres como cultura de
paz, comunicación no violenta y quería mantenerme en
paz, entonces me ha servido porque ya no soy tan
explosivo como antes. (S7, P8)
Tal cómo se pudo observar en la respuesta
anterior, la formación de líderes, donde muchos de
ellos provienen de familias o entornos violentos,
permite desarrollar un cambio significativo en sí
mismos, en su familia y en su contexto.
He podido profundizar mis conocimientos,
quisiera poner en práctica las estrategias de
prevención de la violencia, trabajar sobre los
conflictos de manera positiva, quisiera poner a
prueba todos” (S2, P8). La narrativa transmitida por
la líder revela un entendimiento profundo y
respaldado por datos que apuntan hacia un cambio
significativo y relevante para nuestra sociedad. Este
grupo de líderes se apropia de la misma palabra para
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
137
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
137
tener una participación activa y significativa en el
proceso de construcción de paz desde la prevención
de la violencia sexual. En los talleres aprendí
jugando, aprendí la cultura de paz que cada día tiene
que irse fortaleciendo para nuestro bien en común
(S2, P5).; estas respuestas reafirman su compromiso
duradero para la prevención de la violencia: me
gustaría darles la información a otras personas para
poder prevenir la violencia sexual (S8, P5).
Tercera Fase
En el tercer momento se realizó un análisis de
los cambios percibidos en los jóvenes y los beneficios
a nivel estructural y funcional en el cerebro, si bien es
difícil saber si hubo cambios directos en el cerebro de
los participantes, mediante la búsqueda documental,
teórica y analítica de otras investigaciones en
neurociencias, podríamos afirmar que existen
cambios y mejoras significativas en los asistentes; ya
que según Martínez (2021) las nuevas experiencias,
nuevos hábitos, costumbres, tratos y formas de
interacción del ambiente o de los grupos de personas
más próximos modificarían el cerebro de acuerdo a
los mismos.
Sabemos que una persona que vive en
constante violencia de acuerdo con la frecuencia e
impacto de la misma, más aún si se trata de un niño o
adolescente, sufre consecuencias a nivel psicológico
como la dificultad para la conciliación del sueño,
problemas de memoria, falta de atención,
generalización del peligro, inseguridad, falta de
apetito, baja autoestima, dificultad para la
planificación y toma de decisiones. Si bien a estas se
las percibe mediante la observación, entrevistas,
interacción o mediante pruebas psicológicas existe un
daño mayor de manera interna, una persona que ha
sufrido violencia podría sufrir el maltrato en las
mismas neuronas (Charry, 2022).
Así también, Zuleta (2007) indica que la
neurona cuenta con un área de conexión llamada
axón, la misma recibe nutrientes y descanso
diariamente, cuando no es posible esta se debilita y
pierde la sustancia que la cubre, la vaina de mielina;
al verse comprometida esta sustancia debido a la falta
de nutrientes y descanso, la información que pasa del
cuerpo de la neurona a las dendritas es mucho más
lenta o en algunos casos interrumpida, lo que
provocaría complicaciones y dificultades cognitivas
en áreas específicas del cerebro.
Otra de las áreas afectadas según Charry
(2022) es el área del hipocampo y la amígdala, el
hipocampo es una de las áreas que resguardan los
recuerdos emocionales, por tanto, almacenaría dichos
recuerdos violentos haciendo que los mismos se
normalicen y que estructuralmente envíen señales al
prefrontal mediante la amígdala de que una situación
no es peligrosa aun cuando se evidencie violencia
real. El umbral de percepción de violencia y alarma
frente a situaciones de peligro se ve comprometido y
deja de ser importante para la amígdala. Los centros
de recompensa dejan de estar activados debido a que
no existen situaciones estimulantes para la persona
que sufre violencia, interrumpiendo el paso de la
dopamina y otras hormonas que activan la
funcionalidad del área prefrontal, área destinada a la
toma de decisiones y las planificaciones.
A partir de la argumentación teórica sobre
neurociencia, el proceso de formación de liderazgo
estuvo basado en actividades técnicas y estrategias
para la estimulación cerebral en beneficio de las y los
participantes. En liderazgo se tuvieron técnicas que
estimulen el área prefrontal para la toma de
decisiones y planificación, en el entendido que un
líder debe dirigir y tomar decisiones para guiar al
grupo o equipo a objetivos comunes. Una de las
estrategias utilizada es la que los líderes sean parte
del equipo, brindándole la oportunidad de participar
con ideas y propuestas: “ninguna propuesta es
negativa ni invalida”; así también se les permite
tomar control de la situación mediante la asignación
de horarios para que sean los guías y facilitadores
dentro de sus grupos: “ahora soy líder y facilitador”
(S1, P8).
En cuanto al trabajo con las emociones, las
técnicas destinadas brindan la oportunidad de aceptar,
analizar, escuchar y expresar las emociones propias y
las de los demás como forma de entrenamiento y
estimulación de las áreas emocionales del cerebro,
Zuleta (2007); y este, como efecto cadena, permitirá
generar nuevos recuerdos y experiencias en un
ambiente que promueva el diálogo, el trato amable,
seguro, cálido y participativo. Esto permite que
mediante las neuronas espejo y los andamiajes del
aprendizaje creen nuevas conexiones neuronales
(Manes, 2014).
Para Velásquez (2009) el uso de cnicas
lúdicas y dinámicas mediante el arte, pintura, teatro y
música permite la liberación de las hormonas de la
felicidad: la serotonina, la oxitocina y la dopamina, y
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
138
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
138
reduzca la producción excesiva de la hormona del
estrés o cortisol. Muñoz (2010) indica que los niveles
altos de cortisol reducen los sistemas internos de
protección como son las defensas corporales, lo que
permite que la persona que las produce
excesivamente sea propensa a sufrir enfermedades.
Las hormonas de la felicidad permitirían que la
persona que practica actividades que estimulen su
producción aumenten sus niveles de concentración,
atención, descanso, alimentación, planificación, toma
de decisiones, sensación de bienestar y aumente
significativamente sus habilidades sociales (Manes,
2014). Gracias a la plasticidad cerebral y la
neurogénesis (Göts, 2005), es factible mejorar
significativamente la salud y bienestar cerebral a
través de intervenciones y programas de prevención
de la violencia. Estos programas incluyen procesos de
sensibilización y desarrollo del liderazgo. Asimismo,
estos individuos pueden, a su vez, transmitir
conocimientos y replicar acciones a nivel familiar y
escolar, beneficiando así a quienes los rodean.
Discusiones
Mediante el análisis de los resultados de la
investigación se evidencia que los procesos
formativos de liderazgo pueden crear y mantener
condiciones adecuadas para la salud y seguridad de
niñas, niños y adolescentes a nivel cerebral como
también a nivel social. Mediante las técnicas lúdico-
artístico de interacción grupal los adolescentes y
jóvenes fortalecen sus habilidades de oratoria y
manejo de grupos, se apropian de su rol como deres.
Aplican sus conocimientos para la prevención de la
violencia sexual y la promoción de cultura de paz en
sus entornos más próximos. Además, el juego, la
participación activa, a través del respeto a su posición
como sujetos de derecho para la transformación
social, permite una modificación en las condiciones
óptimas para un sano y seguro desarrollo cerebral en
su ambiente social (Ortega Ruiz, 2006).
Como menciona Manes & Niro (2014), el
cerebro es capaz de adaptarse a su medio ambiente, si
un adolescente vive en constante violencia, ni tiene la
oportunidad de expresarse de manera integral su
cerebro será afectado de gran manera. Bajo
condiciones óptimas de desarrollo, como lo es un
espacio de confraternización, aceptación y
motivación, el cerebro será capaz de adaptarse, como
también creará nuevas conexiones neuronales. A
nivel estructural, la falta de diálogo, la falta de
espacios pacíficos y armónicos, vivir en un entorno
caótico de violencia normalizada constante afecta
nuestro sistema cerebral.
De acuerdo con estudios hechos desde el
cerebro de víctimas de violencia, esta afectaría el área
prefrontal (de la planificación, toma de decisiones y
freno inhibitorio), el hipocampo (memoria
emocional), la amígdala (alarma frente a situaciones
de peligro, riesgo o estresantes) de manera que la
víctima no pueda procesar bien la información
recibida, tenga problemas de memoria, presente altos
niveles de la hormona del estrés (cortisol), lo que
produciría a largo plazo una normalización y
resistencia a la misma; por lo que la amígdala dejaría
de reconocer las situaciones de peligro. Pero gracias
a la plasticidad cerebral y a la neurogénesis es posible
frenar el impacto de la violencia en el cerebro, y
también permitir el desarrollo sano y seguro mediante
actividades y hábitos que promuevan el buen trato, la
amabilidad, el reconocimiento, la gratitud mediante
técnicas lúdicas y artísticas adaptados al trabajo de
liderazgo con adolescentes y jóvenes (Götz, &
Huttner, 2005).
En su proyecto, para la prevención de la
violencia en las escuelas en Chile, Mertz (2016),
concluye que tanto las capacitaciones como los
programas de prevención deben involucrar el
desarrollo de competencias y habilidades sociales de
buen trato en jóvenes. Igualmente, De Valdés, &
Figueroa (2016) mediante su escuela de liderazgo
para las mujeres menciona que sus participantes han
conseguido ganar mayor participación e incidencia a
nivel público y político. Quienes fortalecieron sus
condiciones de vida frente a la violencia. Así mismo,
el trabajo investigativo cuenta con elementos válidos
para ser replicados en otros entornos, en otras
palabras, que mediante los procesos de formación de
líderes adolescentes y jóvenes se apertura a una gran
oportunidad de creación de entornos pacíficos y
armónicos sin violencia.
Los adolescentes y jóvenes líderes juegan un
papel importante en nuestra sociedad, al ser líderes
asumen un rol de participación activa y propositiva
en sus entornos más próximos, ya que los mismos
cuentan con habilidades de desenvolvimiento inter e
intrapersonal; en este sentido toman la batuta de
prevención integral frente a los adultos, los garantes
de derecho. Demuestran y alzan su voz, conocimiento
e incidencia pública y política para la defensa de sus
derechos.
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
139
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
139
El papel activo de los líderes de SEPAMOS
permite expandir su rol en sus familias, unidad
educativa y entornos más próximos para informar,
sensibilizar, concientizar y actuar sobre la prevención
integral de la violencia y violencia sexual contra
niñas, niños y adolescentes. Así también como las
herramientas para la construcción de una cultura de
paz en nuestra sociedad.
Entonces, es necesario aplicar y desarrollar
programas con adolescentes y jóvenes con toda la
comunidad educativa con el objetivo de crear
ambientes y entornos amables, seguros, de gratitud
para que el cerebro de las niñas, niños y adolescentes
esté en condiciones óptimas de desarrollo, con buen
descanso, con buena alimentación, sin la generación
excesiva de cortisol, que permite la generación de
hormonas de la felicidad que permitan su crecimiento
y desarrollo cognitivo.
Las investigaciones sobre el liderazgo y las
neurociencias con la población de adolescentes deben
ser tratados con cautela, en el entendido que al
trabajar con niñez y adolescencia se deben contar con
la autorización de sus padres o tutores. Sin embargo,
las investigaciones sobre el desarrollo neuronal en
condiciones de promoción de liderazgo deben ser
desarrollados con los equipos de explicación
necesarios para una mayor certeza de lo que ocurre en
el cerebro.
Conclusiones
Como investigador en el área de la cultura de
paz y la prevención de la violencia surgen
argumentos que serán imperantes de investigar con
otras poblaciones. Primero, de acuerdo con los
resultados obtenidos, los procesos de formación de
liderazgo a adolescentes y jóvenes permiten contar
con mayores herramientas de liderazgo y trabajo en
equipo con sus grupos de pares y grupos de otras
edades. Segundo, la sensibilización en las temáticas
de estrategias de prevención de la violencia sexual y
la promoción de cultura de paz permite el desarrollo
psicosocial y fortalecer sus habilidades para
contrarrestar la violencia mediante la comunicación
no violenta, mediación, negociación, la respiración
consiente, la escucha activa y el dialogo. Tercero,
estos procesos educativos, donde involucra el saber y
el hacer, tienen gran incidencia en el cerebro, genera
condiciones ambientales y comportamentales
saludables, que apertura la formación de nuevas
conexiones neuronales, una correcta alimentación de
las células cerebrales, la formación de nuevas vías
dopaminérgicas y una mejor planificación desde la
corteza prefrontal.
La intervención psicosocial para el desarrollo
del liderazgo es de gran beneficio a nivel social, ya
que brinda información y datos verificables, para que
el trabajo de liderazgo sea replicado con poblaciones
similares. El trabajo con niñez y adolescencia en
situación de violencia debe ser tratado con
autorización, supervisión y evaluación, por otro lado,
las neurociencias cuentan con herramientas e
instrumentos que podrían brindar más información
del funcionamiento y las reaccione del cerebro a los
estímulos externos.
Declaración de Conflictos de Intereses
El autor declara no tener ningún conflicto de
interés.
Referencias
Castañeda Valdez, L. A., & rrez Tapia, R. D. (2022). La
implementación de proyectos: Un semillero de saberes. Revista
Ciencia & Sociedad, 2(2), 172179. https://n9.cl/3tcxdl
Charry-Lozano, L., Pinzón-Fernández, M. V., Munoz-Otero, D. F.,
Becerra-González, N., Montero-Molina, D. S., & Luna-
Samboni, D. S. (2022). Consecuencias neurobiológicas del
abuso sexual en la infancia: revisión de literatura. Entramado,
18(2). https://n9.cl/s9bk4r
De los Reyes Navarro, H. R., Rojano Alvarado, Á. Y., & Araújo
Castellar, L. S. (2019). La fenomenología: un método
multidisciplinario en el estudio de las ciencias
sociales. Pensamiento & Gestión, (47), 203-
223. https://doi.org/10.14482/pege.47.7008
De Valdés, G. S. P. O., & Figueroa, J. N. C. (2016). Escuela de
liderazgo para niñas y mujeres jóvenes en el sector educativo:
una apuesta política para la construcción de paz. Educación y
ciudad, (31), 83-93.
Echeburúa, E., & Corral, P. (2004). Violencia doméstica: ¿es el agresor
un enfermo? Formación Médica Continuada, 11, 293-299.
https://n9.cl/wp2cvk
Escobar, A., & González, B. G. (2006). Violencia y cerebro. Revista
Mexicana de Neurociencia, 7(2), 156-163.
Espinoza Freire, E. E. (2021). Involucramiento de la familia con la
escuela. Revista Ciencia & Sociedad, 2(1), 6273.
https://n9.cl/3b1ne
Farah, I. (2006). Pautas metodológicas para investigaciones cualitativas
y cuantitativas en ciencias sociales y humanas. Tinkazos, 9(21),
137-139 https://n9.cl/l7jwz
Galtung, J. (1996). Peace by Peaceful means. Peace and conflict,
development and civilization. Oslo PRIO.
Ticona-Choque, S. (2024). Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz. Revista Tecnológica-Educativa
Docentes 2.0, 17(2), 132-140. https://doi.org/10.37843/rted.v17i2.536
140
Cerebros Sanos y Seguros: Estrategias de Prevención de
la Violencia para la Construcción de Cultura de Paz
140
Götz, M., & Huttner, W. B. (2005). The cell biology of neurogenesis.
Nature reviews Molecular cell biology, 6(10), 777-788.
https://n9.cl/gn7l2v
Guio, R. M. C., & Cocunubo, N. G. C. (2016). La mediación como una
solución alternativa de la violencia escolar. Revista
investigaciones andina, 18(33), 1729-1750. https://n9.cl/aefsb
Gutiérrez León, P., Losantos, E. M., Guillén, N., & Andrade, C. (2021).
Percepciones sobre la violencia contra la niñez y la
adolescencia en Bolivia. Una visión sistémica.
Hamui-Sutton, A., & Varela-Ruiz, M. (2013). La técnica de grupos
focales. Investigación en educación médica, 2(5), 55-60.
Hernández, L. (2020). Liderazgo sostenible como estrategia de cambio
en el sistema educativo venezolano. Revista Docentes 2.0, 8(1),
2632. https://doi.org/10.37843/rted.v8i1.85
Manes, F. F., & Niro, M. (2014). Usar el cerebro. Planeta Argentina.
Martínez, F. G. (2021). Juego, plasticidad cerebral y habilidades
cognitivas. Salud y bienestar colectivo, 5(1), 90-107.
https://n9.cl/hlees
Mertz, C. (2016). La prevención de la violencia en las escuelas.
https://n9.cl/um0g4
Minuchin, S. (2009). Familias y Terapia Familiar. Gedisa.
Minuchin, S., Nichols, M. P., & Lee, W. Y. (2014). Evaluación de
familias y parejas: del síntoma al sistema. Ediciones Culturales
Paidós.
Mujica-Sequera, R. M. (2024). Características del paradigma
humanista. [Docentes 2.0]. https://n9.cl/xa9hot
Mujica-Sequera, R. M. (2024). Diseños de la investigación cualitativa.
[Docentes 2.0]. https://n9.cl/rtt1r
Muñoz-Delgado, E. A. (2010). Agresión y violencia: Cerebro,
comportamiento y bioética. Salud mental, 33(5), 467-469.
https://n9.cl/l034x
Ortega Ruiz, R. (2006). La convivencia: un modelo de prevención de
la violencia. La convivencia en las aulas: problemas y
soluciones, 29-48.
Ortega, R., Del Rey, R., & Gómez, P. (2002). Estrategias educativas
para la prevención de la violencia: mediación y diálogo. Cruz
Roja Juventud.
Pereda, N., & Gallardo-Pujol, D. (2011). Revisión sistemática de las
consecuencias neurobiológicas del abuso sexual infantil.
Gaceta Sanitaria, 25(3), 233-239. https://n9.cl/m62ui
SEPAMOS. (2017). Modelo de prevención integral de la violencia
sexual infanto adolescente. La Paz. https://n9.cl/nks50
SEPAMOS. (2017). Protocolo de prevención, atención y sanción a
toda forma de vulneración a la integridad sexual de niñas,
niños y adolescentes. https://n9.cl/5belxl
SEPAMOS. (2022). Informe anual del Programa Sembramos Paz
Cosechamos Vida. https://n9.cl/vizg6
UNICEF. (2020). La voz de la Niñez y Adolescencia Percepción,
opinión y demandas de niñas, niños y adolescentes bolivianos
sobre el ejercicio de sus derechos. https://n9.cl/f70yy
Velásquez Burgos, B. M., de Cleves, N. R., & Calle Márquez, M. G.
(2009). El cerebro que aprende. Tabula Rasa, (11), 329-347.
https://n9.cl/e7t8c
Vidal Ledo, M., & Rivera Michelena, N. (2007). Investigación-
acción. Educación Médica Superior, 21(4), 1-15.
Villalba, L. C. (2023). Laboratorio creativo de expresión artística a
jóvenes líderes de Arjona, Bolívar para diseñar iniciativas de
incidencia comunitaria. http://hdl.handle.net/11371/6355
Villalobos-López, J. A. (2022). Metodologías Activas de Aprendizaje
y la Ética Educativa. Revista Docentes 2.0, 13(2), 4758.
https://doi.org/10.37843/rted.v13i2.316
Von Bertalanffy, L. (1996). Teoría general de los sistemas.
https://n9.cl/msix9
Zuleta, E. B. (2007). El sistema nervioso: desde las neuronas hasta el
cerebro humano. Universidad de Antioquia.