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Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación
Critical Evaluation of the Use of Technology in Education
En la actualidad, debido a los avances tecnológicos, el sistema educativo se ha visto en la
necesidad de llevar a cabo transformaciones significativas en sus mallas curriculares para
adaptarse a los nuevos retos. Sin embargo, la integración de la tecnología en el aula implica
enfrentar diversos mitos que han sido objeto de debate en las organizaciones educativas. El
objetivo principal de la investigación fue demostrar que algunos de los mitos carecen de
fundamento y, al mismo tiempo, facilitar una evaluación analítica del uso de la tecnología en
entornos educativos. El estudio se enmarca en el paradigma humanista, método sistemático con
enfoque cualitativo, diseño narrativo de tipo documental y corte transversal. Se realizó una
revisión de literatura que incluyó estudios de bases de datos especializadas en educación y
tecnología, tomando en cuenta 17 investigaciones publicadas entre los años 2010 y 2023. Las
técnicas utilizadas fueron la revisión bibliográfica y el análisis de los textos seleccionados para
el estudio. Los resultados de la investigación muestran que las tecnologías pueden contribuir a
personalizar el aprendizaje y servir como herramientas de motivación, aunque su impacto
depende del contexto en el que se implementen. En la discusión, se destaca la importancia de un
uso reflexivo y basado en la evidencia, evitando crear expectativas poco realistas sobre su
eficacia. Finalmente, se concluye que es necesario un enfoque equilibrado en la integración de
la tecnología en el sistema educativo, considerando tanto sus ventajas como sus limitaciones.
Palabras clave: Impacto tecnológico, evaluación basada en evidencia, uso de la tecnología,
educación.
¹Universidad Nacional de Rosario
¹https://orcid.org/0000-0002-6322-2087
¹Argentina
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la
Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-
Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121.
https://doi.org/10.37843/rted.v18i1.601
I. Viera, "Evaluación Crítica del Uso de la
Tecnología en la Educación", RTED, vol. 18, n.°1,
pp. 112-121, may. 2025.
https://doi.org/10.37843/rted.v18i1.601
Iván Ariel Viera¹
Nowadays, due to technological advances, the educational system has been forced to make
significant changes to its curricular grids to adapt to these new challenges. However, integrating
technology in the classroom involves facing various myths that have been debated in educational
organizations. The main objective of the research was to demonstrate that some of these myths
are unfounded and, at the same time, to facilitate an analytical evaluation of the use of
technology in educational environments. The study is framed within the humanistic paradigm,
a systematic method with a qualitative approach, a documentary-type narrative design, and a
cross-sectional section. A literature review was carried out that included studies from databases
specialized in education and technology, considering 17 investigations published between 2010
and 2023. The techniques used were bibliographic review and analysis of the texts selected for
the study. The research results show that technologies can contribute to personalizing learning
and serve as motivational tools, although their impact depends on the context in which they are
implemented. The discussion highlights the importance of thoughtful and evidence-based use,
avoiding creating unrealistic expectations about its effectiveness. Finally, considering its
advantages and limitations, it is concluded that a balanced approach is needed in integrating
technology into the educational system.
Keywords: Technological impact, evidence-based assessment, use of technology, education.
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desde 112-121
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
https://doi.org/10.37843/rted.v18i1.601
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Introducción
En la actualidad, debido a los avances
tecnológicos, el sistema educativo se ha visto en la
necesidad de llevar a cabo transformaciones
significativas en sus mallas curriculares para adaptarse
a los nuevos retos. Sin embargo, la integración de la
tecnología en el aula implica enfrentar diversos mitos
que han sido objeto de debate en las organizaciones
educativas. El objetivo principal de la investigación fue
demostrar que algunos de los mitos carecen de
fundamento y facilitar la evaluación analítica del uso de
la tecnología en entornos educativos.
Uno de los mitos más comunes es la creencia de
que la tecnología reemplazará por completo a la
educación tradicional. Ahora bien, este argumento
admite que utilizar herramientas tecnológicas en el aula
de clases asegura automáticamente las mejoras en el
aprendizaje, lo que conlleva al cuestionamiento por
diferentes autores. De Souza (2020) aduce que “la
educación con tecnologías no es una panacea, sino una
herramienta para mejorar el proceso educativo, y solo
puede ser efectiva si se aplica adecuadamente y como
una extensión del proceso de aprendizaje humano” (p.
26). Lo cual, proclama la imperante necesidad de
implementar la crítica y la reflexión.
Para abordar este desafío, algunos estudios
(Elgohary & Al-Dossary, 2022; Copertari & Lima,
2023; Willinsky, 2018) enfocados en proponer
planteamientos que combinan el uso equilibrado de la
tecnología, sin dejar de lado las limitaciones del acceso
y el entorno educativo. Los investigadores tienen en
común que la preparar académicamente al docente es
clave para asegurar el éxito en la propuesta de
implementación tecnológica. Otro factor de relevancia
es el enfoque de las políticas educativas en reducir la
brecha digital y garantizar que los medios tecnológicos
sean empleados efectiva y equitativamente.
El objetivo principal de la investigación es
demostrar que algunos de los mitos carecen de
fundamento y, al mismo tiempo, facilitar una
evaluación analítica del uso de la tecnología en
entornos educativos, como por ejemplo la concepción
de que estas mejoran automáticamente el aprendizaje,
fomentan la igualdad en la educación e individualizan
el proceso de enseñanza sin la intervención humana. De
esta idea se desprende la pregunta central que orienta el
estudio: ¿Cuáles son los mitos más prolongados acerca
de la educación con tecnologías y de qué forma afectan
la adopción efectiva en el entorno educativos?
Metodología
La metodología de la investigación se
contextualizó en el paradigma humanista, este se enfoca
en la comprensión de las experiencias humanas en
contextos educativos (González, 2018). Este paradigma
es el que se adaptaba mejor en la investigación, ya que
permitió analizar de manera completa los mitos y
realidades referentes a la tecnología en educación,
contemplando no solo los aspectos técnicos, sino
también las perspectivas humanas y contextuales que
influyen en su implementación.
En referencia a este enfoque, se utilizó el método
sistemático, que permitió la búsqueda, selección y
análisis de estudios de manera organizada (Willinsky,
2018). Este método se alinea con los objetivos de la
investigación al garantizar que la revisión de literatura
sea pertinente para abordar los mitos relacionados con
la tecnología educativa. Su estructura facilita la
identificación de patrones y discrepancias en los
estudios seleccionados, asegurando que las
conclusiones derivadas estén fundamentadas en un
análisis sistemático.
El estudio adoptó un enfoque cualitativo, lo que
permitió explorar las percepciones y experiencias en
torno a la implementación de herramientas tecnológicas
en la educación (Deci & Ryan, 2000). En cuanto al
diseño metodológico, se utilizó el diseño narrativo
documental, que facilitó la inclusión de fuentes
secundarias (artículos científicos, libros, tesis
doctorales y revistas) en un período específico,
configurando este análisis como un estudio de corte
transversal (Dede, 2010).
La población considerada para este estudio
incluye 17 fuentes publicadas entre los años 2000 y
2023 relacionadas con la tecnología educativa
(Elgohary & Al-Dossary, 2022). Asimismo, la técnica
metodológica empleada fue la revisión bibliográfica,
adecuada para identificar patrones y tendencias en la
literatura (Bullón-Solís, 2020). Finalmente, se
utilizaron aplicaciones de bases de datos, como Scopus
y Google Scholar, como herramientas de búsqueda y
recolección de información (Axtell & Mnookin, 2020).
La investigación consideró el enfoque cualitativo
dentro del paradigma humanista, empleando el método
sistemático para analizar los mitos y realidades sobre el
uso de tecnologías en la educación. La metodología se
estructuró en varias fases para asegurar una revisión
exhaustiva y organizada de la literatura.
En primera instancia se definieron los objetivos
y se formuló la pregunta de investigación, lo que guio
el proceso hacia una comprensión profunda del impacto
de la tecnología en contextos educativos. La
organización y el análisis de las fuentes secundarias
comenzaron con la búsqueda de publicaciones en
Google Scholar, empleando criterios de inclusión que
seleccionaron investigaciones publicadas entre 2010 y
2023, con un enfoque cualitativo o narrativo y que
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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ofrecieran datos sobre la experiencia educativa en el
aula. Se excluyeron estudios experimentales y aquellos
fuera del contexto latinoamericano, priorizando autores
como Bullón-Solís (2020), Copertari & Lima (2023), y
Elgohary & Al-Dossary (2022). El análisis narrativo se
desarrolló en tres etapas principales:
1. Revisión y clasificación: Las fuentes
seleccionadas fueron organizadas según su
tipo, enfoque metodológico y resultados
principales.
2. Identificación de patrones: A través del
análisis temático, se agruparon los estudios en
tópicos clave como personalización del
aprendizaje, motivación estudiantil y brecha
digital (Dede, 2010; Rosenberger, 2019).
3. Interpretación de hallazgos: Se realizó un
análisis crítico para evaluar los mitos y
realidades asociados al uso de tecnologías,
considerando las evidencias presentadas en los
textos revisados.
El diseño de corte transversal fue suficiente para
abordar los objetivos, ya que permitió analizar los mitos
en un período delimitado (2010-2023), identificando
tendencias actuales y recurrentes en la implementación
de tecnologías en educación. Finalmente, se sintetizó
toda la información en un informe que destacó las
principales conclusiones y ofreció recomendaciones
para un uso reflexivo y equilibrado de las tecnologías
en el ámbito educativo.
A continuación, se desarrolla la carta Gantt la
cual refleja la organización en detalle de cada una de las
etapas elaboradas durante el desarrollo de la
investigación. Cada actividad está planteada de forma
ordenada, apartando semanas específicas para cada una
de las fases, con el propósito de garantizar un avance
coherente y estructurado hacia los objetivos planteados.
Este esquema no solo detalla los tiempos asignados,
sino que también muestra cómo las fases se
interrelacionan para permitir el análisis y desarrollo
metódico del estudio. Seguidamente, se describe cada
una de las etapas representadas en la carta (ver Figura
1):
1. Definición del problema y objetivos de la
investigación (Semana 1): En esta primera
fase etapa, se identifica el tópico objeto del
estudio, focalizando el problema abordar y
formulando los objetivos principales. Este paso
inicial sirvió para establecer una base sólida
que guiara el resto de las actividades.
2. Búsqueda de literatura (Semanas 2 y 3):
Durante esta etapa, se recolectaron materiales
académicos relevantes a través de fuentes
accesibles como Google Scholar. Se
seleccionaron 50 publicaciones de calidad que
aportaran información cuantiosa referente al
uso de tecnologías en la educación.
3. Selección y clasificación de estudios
(Semanas 4 y 5): Una vez recopilada la
literatura, se filtraron los estudios que cumplían
con los criterios establecidos que en este caso
fueron 17 en total. Este paso permitió organizar
los materiales de acuerdo con su pertinencia al
análisis, categorizándolos según su enfoque,
resultados y relevancia.
4. Revisión crítica de los estudios (Semanas 6 y
7): En esta etapa, se realizó la revisión de los
17 estudios seleccionados. Se examinaron las
evidencias y argumentos presentados en cada
uno para identificar los mitos sobre la
tecnología educativa y las realidades que los
sustentan o cuestionan.
5. Análisis temático (Semanas 8 y 9): Aquí se
agruparon los hallazgos en tópicos clave, como
la personalización del aprendizaje, las
desigualdades en el acceso a la tecnología y la
motivación estudiantil. Esta clasificación
facilitó la identificación de patrones relevantes
para el desarrollo de conclusiones
fundamentadas.
6. Redacción del informe final (Semanas 10 y
11): Finalmente, se redactó el informe que
consolidó los resultados, análisis y
recomendaciones. Este documento sintetizó
todos los hallazgos y planteó un enfoque
equilibrado para la integración de tecnologías
en la educación.
Figura 1
Carta de Gantt.
Nota. Carta Gantt, elaboración propia (2024).
Resultados
La educación y las tecnologías son dos áreas que
han estado en constante evolución en las últimas
décadas. La incorporación de tecnologías en el aula ha
generado una serie de mitos y creencias que han sido
objeto de debate en la comunidad educativa. En este
sentido, el autor Selwyn (2016) han señalado que la
tecnología no es una solución mágica para los
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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problemas educativos y que su impacto en el
aprendizaje depende de cómo se utilice.
Uno de los mitos más comunes sobre educar con
tecnologías es que estas mejoran automáticamente el
aprendizaje. Sin embargo, autores como Hattie & Yates
(2014) han señalado que el impacto de las tecnologías
en el aprendizaje depende de cómo se utilicen y que su
efectividad puede variar según el contexto y la tarea. En
este sentido, autores como Zhao (2018) han señalado
que la tecnología no es una solución única para los
problemas educativos y que su impacto en el
aprendizaje depende de cómo se utilice.
La educación con tecnologías mejora
automáticamente el aprendizaje de los estudiantes. A
pesar de que la tecnología puede mejorar ciertos
aspectos del proceso educativo, no necesariamente
garantiza un aprendizaje más efectivo o duradero.
Según Axtell & Mnookin (2020), manejar herramientas
tecnológicas como método de enseñanza no garantiza
su efectividad, que se logre depende de la forma como
se integre en el proceso metodológico y de la
experiencia de aprendizaje.
Ahora bien, el mito de que la educación con
tecnologías es más igualitaria. La realidad es que, al
menos en la mayoría de los países de América Latina,
el acceso a la tecnología educativa sigue siendo
restringido a las élites educativas y a aquellos con
recursos suficientes. Como indica Rosenberguer
(2019), “la brecha digital en la región perpetúa las
desigualdades educativas, ya que muchos estudiantes
no pueden acceder a las herramientas tecnológicas
necesarias para aprovechar estos avances(p. 76). El
autor reflexiona que, aunque las tecnologías educativas
pueden transformar la enseñanza, su acceso desigual
sigue siendo una barrera importante.
El autor Rosenberger (2019) resalta una realidad
preocupante en América Latina: la brecha digital no
solo limita el acceso de muchos estudiantes a
herramientas tecnológicas, sino que también agrava las
desigualdades existentes. En lugar de convertirse en
una oportunidad para cerrar estas brechas, la tecnología,
mal gestionada, puede ampliarlas aún más. Este punto
invita a reflexionar sobre la importancia de
implementar políticas inclusivas que no solo provean
acceso a las tecnologías, sino que también capaciten a
los docentes y estudiantes para utilizarlas de manera
efectiva. En esencia, el autor plantea que la tecnología,
por sola, no garantiza igualdad; lo que marca la
diferencia es cómo se distribuyen y aprovechan los
recursos en los contextos educativos. La tecnología
promueve la individualidad y la personalización en el
aprendizaje. Sin embargo, como señala De Souza
(2020), “la tecnología no puede reemplazar la
interacción humana y el diálogo en la educación” (p.
28). En otras palabras, la tecnología puede
complementar el proceso educativo, pero no puede
sustituir la necesidad de contacto humano.
Uno de los mitos más extendidos es que la
tecnología educativa virtual o a distancia brinda
igualdad de oportunidades a todos los miembros de una
comunidad educativa, independientemente de las
diferencias socioeconómicas. Al respecto, Copertari &
Lima (2023), sostiene que “la igualdad de
oportunidades no puede ser solo una declaración de
intenciones, sino que debe ser una práctica concreta y
efectiva que contemple la necesidad de medidas de
inclusión e igualdad” (p. 268). El autor reflexiona que
la igualdad de oportunidades en la educación,
especialmente en el contexto tecnológico, no puede
quedarse en un ideal teórico o una meta abstracta. La
cita de Copertari & Lima (2023), subraya la necesidad
de acciones concretas y efectivas para garantizar la
inclusión y la equidad en el acceso a las tecnologías
educativas.
Esta reflexión pone de manifiesto que, aunque se
hable mucho sobre los beneficios de la tecnología, lo
cual no pueden materializarse si no se toman medidas
prácticas para asegurar que todos los estudiantes,
independientemente de su contexto socioeconómico,
puedan acceder y beneficiarse de estas herramientas.
Además, enfatiza que la inclusión tecnológica debe ir
de la mano con políticas educativas que eliminen
barreras estructurales y fomenten un uso significativo
de la tecnología en el aprendizaje. En esencia, el autor
invita a pasar de las palabras a los hechos,
transformando las promesas de igualdad en realidades
tangibles dentro de los entornos educativos.
Es común es que la tecnología educativa
proporciona una enseñanza personalizada para cada
estudiante. Sin embargo, Lion (2019) sostiene que la
tecnología educativa no debe ser vista como una
solución mágica capaz de resolver todos los problemas
de la educación, sino como herramienta
complementaria que apoya y mejora procesos
pedagógicos ya existentes. También existe el mito de
que la educación con tecnologías es efectiva por sola,
sin considerar la calidad de la enseñanza y del
contenido. Marrero et al. (2015) plantea que “la
tecnología no impacta por sola en la calidad de la
educación, sino que necesita ser integrada a un enfoque
pedagógico que considere las necesidades y los
contextos de los estudiantes” (p. 11).
La reflexión del autor sobre esta cita de Marrero
et al. (2015) se centra en enfatizar que la tecnología, por
misma, no garantiza un impacto significativo en la
calidad educativa. Más bien, el autor coincide en que su
efectividad depende de cómo se integre dentro de un
enfoque pedagógico sólido, adaptado a las necesidades
y contextos específicos de los estudiantes. Lo que
sugiere que la implementación tecnológica debe ser
planificada estratégicamente, asegurándose de que
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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complemente las prácticas educativas existentes y
responda a los desafíos particulares de cada entorno
educativo. Además, se subraya la importancia de que
los docentes estén capacitados para alinear estas
herramientas con objetivos pedagógicos claros, para así
maximizar su potencial como recurso educativo.
Finalmente, existe el mito de que la utilización
de tecnología educativa es siempre una innovación en
el campo de la educación. Sevilla et al. (2017) plantea
que “la innovación no depende simplemente de la
utilización de nuevas herramientas tecnológicas, sino
que dependerá de la habilidad para utilizar las
herramientas de manera efectiva para satisfacer las
necesidades de los estudiantes y los objetivos
educativos” (p. 135). La reflexión del autor sobre la cita
de Sevilla et al. (2017) destaca que la verdadera
innovación en la educación no radica únicamente en el
uso de herramientas tecnológicas, sino en la capacidad
de emplearlas de manera efectiva y significativa. Lo
que implica que la tecnología debe ser utilizada como
un medio para satisfacer las necesidades de los
estudiantes y alcanzar los objetivos educativos, en lugar
de ser vista como un fin en sí misma.
El autor concuerda con la idea de que la
innovación exige un enfoque pedagógico estratégico,
en el que las herramientas tecnológicas se integren de
manera reflexiva y contextualizada, permitiendo
transformar el aprendizaje en experiencias relevantes y
enriquecedoras. Además, esta perspectiva subraya la
necesidad de que los educadores desarrollen
competencias tanto pedagógicas como tecnológicas
para garantizar un uso adecuado de los recursos en
beneficio del proceso educativo.
En la actualidad, la educación y las tecnologías
son dos áreas que han experimentado una gran
evolución en las últimas décadas. La incorporación de
tecnologías en el aula ha generado una serie de mitos y
creencias que han sido objeto de debate en la
comunidad educativa. A continuación, se presenta un
resumen de los mitos más comunes (ver Tabla 1):
Tabla 1
Mitos más Comunes.
Mito
Premisa
Mito #1: La Tecnología
debe Usarse en todos los
Aspectos de la Educación
Se cree erróneamente que la tecnología es la solución a todos los problemas educativos y
que su inclusión en cualquier contexto garantiza la calidad. Sin embargo, González (2018)
sostiene que es necesario crear una experiencia equilibrada, donde la tecnología
complemente la pedagogía y no la sustituya.
Mito #2: La Educación
debe ser Totalmente
Virtual
La idea de que la educación virtual es superior a la presencial ha ganado popularidad,
especialmente en la era postpandemia. Sin embargo, Ortega & Ortiz (2018) afirman que,
aunque la enseñanza en línea tiene ventajas como la flexibilidad, no reemplaza la
interacción humana ni fomenta la colaboración de la misma manera que la educación
presencial. Esto concuerda con Lion (2019), quien subraya que la educación virtual debe
verse como un complemento, no como una solución única. Estas observaciones refuerzan
la importancia de un enfoque híbrido, alineado con la pregunta de investigación sobre la
integración equilibrada de tecnologías en contextos educativos diversos.
Mito #3: La Tecnología
Crea Alumnos Pasivos
Existe la creencia de que el uso excesivo de la tecnología fomenta pasividad entre los
estudiantes. Prensky (2017) refuta este mito, argumentando que la tecnología bien
implementada puede involucrar activamente a los estudiantes, promoviendo el
pensamiento crítico y la resolución de problemas. Bullón-Solís (2020) añade que las
herramientas tecnológicas pueden servir como plataformas para la autonomía estudiantil
si se emplean en estrategias pedagógicas que fomenten la integración. Este hallazgo
contrasta con algunos estudios que sugieren que los dispositivos tecnológicos pueden
distraer a los estudiantes, resaltando la importancia del diseño pedagógico.
Mito #4: Los Jóvenes
Necesitan Tecnología para
Aprender
La suposición de que las generaciones digitales solo pueden aprender con tecnología
simplifica en exceso el proceso educativo. Marrero et al. (2015) señala que, aunque los
jóvenes nacidos en la era digital son hábiles con dispositivos tecnológicos, el aprendizaje
efectivo requiere más que herramientas digitales; se necesita una estructura pedagógica
robusta. Este hallazgo es consistente con Dussel y Quevedo (2010), quienes destacan que
el aprendizaje no debe limitarse a los medios tecnológicos, sino que debe incluir una
diversidad de enfoques.
Mito #5: Algunos críticos
argumentan que la
tecnología carece de valor
educativo.
Según Rosenberger (2019), estas críticas suelen estar dirigidas a métodos de
implementación inadecuados y no a las herramientas en mismas. De Souza (2020) apoya
esta visión, enfatizando que la efectividad de la tecnología depende de cómo se adapta a
las necesidades específicas del contexto educativo. Este análisis respalda la necesidad de
una evaluación reflexiva y basada en evidencia, en lugar de una aceptación o rechazo
generalizado de las tecnologías.
Nota. Listado de mitos más comunes, elaboración propia (2024).
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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De acuerdo con Axtell & Mnookin (2020), la
implementación efectiva de herramientas tecnológicas
debe estar vinculada a objetivos pedagógicos claros
para evitar resultados contraproducentes. Este hallazgo
responde a la pregunta de investigación al demostrar
que el uso irreflexivo de la tecnología no mejora
automáticamente los resultados educativos. Estas
conclusiones son consistentes con Selwyn (2016),
quien también argumenta que la efectividad de la
tecnología depende de su integración en enfoques
pedagógicos sólidos.
El análisis de los mitos anteriores respondió
directamente a la pregunta de investigación,
demostrando que el impacto de la tecnología en la
educación depende de factores contextuales y de su
integración reflexiva en la práctica pedagógica. Este
proceso reveló patrones consistentes con estudios
previos, como los de Zhao (2018) y Willinsky (2018),
pero también identificó limitaciones, como la falta de
consenso sobre las mejores prácticas para implementar
tecnologías en regiones con recursos limitados.
Además de corroborar hallazgos previos, este
análisis destacó la importancia de la capacitación
docente como factor clave para maximizar los
beneficios de la tecnología educativa, alineándose con
los planteamientos de González (2018) y Bullón-Solís
(2020). Los autores enfatizan que la formación
profesional continua es esencial para integrar las
herramientas tecnológicas de manera efectiva en los
entornos educativos. Asimismo, se observó que,
aunque la tecnología puede ser un medio poderoso para
personalizar el aprendizaje, su efectividad está mediada
por la calidad de las estrategias pedagógicas empleadas,
una perspectiva compartida por Ortega & Ortiz (2018).
A continuación, se presenta la Tabla 2 con el resumen
de los aportes de cada uno de los documentos en este
articulo:
Tabla 2
Aportes al Estudio.
Referencia
Aporte al Estudio
Axtell & Mnookin
(2020)
Destacan la importancia de experiencias de aprendizaje virtual auténticas y cómo estas pueden
motivar a los estudiantes y mejorar la interacción.
Bullón-Solís (2020)
Analiza la interacción en entornos virtuales y su impacto en metodologías educativas innovadoras.
Copertari & Lima
(2023)
Exploran cómo la mediación digital puede enriquecer las prácticas pedagógicas y promover un
aprendizaje significativo.
Dede (2010)
Propone marcos conceptuales para habilidades del siglo XXI, enfatizando la personalización y la
colaboración como elementos clave del aprendizaje.
Deci & Ryan (2000)
Proveen fundamentos teóricos sobre la motivación intrínseca en el aprendizaje y cómo las
herramientas tecnológicas pueden facilitar este proceso.
De Souza (2020)
Reflexiona sobre el impacto desigual de las tecnologías en América Latina y la necesidad de
políticas inclusivas en educación.
Elgohary & Al-
Dossary (2022)
Analizan la efectividad de las aulas virtuales basadas en inteligencia artificial para mejorar el
desarrollo de competencias en los estudiantes.
González (2018)
Resalta la relevancia de la formación docente continua para la implementación efectiva de
tecnologías en la educación.
Hattie & Yates
(2014)
Ofrecen evidencia sobre cómo las tecnologías pueden mejorar el aprendizaje solo si se integran
adecuadamente en el contexto pedagógico.
Lion (2019)
Examina casos inspiradores en la implementación de tecnologías educativas, destacando
oportunidades y desafíos.
Ortega & Ortiz
(2018)
Subrayan la necesidad de un equilibrio entre tecnología y pedagogía para maximizar el impacto
educativo.
Prensky (2017)
Abogan por una educación que prepare a los estudiantes para el futuro mediante el uso estratégico
de herramientas digitales.
Rosenberger (2019)
Señala cómo las brechas digitales perpetúan desigualdades educativas y propone medidas para
reducir estas disparidades en América Latina.
Salinas Amescua
(2004)
Discute el papel de los telecentros en reducir la pobreza educativa y promover el acceso equitativo
a tecnologías.
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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Sevilla et al. (2017)
Analizan cómo las tecnologías pueden integrarse de manera efectiva en el diseño curricular
para satisfacer necesidades educativas.
Selwyn (2016)
Señala la percepción de la tecnología como una solución universal y enfatiza un uso reflexivo e
informado en educación.
Zhao (2018)
Advierte sobre los efectos secundarios de las tecnologías en la educación y la importancia de
evaluarlas en contextos específicos.
Nota. Listado de aportes al estudio, elaboración propia (2024).
Con la finalización de este estudio, se pudo
responder a la pregunta central de si las tecnologías
educativas mejoran automáticamente el aprendizaje.
Los resultados muestran que, aunque las tecnologías
pueden facilitar la personalización del aprendizaje y
aumentar la motivación estudiantil, su impacto real
depende del entorno educativo y de su adecuada
integración con enfoques pedagógicos efectivos.
Investigaciones previas también han abordado esta
cuestión y han llegado a conclusiones similares. Por
ejemplo, Elgohary & Al-Dossary (2022) concluyen que
la efectividad de las tecnologías educativas está
condicionada a su implementación adecuada en
contextos específicos. Este estudio refuerza la idea de
que las herramientas tecnológicas no son una solución
universal, sino que requieren un enfoque adaptativo
para ser efectivas.
Asimismo, González (2018) destaca que la
formación continua y el desarrollo profesional de los
docentes son factores clave para maximizar el impacto
positivo de las tecnologías educativas, alineándose con
los resultados de este estudio. Además, Bullón-Solís
(2020) menciona que ciertas condiciones contextuales,
como el acceso equitativo a los recursos y la
preparación técnica de los educadores, son esenciales
para garantizar que la tecnología sea utilizada de
manera óptima. Sin embargo, Rosenberger (2019)
aporta un punto de vista divergente, señalando que en
América Latina la implementación desigual de
tecnologías educativas puede aumentar la brecha
educativa en lugar de reducirla. Este estudio
complementa la investigación al subrayar la
importancia de considerar el acceso equitativo como un
factor crítico en cualquier implementación tecnológica.
A partir de los hallazgos obtenidos, se recomienda que
futuras investigaciones se enfoquen en:
1. Diseñar estrategias para garantizar la
implementación equitativa de tecnologías
educativas en América Latina, atendiendo a las
disparidades socioeconómicas existentes.
2. Realizar estudios longitudinales que evalúen el
impacto a largo plazo de la integración
tecnológica en la reducción o ampliación de las
brechas educativas.
3. Desarrollar programas de formación docente
específicos que faciliten la incorporación de
tecnologías en la pedagogía, asegurando que
los educadores tengan las competencias
necesarias para maximizar su potencial.
4. Explorar cómo las tecnologías pueden
adaptarse mejor a contextos específicos para
abordar necesidades educativas diversas,
promoviendo así una personalización efectiva
del aprendizaje.
Discusiones
Partiendo de los resultados obtenidos se pudo
responder ¿Cuáles son los mitos más prolongados
acerca de la educación con tecnologías y de qué forma
afectan la adopción efectiva en el entorno educativos?
Se muestra en los resultados que, si bien la
personalización del aprendizaje y la motivación del
estudiante pueden mejorar, lo que realmente genera un
impacto real depende del entorno educativo y su
integración con los enfoques pedagógicos.
En ciertos momentos se elaboraron
investigaciones similares y también llegaron a la misma
conclusión. Elgohary & Al-Dossary (2022) tuvieron el
mismo enfoque de esta investigación y pudieron
deducir gracias a que solo si se implementa de manera
adecuada la tecnología puede ser efectiva. Los
resultados se relacionan con la investigación al
respaldar la conclusión de que la implementación
efectiva de la tecnología en la educación depende de un
uso reflexivo y contextualizado. Elgohary & Al-
Dossary (2022) aportan un enfoque complementario al
demostrar que, sin una integración adecuada, las
herramientas tecnológicas no garantizan
automáticamente una mejora en el aprendizaje. Este
hallazgo refuerza la idea central de la investigación
actual: la tecnología, por sola, no es suficiente para
generar un impacto positivo en los procesos educativos.
Además, la investigación de Elgohary & Al-
Dossary (2022) subraya la importancia de un diseño
pedagógico sólido y la formación docente como
componentes clave para maximizar los beneficios de la
tecnología. Lo que aporta un marco comparativo que
valida los resultados obtenidos, mostrando consistencia
con estudios previos en contextos educativos similares.
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
https://doi.org/10.37843/rted.v18i1.601
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Así, el trabajo actual se enriquece al confirmar que el
éxito de las tecnologías educativas radica en su
implementación adecuada y en su integración con
enfoques pedagógicos efectivos.
El autor González (2018) destaca que también es
de gran importan para los resultados aquí obtenidos, la
formación continua del desarrollo profesional de los
docentes. Además, Bullón-Solís (2020) también
comenta que hay ciertas condiciones que ayudan a que
la implementación de tecnología sea optima. Pero,
Rosenberger (2019) si discrepa de los autores anteriores
ya que según su opinión al menos en América Latina la
implementación de tecnoloas es muy desigual lo que
aumenta la brecha educativa. Los resultados se
relacionan con la investigación al resaltar que el
impacto de la tecnología educativa no depende
únicamente de su disponibilidad, sino de cómo se
integra en los contextos educativos y de la preparación
del personal docente. González (2018) aporta un punto
bastante relevante al recalcar que la formación continua
de los docentes es fundamental para maximizar los
beneficios de las herramientas tecnológicas, un aspecto
que coincide directamente con los hallazgos de este
estudio sobre la necesidad de integrar la tecnología con
estrategias pedagógicas sólidas.
Otro estudio realizado por Bullón-Solís (2020)
complementa esta visión al destacar que ciertas
condiciones, como la infraestructura adecuada y el
soporte institucional, son esenciales para garantizar una
implementación efectiva. Lo cual, refuerza la
conclusión de que el éxito de la tecnología en la
educación depende de múltiples factores que deben
considerarse de manera integral. Por otro lado,
Rosenberger (2019) aporta una perspectiva crítica al
señalar que, en América Latina, la desigualdad en la
distribución y acceso a la tecnología perpetúa las
brechas educativas. Lo que plantea un desafío
significativo para los hallazgos de esta investigación, ya
que sugiere que, aunque la tecnología tiene el potencial
de mejorar la educación, su implementación desigual
puede contrarrestar esos beneficios. En conjunto, los
aportes enriquecen la investigación al proporcionar una
visión matizada de los factores que favorecen o limitan
el impacto de la tecnología en la educación.
Así que, gracias a los aportes, se puede
recomendar a futuro considerar lo expuesto y
desarrollar un estudio para la implementación
equitativa de tecnologías educativas en América Latina.
Igualmente, se podría ahondar aún más en los estudios
que permitan a los docentes integrar con mayor
facilidad estas tecnologías y herramientas dentro de su
pedagogía, además de evaluar a largo plazo si estas
implementaciones realmente aumentan o disminuyen
las brechas educativas. Las soluciones propuestas
abordan específicamente los mitos y limitaciones
identificados en la investigación al enfocarse en dos
aspectos clave: la equidad en la implementación de
tecnologías educativas y la preparación docente.
La recomendación de llevar adelante estudios
centrados en la implementación equitativa de
tecnologías educativas en América Latina responde al
mito de que la tecnología, por sí sola, puede igualar las
oportunidades educativas. Al analizar y proponer
estrategias que consideren las disparidades
socioeconómicas y de infraestructura en la región, esta
solución enfrenta directamente las limitaciones
relacionadas con la brecha digital y promueve un
acceso más justo a las herramientas tecnológicas.
Por otro lado, la sugerencia de profundizar en
estudios sobre la formación docente apunta a desmontar
la creencia de que la tecnología garantiza
automáticamente un mejor aprendizaje. Este enfoque
aborda las limitaciones encontradas sobre la falta de
preparación de los docentes para integrar eficazmente
la tecnología en sus metodologías de enseñanza.
Además, evaluar el impacto a largo plazo de estas
implementaciones permitirá determinar si realmente
contribuyen a cerrar las brechas educativas o, por el
contrario, las amplían. En conjunto, estas soluciones
proporcionan un marco de acción enfocado en
transformar los hallazgos de la investigación en
medidas concretas, orientadas a maximizar el impacto
positivo de las tecnologías en la educación y mitigar las
limitaciones previamente identificadas.
Conclusiones
La investigación permitió identificar y analizar
críticamente las creencias erróneas relacionadas con la
implementación de tecnologías en la educación,
confirmando que su efectividad no radica en el simple
uso de herramientas tecnológicas, sino en cómo se
integran en las prácticas pedagógicas y en el contexto
educativo específico. Se demostró que, si bien las
tecnologías pueden fomentar la motivación estudiantil
y la personalización del aprendizaje, los beneficios solo
se alcanzan cuando hay un enfoque reflexivo y
fundamentado en su implementación (Ortega Tudela &
Ortiz Colón, 2018; Bullón-Solís, 2020). De esta forma,
el estudio contribuyó a responder la pregunta central de
investigación, desmitificando la idea de que la
tecnología por sola garantiza mejoras en el
aprendizaje.
A lo largo del análisis, se evidenció que la
capacitación y formación continua de los docentes son
factores clave para maximizar los beneficios de las
tecnologías educativas. Como señaló González (2018),
los docentes no solo necesitan habilidades técnicas,
sino también estrategias pedagógicas que les permitan
utilizar estas herramientas de manera significativa y
efectiva. Además, se identificaron limitaciones
importantes en la implementación desigual de
Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la
Educación.
Viera, I. (2025). Evaluación Crítica del Uso de la Tecnología en la Educación. Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 18(1), 112-121
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tecnologías, particularmente en regiones como América
Latina, donde la brecha digital sigue siendo un
obstáculo significativo. Rosenberger (2019) advirtió
que la desigualdad puede perpetuar las disparidades
educativas en lugar de cerrarlas, resaltando la necesidad
urgente de políticas inclusivas que garanticen el acceso
equitativo a la tecnología.
Los hallazgos del estudio coinciden con
investigaciones previas que destacan que la efectividad
de las tecnologías educativas depende de varios
factores, como las condiciones contextuales, el nivel de
preparación de los docentes y la adecuación de las
herramientas al entorno educativo. Sin embargo,
también se identificaron áreas de discrepancia, como la
falta de consenso sobre las mejores prácticas para
integrar tecnologías en regiones con recursos limitados
y la necesidad de investigar más profundamente las
implicaciones a largo plazo de estas herramientas en la
equidad educativa.
La formación profesional debe priorizar no solo
el manejo técnico de herramientas tecnológicas, sino
también la adquisición de competencias pedagógicas
que permitan su integración efectiva. Lo cual incluye el
diseño de programas que se adapten a las necesidades
específicas de los docentes en diferentes contextos. Es
fundamental desarrollar políticas que garanticen el
acceso equitativo a las tecnologías educativas,
especialmente en comunidades marginadas. Estas
políticas deben considerar la provisión de dispositivos,
conectividad y recursos de apoyo, así como la
implementación de medidas para reducir la brecha
digital.
Se recomienda la ejecución de estudios
longitudinales que evalúen el impacto de la tecnología
en la equidad educativa y en los resultados de
aprendizaje en distintos contextos. Los estudios
permitirían analizar tendencias y determinar si las
tecnologías realmente contribuyen a cerrar las brechas
educativas.
Las tecnologías educativas deben diseñarse y
aplicarse teniendo en cuenta las particularidades
culturales, sociales y económicas de cada región. Lo
que garantizará que las herramientas no solo sean
accesibles, sino también relevantes y efectivas para las
necesidades locales. Más allá del uso de tecnología, es
necesario promover enfoques pedagógicos
innovadores, que integren las herramientas como parte
de un proceso educativo más amplio y que incluya la
evaluación constante de su impacto, como además la
adecuación de estrategias basadas en evidencia.
Declaración de Conflictos de Intereses
El autor declara que no existe ningún conflicto
de interés que pudiera afectar la realización de este
estudio. Ninguno de los autores ha recibido
financiación ni mantiene relaciones personales o
profesionales que puedan influir o condicionar los
resultados obtenidos o su interpretación. La totalidad
del trabajo fue llevado a cabo de manera independiente,
garantizando la imparcialidad y rigor científico en cada
una de las etapas del proceso investigativo.
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